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Mujer limpiando las hojas de una planta© Getty Images/Westend61

Plantas de interior

Cómo limpiar el polvo de las plantas según su tipo de hoja para mantenerlas sanas y brillantes

Además de darle a tus plantas los cuidados adecuados, es importante que las mantengas limpias para que crezcan sanas. Así se hace según el tipo de hoja


24 de junio de 2025 - 18:00 CEST

Conseguir que tus plantas estén sanas implica dar a cada especie los cuidados adecuadosEl riego, la temperatura, la ubicación y el sustrato con claves para que crezcan fuertes y vigorosas, pero la limpieza de sus hojas es también fundamental. Y este factor suele pasar desapercibido. Con el tiempo se acumula polvo en las hojas de tus plantas que impide la entrada de luz, así como la correcta transpiración y, además, puede favorecer la aparición de plagas. 

Limpiar las hojas no se trata tan solo de una cuestión estética, sino que es un cuidado básico para mantener tus plantas vivas y sanas. Pero no todas las especies se limpian igual. Según la textura, tamaño o tipo de hoja, existen métodos más eficaces y seguros para retirar el polvo sin dañarlas. Te contamos cómo limpiar las hojas de tus plantas paso a paso en función de las características de cada especie.

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Mujer limpiando las hojas de una planta. © AdobeStock

Plantas de hojas grandes y lisas

Las plantas con hojas de gran tamaño y superficie lisa, como monsteras, ficus lyrata o alocasias acumulan polvo con rapidez, pero también permiten una limpieza directa y sencilla. Con estas plantas, lo más práctico es utilizar un paño de microfibra ligeramente humedecido con agua tibia. Pásalo con suavidad de la base hacia la punta para no romper la estructura. Es recomendable que sostengas la hoja con una mano por debajo mientras limpias con la otra. Así evitarás que se doble o se raje. Hazlo hoja por hoja y sin prisas. Repite el proceso cada dos semanas si tu casa tiende a acumular polvo ambiental. 

Si notas restos persistentes, añade una gota de jabón neutro al agua y aclara después con otro paño limpio. Evita los sprays abrillantadores: bloquean los poros y debilitan la planta.

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Asparagus plumosus© AdobeStock

Plantas de hojas pequeñas y abundantes

Cuando te enfrentas a plantas con hojas pequeñas y muy densas, como los helechos o las esparragueras, la limpieza debe ser mucho más delicada. En este caso no deberías intentar limpiar hoja por hoja. De hecho, lo ideal es pulverizar agua sobre toda la planta con un difusor fino, asegurándote de llegar a todos los rincones. Después, sacude ligeramente el follaje para que el polvo desprendido caiga. Si lo haces sobre el fregadero o en la ducha, podrás enjuagar bien las hojas. Evita corrientes de aire mientras se secan y no uses paños ni cepillos, ya que podrías romper las puntas o eliminar los nuevos brotes sin darte cuenta.

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Planta suculenta© AdobeStock

Plantas de hojas carnosas y suculentas

Las plantas suculentas suelen tener hojas gruesas, lisas y recubiertas de una capa cerosa natural que les protege de la deshidratación. Esa capa no debe eliminarse, así que es importante evitar el uso de productos agresivos o jabones. 

Para eliminar el polvo de este tipo de hojas, utiliza un pincel suave o una brocha de maquillaje seca, con la que podrás arrastrar el polvo con suavidad. Si hay restos acumulados, puedes humedecer ligeramente el pincel, pero asegúrate de secar después con papel absorbente. El agua directa puede dejar marcas o provocar pudrición si entra en contacto con la base de la planta.

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Fitonia© AdobeStock

Plantas de hojas rugosas o con vello

Las hojas con superficie rugosa o cubiertas de vellosidad fina, como las calateas, las fitonias y las gloxinias necesitan un trato especialmente cuidadoso. Si pasas un paño húmedo podrías dañar los pelillos o provocar la aparición de hongos. En estos casos, lo más recomendable es usar aire: puedes soplar suavemente o utilizar un secador de pelo en modo frío y con baja potencia. Otra opción para limpiar las hojas de estas plantas es usar un pincel seco, como en las suculentas, siempre con movimientos suaves y sin presionar. Repite este cuidado una vez por semana si la planta está cerca de ventanas, estanterías o zonas donde el polvo se acumula más.

