Los colores tienen la capacidad de transformar los espacios, tanto interiores como exteriores, aunque muchas veces los pasemos por alto. Sin embargo, logran que rincones anodinos o sin presencia, de repente, resulten mucho más atractivos. Se trata de jugar con los tonos de la fachada o las paredes, tener en cuenta el suelo, la vegetación y el mobiliario y diseñar una terraza o un jardín más agradable, elegante y equilibrado. Además, es importante integrarlos en el entorno, tener en cuenta la ubicación, para que se adapten al clima, y ver cómo pasa el tiempo en ellos. Estas 10 propuestas cromáticas pueden servirte de inspiración.
Los tonos neutros son una de las tonalidades que mejor funcionan fuera de casa, especialmente si se trata de una vivienda en la playa o lo usas cerca de la piscina. Como en esta propuesta de la firma Loberon, donde prima una atmósfera relajante y fresca.

Verde: pasión natural
El verde es uno de esos colores que mejor resultado dan en los espacios exteriores. Directamente relacionado con el paisaje, tiene un carácter dinámico y fresco que, irremediablemente, se apodera de todo lo que toca. Podemos introducirlos bien a través de la fachada de la casa, las paredes de la terraza, el mobiliario o, como en esta propuesta de Coblonal Interiorismo, mediante las plantas que visten este patio.
El estudio concibe el espacio bajo la premisa de que "el verdadero lujo es disfrutar de su entorno en plena ciudad, rodeado de plantas y de sus rincones en armonía. El jardín es el punto focal del proyecto y el escenario más destacado de la vivienda, concebido para disfrutarlo todo el año, como una extensión funcional y visual de la zona de día".

Blancos cálidos: un neutro con posibilidades
Si buscas crear un oasis de tranquilidad, donde nada chirría y todo parece envolverte, los blancos más cálidos se convierten en tus mejores aliados. Tonos que se mueven entre el crema, el famoso roto, el hueso o el vainilla, que inspiran calma y son fáciles de combinar.
En este porche, diseñado por Banni, se apoderan del techo, el suelo y el mobiliario, creando un salón de verano ideal para relajarse y recargar energías. Para completar esa experiencia, los sofás son amplios y mullidos, los textiles suaves y la decoración acompaña, integrándose en el ambiente. La cercanía de la piscina, con su frescura, favorece aún más esa atmósfera.

Terracota: elegante y cálido
El terracota es uno de los colores tendencia de 2025. Por eso, no nos extraña que se haya hecho un hueco en la decoración de exterior. Su calidez y su innata elegancia infunden a los espacios al aire libre un toque sofisticado y chic. Sin olvidar que nos conecta directamente con la tierra y la naturaleza. La clave para que funcione es no tenerle miedo. Por eso, no dudes en convertirlo en el punto focal del ambiente.
En este comedor de verano de Cassina es el protagonista absoluto. Viste la mesa y la estructura de las sillas, diseñadas por Patricia Urquiola, la alfombra y el pie de la sombrilla. El blanco y el beige son perfectos para crear una base neutra, donde el terracota brille e imprima su calidez.

Naranja: inyección de vitamina
El naranja, y más concretamente el mandarina, es uno de los colores de este 2025. Refrescante y vitaminado, estamos ante un tono 100% veraniego, con el permiso del amarillo. Aunque hemos tenido cierto reparo en su uso, ahora se cuela dentro de casa y sale fuera, demostrando que su dinamismo no está reñido con la calidez y la coherencia visual. La clave está en usarlo en pequeñas pinceladas, para que aporte su personalidad, pero no eclipse al resto de muebles y elementos.
Lo evitamos en el salón, donde preferimos menos fuerza visual, y lo usamos sin prejuicios en el comedor, donde siempre viene bien una dosis de entusiasmo. En esta propuesta de Fast se apodera de las sillas y el sobre de la mesa se decanta por un tono de madera anaranjado, logrando mayor sintonía. Nos encanta la buena sintonía con el verde de las plantas y árboles.

