Contar con una cocina segura ha de ser una prioridad, puesto que es un requisito esencial a la hora de evitar accidentes domésticos, muchos de los cuales se producen en este lugar de la casa. Caídas, quemaduras, intoxicaciones, cortes... Te explicamos cuáles son los riesgos principales a los que puedes exponerte en la cocina y cómo podemos prevenirlos, manteniendo un entorno seguro e interiorizando ciertos hábitos que nos pueden proteger.

La cocina, un lugar de riesgo
Lo primero que debemos tener claro es que la cocina de nuestra casa, ese lugar en el que pasamos tantas horas, puede ser un entorno peligroso. Los accidentes domésticos son muy habituales (según la asociación de consumidores FACUA se produce un percance de este tipo cada 24 segundos) y la mayoría de ellos se producen en la cocina. Saberlo es el primer paso para poder detectar cuáles son los riesgos más habituales y poder prevenirlos. El objetivo es tratar de evitar los accidentes domésticos que se pueden producir en la cocina, de forma que podamos convertirla en un espacio seguro de verdad.
Son muchos los peligros a los que estamos expuestos en esta estancia. Si bien las caídas son las más frecuentes, también se producen quemaduras, cortes e, incluso, intoxicaciones. Muchos de estos accidentes los sufren los más pequeños de la casa, así como a nuestros mayores, por lo que es muy importante tratar de minimizar los riesgos en la medida de lo posible.

Una buena distribución
Si el planteamiento de la cocina está bien hecho, y se respeta el triángulo de trabajo, el espacio es mucho más seguro, ya que la circulación será más fluida y habrá menos riesgo de tropezones, golpes y caídas. Por otro lado, un buen diseño de los muebles de almacenaje es algo muy positivo para aumentar la seguridad de la cocina. Podremos guardar los productos según su tipología, separando los de limpieza de los alimentos, y guardando los primeros en los armarios más altos para evitar que queden al alcance de los más pequeños de la casa. Si podemos mantener el orden de los muebles superiores correremos menos riesgos de que se nos caiga encima cualquier objeto pesado. Una vez más, el orden se convierte en seguridad.

Las caídas, un peligro real
Son, sin duda, el percance más común que puede suceder en los hogares, por lo que debemos enfocarnos en evitarlos al máximo. Una primera precaución que debemos tomar consiste en asegurarnos de que el suelo de la cocina es antideslizante, ya sea porcelánico, vinílico o laminado. Que cuente con esta característica es importante. Si es resbaladizo pero no lo puedes cambiar, quizá sea buena idea tratarlo con algún producto específico para convertirlo en antideslizante.
Por otro lado, existen otros hábitos que debemos tener en cuenta y que ayudan a evitar las caídas: procurar no subirnos a sitios altos, utilizar escaleras con estabilidad y no cualquier taburete del que resulte fácil caer, etc. Tener cuidado con los líquidos derramados, ya que también pueden provocar resbalones.

El mobiliario que evita accidentes
La elección de los muebles de la cocina también implica ciertas medidas de seguridad que se pueden adoptar para evitar accidentes domésticos relacionados con armarios y cajones. Si los módulos de tu cocina cuentan con un sistema de amortiguación en el cierre de los cajones, evitaremos pillarnos los dedos y que los niños puedan hacerse daño. Los cajones con amortiguación se cierran lentamente, con lo que evitan los golpes.
Por otro lado, los muebles altos como estanterías o alacenas han de estar siempre anclados a la pared para evitar accidentes. Esta medida es muy importante, sobre todo si tienes niños pequeños. Ya sabes que son intrépidos por naturaleza y es muy posible que se les ocurra tratar de escalar por el mueble, haciendo que se vuelque encima de ellos. Si lo anclamos convenientemente a la pared, evitamos este peligro real. Esta medida de seguridad debe extenderse a todos los muebles y estancias de la casa.

La ergonomía, una cuestión de seguridad
Una buena estrategia para proteger nuestra salud y la de nuestra espalda es contar con muebles de cocina ergonómicos, que serán más cómodos y fáciles de usar. Los módulos, por ejemplo, deben tener la altura correcta para que podamos mantener una postura cómoda y evitar así que la espalda se sobrecargue al cocinar. Para conseguir que la encimera quede la altura adecuada podemos ajustar las patas de los muebles, ya que suelen ser regulables.
Si estás planificando tu nueva cocina y tienes la oportunidad de colocar los electrodomésticos en altura, no dudes en hacerlo. Instalar el horno o el lavavajillas a una altura de 70 cm a partir del suelo es la manera perfecta para hacer su uso más fácil y ergonómico. No te costará nada cargar y descargar el lavavajillas o sacar las bandejas del horno. Estas mejoras que parecen tan sencillas pueden marcar la diferencia.

