Esta receta de flan tiene como particularidad que no lleva huevos en su elaboración. Vendría a ser parecido a la panacotta pero en lugar de estar hecho con nata, utilizamos queso fresco. El toque especial se lo aporta la sopa de fresas, con sus matices ácidos y dulces. Esta fruta nos da muchísimo juego en cocina, tanto en elaboraciones dulces, como saladas.
Para el flan de queso
- 200 g de Queso fresco
- 200 ml de Leche
- 4 hojas de Gelatina
- 125 g de Azúcar blanca
Para la sopa de fresas
- 250 g de Fresas
- 30 ml de Agua
- 40 g de Azúcar blanca
- 0.5 ud de Zumo de limón
- 12 ud de Fresas para decorar
- Ralladura de lima
PARA EL FLAN
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1.
Pon las hojas de gelatina a hidratar en agua fría.
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2.
Mezcla con una batidora eléctrica el queso fresco y el azúcar y pon a calentar la mezcla a fuego medio en un cazo junto con la leche.
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3.
Cuando esté caliente, añade las hojas de gelatina bien escurridas y remueve hasta que se deshagan completamente.
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4.
Reparte la preparación en 4 flaneras pequeñas individuales y mete en el frigorífico al menos 2 horas.
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1.
Limpia y trocea las fresas y tritúralas con una batidora eléctrica junto con el zumo de limón.
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2.
Echa en un cazo el agua y el azúcar y pon al fuego hasta que hierva.
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3.
Retira del fuego, añade este almíbar a las fresas trituradas y mezcla bien.
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4.
Cuela la sopa o pásala por un colador chino y conserva en la nevera.
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1.
En una bandejita de postre individual honda, pon 4 o 5 cucharadas soperas de la sopa de fresas y 1 flan, acompaña con 2 o 3 fresas frescas cortadas en trozos y espolvorea un poco de ralladura de lima por encima.
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