Beiges: un neutro con estilo
¿Quién dice que el beige es aburrido? Desde luego, nosotros no. La clave para sacar todo su potencial se encuentra en jugar con las texturas (una de las tendencias de este 2025) y apostar por la mezcla. En este comedor de Tikamoon, las paredes texturizadas de la casa, las cortinas que parecen mecerse con el viento, el suelo de piedra y el toldo vela de fibras vegetales crean el escenario ideal para que la madera clara de la mesa y las sillas luzcan. El resultado es un conjunto coqueto y agradable, que invita a comidas con amigos y largas sobremesas.

Blanco puro: luz y frescura
Su luz y su capacidad para transmitir armonía visual y orden son parte de su encanto. Por eso, es difícil no buscar su ayuda, tanto dentro como fuera de casa. Sin olvidar, su efecto refrescante y su capacidad para trasladarnos al verano y las vacaciones. Solo tienes que pensar en los 'pueblos blancos' de Andalucía.
A pesar de todo, en la decoración de terrazas y jardines es mejor reservarlo a piezas principales y buscar otros tonos más cálidos que suavicen su intensidad. En esta propuesta de Fermob se ha usado en las tumbonas, la sombrilla, la barandilla, el macetero de obra y el borde de la piscina, creando un ambiente 100% veraniego. El muro de piedra y el suelo de madera equilibran su pureza,

Azules: aires mediterráneos
El azul nos lleva a una decoración playera y cerca del mar, donde la vida transcurre más despacio y el (buen) tiempo invita a vivir en la calle. Aunque todos los tonos son válidos, lo ideal es apostar por tonalidades intensas y atrevidas, que se alejen del tono cielo y aporten su propia personalidad. Evidentemente, el blanco es uno de sus mejores acompañantes cromáticos, que nos llevan a una estética marinera. Sin embargo, esta propuesta de Mango Home, da una vuelta de tuerca y apuesta por un estampado de rayas en distintos azules. El resultado es moderno y derrocha estilo.

Gris: la elegancia fuera de casa
Desde hace tiempo, el gris se ha convertido en uno de los neutros más elegantes y personales. Condición que le ha hecho ganarse, por méritos propios, un lugar destacado en la decoración de interiores. Sin embargo, no suele ser habitual fuera de casa. Por eso, celebramos su utilización en el exterior, como un color comodín, que tanto vale para crear atmósfera, como para delimitar un rincón, aportar un plus de estilo o equilibrar ambientes con varios tonos.
En esta propuesta de Loberon adopta varias caras. Por un lado, viste el suelo de piedras de río y, por otro, tapiza el asiento de las sillas y el impresionante pie de la mesa de comedor. Su combinación con madera y fibras vegetales incrementa la calidez, sin perder carácter.

Negro: un clásico con carácter
El negro es otro de esos colores que no suelen ser habituales en terrazas y jardines y que, sin embargo, ofrece un abanico de posibilidades, si se usa adecuadamente. Debemos evitar su uso en pavimentos de una casa del sur de España, que no en el norte, ya que transmiten calor y pueden resaltar las manchas de cal o de cloro. Pero esto no significa que debamos renunciar a él. Lo ideal es emplearlo en pequeñas dosis y combinarlo con otra tonalidad que rebaje su intensidad o lo equilibre visualmente, como ocurre con el blanco.
En esta propuesta de Royal Botania, negro y blanco caminan juntos y diseñan un mobiliario personal y diferente, perfecto para aquellos que están cansados de la calidez de la madera y las fibras vegetales.

Amarillo: píldoras de sol
El amarillo es uno de esos colores que odias o amas. Si buscas dar un toque de fuerza y vitalidad a tu terraza urbana o jardín, este color posee todo lo que necesitas: luz, atrevimiento y mucha energía. Sin embargo, si quieres un ambiente exterior en calma, que se integre en el entorno, quizás no sea tu mejor opción.
Este conjunto de Maisons du Monde es toda una declaración de principios, ya que no necesita nada más, ni siquiera una gran amplitud, para aportar fuerza y un toque diferente. Lo querrás en tu lista de deseos.