Por un lado, se trata de uno de los mariscos más asequibles desde el punto de vista económico; por otro, su composición nutritiva (alto contenido en proteínas, hierro y fósforo) lo convierte en un alimento ideal para nuestra salud (tiene un aporte energético moderado, sólo 65 calorías por cada 100 gramos); y, lo mejor de todo, este molusco bivalvo nos ofrece una gran versatilidad en la cocina. Lo verás en estas 10 recetas con mejillones que hoy te presentamos: saludables, fáciles y deliciosas.
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¿Cuáles son las principales variedades de mejillones?
Este marisco de concha suele cultivarse en numerosos lugares del mundo con litoral en 3 especies principales: mejillón común o atlántico (en el norte de Europa, las costas atlánticas (Irlanda, Bretaña…), EEUU, Canadá y China); mejillón mediterráneo (más oscuro que el atlántico, se cultiva en la costa gallega y en todo el Mediterráneo: sur de Francia, Italia, Grecia, Albania, Turquía, Argelia, Marruecos…) y choro o chorito (en el Pacífico en las costas peruanas y chilenas, y en el Atlántico en Brasil y en las Malvinas). El mejillón mediterráneo es el de mayor producción en la acuicultura española -en el tradicional sistema de balsas flotantes denominadas bateas- y de los más importantes en Europa. España es el segundo productor mundial de esta especie después de China.
En España, disponemos de 3 clases: el mejillón de Galicia, el mejillón del Delta del Ebro y la clóchina. Por cierto, hoy, 23 de septiembre, la Denominación de Origen Protegida Mexillón de Galicia celebra su Día y conmemora que fue el primer producto del mar en Europa con ese distintivo y que, a fecha de hoy, sigue siendo el único, dentro de esa categoría, en España que cuenta con este sello de calidad.
En las zonas de costa de Galicia -sobre todo en las Rías-, su paisaje de bateas te resultará familiar. Se trata de un sistema de cultivo flotante del mejillón y algo que se ha convertido en patrimonio de esta zona del norte del país y en una de sus fuentes principales de ingresos. Son una especie de embarcaciones de madera que llevan ancladas unos flotadores de fibra de vidrio, para mantenerlas siempre en la misma posición sobre el agua. Luego hay una parte sumergida, donde están las cuerdas en las que se adhieren las larvas de mejillón y ahí pasan un tiempo hasta que se desarrollan y crecen, según se van alimentando de lo que las ría les proporciona. A partir de ahí, se sacan las cuerdas y se cortan los mejillones ya formados para depurarlos y consumir en fresco, congelados o en conserva.
¿Cómo limpiar los mejillones?
El mejillón, cuando lo compres fresco, siempre debe estar vivo y con sus conchas cerradas. Para prepararlos en casa, antes de consumirlos, hay que lavarlos muy bien para eliminar posibles residuos. Es mejor cortar los hilos que tienen -donde crecen pegados a las cuerdas de las bateas- y no arrancarlos, para evitar estropear la carne. Tampoco es necesario quitar las adherencias duras de la cáscara porque, en el momento de la cocción, ayudarán a potenciar el gusto a mar. Y, una vez que están cocidos, sí puedes terminar de cortar los hilos sobrantes con unas tijeras con cuidado de no llevarte la carne por delante.
¿Cómo cocinar los mejillones?
La forma más habitual es hacerlos al vapor con agua o vino -se ponen en una cazuela, se tapan y se espera a que se abran-. A partir de ahí, puedes aplicarles numerosos acompañamientos -todo tipo de salsas- o incorporarlos a multitud de recetas: ensaladas, sopas, cremas, salpicones, paellas y otros arroces, fideuás y todo tipo de pastas, los famosos 'tigres' -envueltos en bechamel, rebozados y fritos- y un largo etcétera de elaboraciones. Aquí tienes 10 recetas con mejillones ¡absolutamente irresistibles!