Melocotones y albaricoques: por qué estas frutas saludables y llenas de sabor serán tu placer favorito del verano

Con la llegada del verano, los mercados se llenan de colores vivos, aromas intensos y sabores que invitan a cocinar de forma más ligera, fresca y natural. Entre todas las frutas de temporada, hay dos que destacan con luz propia: el melocotón y el albaricoque. Frutas de hueso por excelencia que conquistan por su dulzura, su textura carnosa y su extraordinaria versatilidad en la cocina.

De origen mediterráneo, forman parte de nuestra dieta estival desde hace siglos y, aunque solemos disfrutarlas al natural, como postre o tentempié, su sabor suave y ligeramente ácido —siempre muy aromático— las convierte en aliadas perfectas para platos salados: ensaladas, salsas, carnes, pescados e incluso cócteles.

Hoy te proponemos dos recetas que sacan todo el partido a estas joyas de temporada: un lomo de salmón glaseado con albaricoque y un trifle de melocotón con crema y vainilla. Dos ideas sencillas, sorprendentes y llenas de sabor. Ya sea con piel o sin ella, estas frutas de verano no solo brillan en los postres: también aportan un contraste dulce y delicioso en platos principales

© Juan y Mariana Nazábal

¿Sabías que...?

Melocotón: suavidad y dulzor: Con su piel aterciopelada y su carne jugosa, el melocotón es uno de los grandes símbolos del verano. Su sabor cambia según la variedad y el grado de maduración: puede ir de más ácido a intensamente dulce, lo que permite múltiples aplicaciones en la cocina.

Rico en vitamina C, betacarotenos, potasio y fibra, es un excelente antioxidante natural que favorece la salud de la piel y la vista, ayuda a la digestión y aporta una buena dosis de hidratación, gracias a su alto contenido en agua (cerca del 90%).

Además de comerse fresco, es ideal para preparar compotas, mermeladas, ensaladas con burrata o queso fresco, tartas, smoothies y hasta carnes glaseadas. En almíbar es un clásico de la repostería tradicional, pero si lo asas con un toque de azúcar moreno y especias, se convierte en un postre sofisticado y sencillo con el que sorprenderás a todos en casa.

Albaricoque: pequeño, aromático y lleno de matices: Más pequeño y de piel lisa, el albaricoque tiene un sabor más intenso y con un punto ácido que lo hace muy interesante en la cocina salada. En muchos hogares, se deshidrata y se guarda como snack saludable o para enriquecer algunos panes, bizcochos o guisos.

Destaca por su contenido en vitamina A, hierro y antioxidantes como los flavonoides. Su consumo regular ayuda a mantener la piel saludable, refuerza el sistema inmunológico y protege frente al envejecimiento celular.

Su sabor combina especialmente bien con ingredientes especiados como el jengibre o el cardamomo, y es un acompañante perfecto para carnes como el cordero, o pescados grasos como el salmón.

Qué aportan estas frutas:

• Son ligeras en calorías: menos de 50 kcal por cada 100 gramos, ideales para picar entre horas sin remordimientos.
• Ambas son frutas muy hidratantes, con más del 85% de agua, perfectas para los meses de calor.
• Su bajo contenido en grasa (menos de 0,5 g/100 g) las convierte en opciones saludables para todo tipo de dietas.

© Juan y Mariana Nazábal

Lomo de salmón glaseado y albaricoque

Tiempo de preparación: 35 minutos. Ingredientes (para 2 personas):

• 2 lomos de salmón 
• 2 c/s de mermelada de albaricoque 
• 1 c/s de miel 
• 1 y 1/2 de c/s de salsa de soja 
• 1 cc de zumo de lima o limón 
• 1 diente de ajo rallado 
• 1 cc de jengibre fresco rallado 
• 1 c/s de aceite de oliva virgen extra u semillas de sésamo blanco y negro 
• Sal y pimienta al gusto 
• Ramitas de romero fresco.
  

Para las verduras:

• 150 g de judías verdes redondillas 
• 6 zanahorias pequeñas 
• Bimi lavado
• 1 c/s de aceite de oliva virgen extra 
• Sal marina en escamas 
• Pimienta negra recién molida

Elaboración:

Para el glaseado:
Cocina al vapor las verduras, previamente lavadas, hasta que estén tiernas pero aún crujientes. Resérvalas. En un bol pequeño, mezcla la mermelada de albaricoque con la miel, la salsa de soja, el jengibre, el ajo rallado y el zumo de lima o limón, removiendo bien hasta obtener una salsa homogénea. Reserva.

Para el salmón:
Seca los lomos de salmón con papel de cocina. Calienta aceite de oliva virgen extra en una sartén a fuego medio-alto y dóralos 2 minutos por cada lado. Baja a fuego medio, vierte poco a poco el glaseado y cocina 3 minutos más, hasta que caramelice. Retira y deja reposar. Sirve sobre una base de judías verdes, añade el salmón y acompaña con zanahorias y bimi. Riega las verduras al vapor con un chorrito de AOVE, salpimienta y decora con sésamo, romero y albaricoque asado. Añade un poco más de glaseado si queda.

Consejo del chef:
Acompaña este plato con un poco de arroz para hacerlo aún más completo. También puedes darle un poco más de textura con algunas almendras laminadas tostadas.

© Juan y Mariana Nazábal

Trifle de melocotón con crema y soletillas

Tiempo de preparación: 20 minutos + 2 horas en frío en la nevera.
Ingredientes (para 4 a 6 personas):

• 12 bizcochos de soletilla (vainillas) 
• 4 melocotones 
• 2 cc de zumo de melocotón
  
• 1 c/s de zumo de limón.

Para el coulis de melocotón: 

• 2 melocotones maduros 
• 1 c/s de azúcar 
• 1 c/s de agua 
• 1 cc de extracto de vainilla.

Ingredientes para la crema: 

• 250 g de nata para montar 
• 200 g de queso mascarpone 
• 30 g de azúcar glas
  
• 1 cc de extracto de vainilla 
• 100 ml de almíbar o zumo de melocotón para mojar los bizcochos

Elaboración:

Pela los melocotones y córtalos en cubitos. En un bol, mezcla el zumo de melocotón con el zumo de limón y reserva.

Para el coulis:

Coloca en un cazo los melocotones troceados junto con el azúcar, el agua y el extracto de vainilla; cocina a fuego suave durante unos 8 minutos. Retira del fuego, deja templar unos minutos y tritura hasta obtener un puré fino. Deja enfriar completamente y reserva.

Para el bizcocho:

Mientras tanto, bate la nata bien fría hasta que comience a montar. Añade el queso mascarpone, el azúcar glas y el extracto de vainilla, y sigue batiendo hasta lograr una crema firme y cremosa. Para montar los vasitos, coloca en el fondo una capa de bizcochos de soletilla ligeramente remojados en almíbar o zumo de melocotón. Añade una porción de coulis, cubre con la crema de mascarpone y nata, y reparte algunos cubitos de melocotón. Repite el proceso una o dos veces más, terminando con una capa decorativa de crema. Decora cada vasito con gajos de melocotón, unas migas de vainilla y hojas de menta.

Consejo del chef:
Si preparas el postre con unas horas de antelación, los bizcochos absorberán mejor el líquido y el resultado será más jugoso y suave. Puedes utilizar melocotón en almíbar para los cubitos, si lo prefieres.