Cuando los miembros del equipo de Sanhauja & Partners se enfrentaron a este proyecto, se encontraron con un piso amplio y con estupendas vistas al mar en Benicassim. Pero muy compartimentado. Es decir, una vivienda con largos tabiques, de esos que restan luz y calidez. Por eso, los objetivos del proyecto consistieron en la búsqueda de la una clarificación organizativa de los elementos. Se quiso dotarla de una mayor fluidez espacial.
Con esa idea, se creó un núcleo central de comunicaciones respecto al que se distribuye la vivienda potenciando su funcionalidad. Ese espacio que sirve de distribuidor se abre directamente a los espacios de uso de día, como el comedor, el estudio o la cocina. Y se cierra herméticamente respecto de los espacios de noche.
También para darle mayor luminosidad se ha apostado fuerte por el blanco en paredes y techos. Lo vemos, para empezar, en la zona o núcleo central, completamente panelado en blanco. De ahí se accede a la cocina que, por su carácter de servicio se sitúa en una posición más retirada, y se convierte en la estancia más discreta de la denominada ‘zona de día’.
La sala es la zona principal de día, la mayor de toda la vivienda, se divide en zonas, según los usos que se les va a dar, pero sin particiones. De esta forma se delimita una zona de comedor; otra de estar y reunión en torno al módulo de chimenea; y una tercera, de lectura. Cada una adquiere una posición no forzada y se apoya con mobiliario que forma parte de la propia distribución de la vivienda.
Destaca en esta zona el módulo pensado para acoger una chimenea de gas y para esconder la televisión. El área para chimenea está configurado con chapa pintada en negro descansando sobre el pavimento de madera de iroko. El módulo de puertas de DM lacado blanco, esta suspendido sobre la chimenea, quedando una parte apoyada en la pieza de chapa que acoge la chimenea y la otra suspendida. Está diseñado para que ambas puertas puedan correr de izquierda a derecha dejando abierta o cerrada cada parte de la estantería de modo que la tele quede 'guardada'.
Regresamos al distribuidor de la vivienda en el que se apoyan las zonas de noche como cajas herméticas de madera de roble. Lo que se pretende es que el recorrido permita su apertura o ensanchamiento hacia espacios exteriores como el salón o el estudio. Se evitan de esta forma los corredores largos y oscuros.
Y desde ahí se accede al dormitorio principal o suite. Este espacio forma junto con el baño un único espacio. La partición se realiza con ayuda de una pared de vidrio que permite que el baño tenga entrada de luz directa desde la habitación. El módulo se compone de cajones de madera de iroko suspendido de un tabique vidrio-espejo. Y continúa por la habitación generando el cabezal de la cama y la balda de trabajo, permitiendo una continuidad de materialidad y uniendo los dos ambientes en uno.
El dormitorio de invitados, aunque forma parte de una de las zonas de noche, encerrado en su piel de madera, tiene la posibilidad de abrirse y unir su espacio con el estudio contiguo, dotando a este elemento de mayor flexibilidad con mayor o menor capacidad en función de las necesidades.
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