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Orquídeas© AdobeStock

Plantas de hojas planas y delicadas

En las orquídeas, anturios o espatifilos y otras plantas con hojas largas, planas y brillantes, el polvo suele acumularse de forma visible. Para limpiarlas, humedece un paño de algodón o una gasa con agua destilada (la del grifo puede dejar manchas si tiene mucha cal). Pasa el paño con movimientos rectos desde el centro hacia los bordes, sin frotar en exceso. También puedes utilizar un spray con agua muy fina, seguido de un secado con papel absorbente. No uses aceites ni abrillantadores, ya que pueden interferir con la fotosíntesis y atraer plagas como la cochinilla.

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Pilea peperomioides© AdobeStock

Hojas redondas y cerosas

Las hojas redondeadas y de aspecto ceroso, como pileas, peperomias o hiedras, toleran bien el contacto con el agua, siempre que no se empapen en exceso. Pulveriza ligeramente la superficie y pasa un paño suave o una esponja húmeda, evitando que el agua se acumule en los tallos. Hazlo por ambos lados de la hoja, ya que en estas plantas es frecuente que el polvo se deposite también en el envés. Si limpias varias plantas a la vez, cambia el paño con frecuencia para no transferir posibles plagas o esporas entre ellas. Este tipo de plantas se beneficia de una limpieza mensual para mantener el brillo natural de sus hojas.

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Mujer limpiando las hojas de una planta© AdobeStock

Plantas con hojas muy finas y alargadas

Las cintas, drácenas y yucas, especies de hojas largas y finas, suelen acumular polvo en los bordes, donde no siempre se llega con un paño. En este caso, una buena solución es envolver la hoja entre dos toallitas húmedas (sin alcohol ni perfumes) y deslizar suavemente de arriba abajo. Si las hojas son demasiado estrechas, recurre a un algodón húmedo sujeto con pinzas de depilar, para ser más preciso y no arrancar las hojas. Eso sí, no las limpies en seco, ya que el polvo puede rayar la superficie y dejar marcas difíciles de eliminar.

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Bonsái de pino enano © AdobeStock

Hojas en forma de aguja

Las coníferas de interior, como las araucarias, el pino enano y otras especies, requieren un método completamente distinto. El polvo tiende a acumularse entre sus hojas en forma de aguja, donde resulta casi imposible pasar un paño. Lo más eficaz es ducharlas con agua templada y débil presión, procurando mojar toda la planta pero sin saturar el sustrato. Después, deja que escurran en un lugar ventilado. Este método imita la lluvia y ayuda a que se mantengan sanas. En el caso de que la maceta sea muy pesada y puedes mover la planta, utiliza un pulverizador fino y secador en modo frío para ayudar a retirar el polvo.

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Sedum burrito© AdobeStock

Plantas colgantes o con tallos muy flexibles

Las plantas colgantes, como el poto o el sedum burrito, necesitan que se limpien tanto las hojas como los tallos, muchas veces entrelazados o de difícil acceso. La mejor técnica es extender la planta sobre una superficie lisa (puedes poner una toalla en la mesa, por ejemplo) y limpiar con un paño húmedo hoja por hoja. Para las zonas más delicadas, usa un pincel húmedo o un bastoncillo. También puedes sumergir brevemente toda la planta (sin el tiesto) en agua templada y sacarla para que escurra. Este método requiere más tiempo, pero es el más efectivo para eliminar todo el polvo. 

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Mujer limpiando las hojas de una planta. © AdobeStock

Limpieza preventiva y cuidados complementarios

Más allá del tipo de hoja, hay ciertas rutinas que ayudan a reducir la acumulación de polvo y mejorarán la salud de tus plantas. Por ejemplo, es importante ventilar la habitación a diario sin generar corrientes bruscos. También es recomendable alejar las plantas de aparatos que generen calor o grasa, como radiadores o cocinas. 

Si vives en una zona con mucho polvo ambiental, plantéate instalar un purificador de aire. Una planta con hojas limpias no solo respira mejor, también se ve más viva, crece con más fuerza y está menos expuesta a enfermedades. 

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.