Cortes y quemaduras, percances habituales
En un espacio en el que es habitual el uso de cuchillos, de objetos punzantes y de fuego, los cortes y las quemaduras están a la orden del día. Por eso ser cuidadoso a la hora de trabajar en la cocina es la mejor recomendación que podemos dar. Estar atentos, utilizar manoplas de silicona para sacar las bandejas del horno, o afilar los cuchillos son consejos que debemos interiorizar.
A la hora de utilizar los cuchillos de cocina es importante mantenerlos afilados, ya que son más seguros si cortan adecuadamente que si no lo hacen. Además de mantenerlos fuera del alcance de los más pequeños de la casa, hemos de guardarlos con la punta hacia dentro para no cortarnos al cogerlos. Un consejo relevante: no utilices los cuchillos para otros usos que no sea cortar los alimentos. Tratar de abrir con ellos una lata, por ejemplo, es la manera más fácil de terminar con un corte.

¡Cuidado con la electricidad!
Aunque la electricidad no tiene por qué ser peligrosa, sí hay conductas que no conviene tener en la cocina, ni en cualquier otro lugar de la casa. Para empezar, durante la planificación o diseño de la cocina, no se deben colocar enchufes cerca de la zona de aguas o el fregadero. Por otro lado, hay ciertos hábitos que debemos desterrar. Por ejemplo, nunca se deben utilizar aparatos eléctricos con las manos mojadas o estando descalzos, ya que podríamos sufrir una descarga eléctrica. Tampoco es buena idea sobrecargar enchufes ni regletas conectando muchos aparatos al mismo tiempo.
Un consejo: si tienes niños en casa, conviene colocar protectores para los enchufes, para que no puedan introducir los dedos ni ningún otro objeto con punta. Aunque la posibilidad de que hagan esto te parezca remota, lo mejor es ser previsor y adelantarse a las ideas de los más pequeños.

Los electrodomésticos, siempre a punto
Una de las cosas que nos ayudan a evitar posibles accidentes domésticos es hacer un buen uso de los aparatos eléctricos de la cocina. Además, debemos hacerles el mantenimiento que necesitan, ya que es la forma de asegurarnos que funcionarán correctamente y de evitar posibles accidentes y percances. Serán más seguros y eficientes. La campana extractora es uno de estos electrodomésticos. Debe estar limpia, porque si dejamos que se acumule la suciedad y la grasa en los filtros podría provocarse un incendio mientras cocinamos.

Eliminar bacterias y microorganismos
La encimera, la mesa, la tabla de cortar… En la cocina hay muchas superficies que están en contacto con los alimentos y que si no se limpian y tratan adecuadamente podrían ser el foco de intoxicaciones y problemas de salud. Sin volver a la época Covid, en que limpiábamos todo a conciencia para eliminar el posible virus, sí es necesario mantener una higiene adecuada en la cocina, especialmente en las superficies que más se usan.
Para conseguirlo conviene utilizar un buen tratamiento antimicrobiano para algunos utensilios de la cocina, como la tabla de cortar, con el fin de evitar la contaminación cruzada. Ya sabes que los expertos no recomiendan las tablas de madera por tratarse de un material poroso en el que pueden acumularse los gérmenes. De la misma manera, es práctico elegir un material para la encimera que resulte antibacteriano, como los que proponen marcas como Silestone o Neolith, higiénicos y tratados convenientemente para resistir la acción de las bacterias.
Resultan útiles los dispensadores de jabón lavaplatos con sensor y los cubos de basura con pedal de apertura. Así no tendremos que tocar estas superficies y evitaremos contaminarlas con las manos sucias. Las neveras también pueden llevar un recubrimiento interno antibacteriano. Los riesgos de intoxicaciones en la cocina disminuyen gracias a las superficies higiénicas que tratan de evitar la proliferación de microorganismos y bacterias.

Seguridad a la hora de limpiar
Como acabamos de decir, mantener la higiene en la cocina es importante para mantener su seguridad. Sin embargo, a la hora de limpiar también hemos de tener ciertas cosas claras para evitar riesgos que pueden producirse por querer desinfectar a fondo. Los productos de limpieza son sustancias químicas y muchas de ellas no son inocuas. En especial si se nos ocurre mezclar unas con otras para mejorar los resultados. De hecho, esto puede ser muy peligroso. Por ejemplo, al mezclar lejía con amoniaco se produce una reacción química que libera unos vapores muy tóxicos. Tanto, que podrían resultar mortales.
El tratamiento de los productos de limpieza en la cocina es esencial para mantener la seguridad en el hogar. Comienza por utilizarlos tal y como especifican las instrucciones del fabricante y no hagas mezclas. Busca un sitio para guardarlos que quede totalmente fuera del alcance de los niños, y no los cambies de envase. Si lo haces, pega la etiqueta en la nueva botella para que el producto quede bien identificado y evitar así errores a la hora de usarlo.