Hay manchas que parecen imposibles de eliminar, restos que se resisten, aunque frotes con todas tus ganas, especialmente en ciertas superficies que no admiten químicos agresivos. Pero lo que seguramente no sepas es que muchas no necesitan del uso de productos de limpieza para conseguir que desaparezcan. ¡Como si nunca hubieran existido!
El agua caliente, el vapor y el hielo pueden ser herramientas más eficaces de lo que imaginas si sabes cómo y dónde aplicarlas. En este artículo te damos varias soluciones para limpiar sin emplear ni una gota de productos químicos. Estos trucos funcionan, son ecológicos y no dañarán las superficies de tu casa. ¡Vamos allá!

Usa hielo para quitar la cera de las velas
Si se han caído unas gotas sobre una mesa o el suelo de madera de tu casa, no te asustes. Aunque tu primer impulso sea rasparlas en caliente, espera. Esto podría dañar el acabado de la superficie. Pero si colocas unos cubitos de hielo en una bolsa y los aplicas directamente sobre la cera durante unos minutos, esta se endurece aún más y perderá adherencia. Usa una espátula de plástico o, incluso, una tarjeta vieja para levantar el trozo de cera pegado de una sola pieza, sin rayar ni dejar residuos. Solo tendrás que pasar un paño seco al final para devolverle el brillo natural a la superficie.
Este truco sirve también para quitar la cera de una tela, aunque es probable que la cera haya dejado un resto graso, que podrás quitar si lavas el tejido.

El vapor sirve para desincrustar la grasa del horno
Eliminar la grasa adherida en las paredes del horno es una de las tareas más ingratas de la limpieza de casa. Sin embargo, te recomendamos que no uses químicos para quitarla. En cambio, el vapor puede ser tu aliado. Llena una bandeja con agua caliente y colócala dentro del horno. Ponlo a 100 °C durante 30 minutos con la puerta cerrada. El vapor que se genera se impregna en las capas de grasa y las reblandece. Al acabar, solo tendrás que pasar una bayeta húmeda y la suciedad saldrá sin esfuerzo sin dejar olores químicos.

Hielo para eliminar chicles o restos pegajosos
Si alguna vez se ha quedado un chicle pegado en una alfombra, en la tapicería del sofá o en la ropa, sabrás lo difícil que es quitarlo sin estropear el tejido. En este caso el hielo será tu mejor aliado. Cubre el chicle con una bola y aplica el hielo directamente sobre el chicle. Después, espera cinco minutos. Cuando el chicle esté completamente duro, podrás retirarlo con facilidad utilizando una cuchara o una espátula roma. El tejido no sufrirá y evitarás el uso de productos químicos que, muchas veces, terminan fijando aún más la mancha.

Cristales del baño impecables con vapor
El vapor es especialmente útil en cristales que acumulan restos de cal, como mamparas de ducha o espejos de baño. Si tienes, usa una vaporeta para quitarlo, pero si no, has de saber que también puedes colocar una olla con agua muy caliente cerca y verás cómo la cal comienza a desprenderse fácilmente. A continuación, pasa un paño de microfibra seco realizando movimientos circulares. ¿El resultado? Una superficie limpia, sin rayas ni brillos artificiales

Destaca las tuberías con agua hirviendo
Cuando el fregadero no cuela bien o el desagüe del baño huele mal, lo habitual es recurrir a productos químicos potentes. Pero muchas veces, el agua hirviendo puede ser suficiente. Hierve agua en tetera o cazuela y viértela lentamente en el desagüe: el calor ayudará a disolver restos de grasa, jabón o suciedad acumulada que obstruyen las tuberías. Este truco es sencillo, económico y mucho más respetuoso con las cañerías (y el medio ambiente) que cualquier líquido desatascador convencional.

Vapor para refrescar cortinas sin descolgarlas
Quitar las cortinas para lavarlas es una tarea tediosa. Una manera eficaz de mantenerlas limpias sin descolgarlas es usar vapor. Puedes usar una vaporeta o una plancha vertical. Pásala suavemente por la tela a unos centímetros de distancia. El vapor penetra en las fibras, elimina olores y reduce la carga de polvo. Esto también te ayudará a alisar arrugas, dejando las cortinas con un aspecto como recién planchadas.

Cubitos de hielo para limpiar el molinillo de café
Este pequeño electrodoméstico acumula residuos en las cuchillas que no se van de manera sencilla. Un truco eficaz es colocar unos cubitos de hielo (puedes añadir también un poco de arroz seco si quieres mejorar el efecto) y encender el molinillo durante unos segundos. El hielo se rompe, arrastra los restos y deja el interior del molinillo limpio. Después, solo tendrás que secar con papel absorbente y volverá a estar listo para que puedas usarlo.

Vapor para despegar etiquetas adhesivas sin esfuerzo
Las botellas, los tarros y algunos objetos nuevos suelen venir con etiquetas difíciles de retirar. Al frotar solo se consigue extender el adhesivo y dejar una superficie pegajosa, pero si aplicas vapor directo (de una olla o vaporeta), el calor penetra en el papel y ablanda el pegamento. Después de unos segundos podrás quitar la etiqueta de una sola pieza, sin que queden restos. Este truco es especialmente útil si reutilizas envases.

Agua caliente para recuperar el brillo de los cubiertos y utensilios de acero
El acero inoxidable pierde su brillo con el uso diario, sobre todo cuando entra en contacto con restos de comida o agua con mucha cal, algo habitual con los cubiertos. Llena un recipiente con agua muy caliente, sumérgelos durante unos minutos. Después frótalos con un paño de microfibra seco. El calor ayudará a que las partículas adheridas se vayan mejor y te ayudará a recuperar el brillo natural sin necesidad de pulidores químicos.

Hielo para afilar cuchillas de licuadoras o batidoras
Aunque parezca sorprendente, unos cubitos de hielo pueden afilar las cuchillas de pequeños electrodomésticos como la batidora o la licuadora. Llena el vaso con hielo, tritura durante unos segundos y repite si es necesario. El impacto y el roce con el hielo afilarán las cuchillas sin tener que desmontar el aparato. Además, este truco también te ayudará a limpiar restos ocultos en las cuchillas.

Limpia las juntas de las baldosas con vapor
Las juntas del suelo o de las paredes del baño acumulan suciedad que se incrusta con el tiempo, sobre todo en zonas húmedas. El moho y los restos de jabón oscurecen las líneas y afean el aspecto de tu baño, aunque lo limpies con frecuencia. Si aplicas vapor concentrado con una boquilla fina con la vaporeta, el calor penetrará en la porosidad de la junta y hará que la suciedad se vaya mejor sin necesidad de frotar con fuerza. Después, solo tienes que secar con un trapo limpio.

Quita las marcas de la alfombra
Si tienes algún mueble sobre la alfombra y lo mueves verás que quedan unas marcas en ella que parecen permanentes. Pero hay una solución muy sencilla que solo requiere hielo. Coloca un cubito directamente sobre la marca y deja que se derrita poco a poco. La humedad penetra en las fibras, que se van rehidratando y recuperando su volumen. Cuando el cubito se haya derretido por completo, pasa los dedos o un cepillo suave para levantar las fibras. En unas horas, la superficie se verá uniforme y sin señales de las marcas. Es un truco perfecto si cambias la ubicación de tus muebles a menudo.