Auténtico desayuno andaluz, con molletes y pitufos, en el madrileño barrio de Salamanca

El chef Dani García ha abierto Tragabuches, con tapas y guisos malagueños, para disfrutar de la mañana a la noche

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Tragabuches es donde todo empezó. Dani García ha recuperado el nombre del restaurante de Ronda donde arrancó su carrera en 1998, con tan solo 22 años, renovando la cocina andaluza. Hace un año abrió su Tragabuches en Marbella, “era un sueño que tenía rondándome la cabeza desde hacía mucho tiempo”, y ahora ha llegado a Madrid con el mismo espíritu, convertirse en ese restaurante al que ir cuando se tienen ganas de disfrutar en familia de los sabores más populares y genuinos de Andalucía, “yo aquí me siento en mi casa”, nos cuenta el chef en el estreno del restaurante en Madrid.

Desayunos con un buen surtido de molletes y 'pitufos'.

Tragabuches fue un bandolero andaluz que vivió en la sierra de Ronda a finales del siglo XVIII, se cuenta que fue también torero y cantaor. Este personaje dio nombre al restaurante en el que Dani García empezó su carrera y ahora ha recuperado para disfrute de todos. Porque Tragabuches nace con el concepto non-stop, dispuesto a alegrarnos los desayunos, comer cosas ricas y tardear en su barra (con carta propia) antes de una cena.

Decoración cálida y natural en Tragabuches.

Tragabuches se encuentra en pleno barrio de Salamanca y ocupa un local muy amplio repartido en tres plantas con una gran barra en la entrada, el salón y cuatro reservados. Para decorarlo han elegido materiales naturales, arcilla, madera, caña, esparto... con lo que consiguen crear un ambiente acogedor y hogareño. Aún falta por abrir una planta pero tendrá capacidad para unas 180 personas y, de momento, el público madrileño se ha volcado con este nuevo estreno y un martes cualquiera lo encontramos prácticamente lleno a la hora del almuerzo.

TAPAS INFALIBLES Y GUISOS CON ACENTO ANDALUZ

La tortilla de patatas, con huevos camperos de Manilva.

El tapeo en Tragabuches es una tentación, empezando por el pincho de tortilla de patatas, sin cebolla, como le gusta a Dani García, o con cebolla, que también tiene sus seguidores, una buena ración de jamón de bellota 100% ibérico, la ensaladilla rusa que aparece coronada con tacos (muchos tacos) de jamón ibérico de bellota o las croquetas de pringá de puchero y las típicas de jamón.

La ensaladilla rusa se sirve con taquitos de jamón, del jarrete.

Le siguen algunos de los platos antológicos que el chef marbellí ha cocinado a lo largo de su historia y en el Tragabuches original, como el salpicón de mariscos, la Milhojas de foie y queso de cabra de Ronda con manzana verde caramelizada (1998), un homenaje a Martín Berasategui o el rabo de toro guisado y desmigado envuelto en ravioli (1998).

La Milhojas de foie y queso de cabra con manzana, un clásico de Dani García.

La gran mayoría de la carta se nutre de platos para compartir, buena costumbre andaluza, pero antes de decidirte, te recomendamos escuchar las sugerencias del día que apuntan a tiza en una pizarra que nos cantan en la mesa y siempre llega llena de buenas propuestas, como unas alcachofas con jamón, callos a la andaluza, una cazuela malagueña de mariscos, arroz caldoso de morcilla de Zalea y navajas o el Guiso del Día, como unos judiones con codorniz a la brasa, que también se sirve como plato único o para compartir.

Chivo malagueño, una de las estrellas de Tragabuches.

Las parrillas presiden la gran cocina vista de Tragabuches en las que se asan pescados, con una selección de la mejor pesca del día traída desde el Mediterráneo y el Atlántico andaluz, no falta el atún de almadraba y también carnes de distintas procedencias y con el punto de maduración perfecto, como la rubia gallega, un chuletón de un kilo con 40 días.

La sorpresa llega con el chivo malagueño asado en horno de leña, “el cabrito resulta más suculento que el cordero lechal”, destaca Dani García, y el cochinillo asado, delicioso y en su punto. Pero atención, si tenemos claro que iremos al asado, más vale contenerse con los entrantes porque son raciones bien servidas y llenan, sobre todo si nos entregamos a la trilogía de tortilla, ensaladilla y croquetas. Una ensalada de tomates, el salpicón de marisco o unos exquisitos pimientos de cristal asados serán la compañía perfecta para estos asados tradicionales.

DESAYUNAR EN LA BARRA, CON MOLLETES Y ZURRAPA

La barra de Tragabuches con horario non stop.

Empezar el día en Tragabuches con un desayuno andaluz es ‘gloria bendita’. Preparan los famosos bollos de pan malagueños, los 'pitufos', y molletes con rellenos dulces o salados, de mantequilla y mermelada, el de zurrapa de lomo blanca o el tradicional con aceite y tomate y con un buen jamón ibérico, además de distintos tipos de huevos, entre ellos, los benedictinos con carne mechá o especialidades como el sándwich mixto con mantequilla francesa.

Mollete de jamón, para empezar bien el día.

Tras el desayuno, la barra y su carta tomarán protagonismo hasta la apertura del salón, cerca del mediodía, y también permanecerá abierta durante la tarde hasta la reapertura del restaurante de cara al servicio de cena, de modo que hay opciones para cada momento del día. La propuesta culinaria de Tragabuches se complementa con una carta líquida con una surtida bodega (con unas 600 referencias que irán aumentando) en la que se cuidan con especial mimo a los vinos andaluces, tanto Blancos Tranquilos como Jerez. 

Tragabuches llega a Madrid con ganas de convertirse en esa barra amiga a la que acudir cuando se quiere disfrutar del tapeo andaluz, el lugar donde celebrar una comida familiar o un encuentro entre amigos. En cada detalle enontraremos el toque personal que imprime Dani García a todo lo que hace con ese plus de elegancia, calidad y sabor, y con precios comedidos.

Dónde:
TRAGABUCHES
José Ortega y Gasset, 40. Madrid
grupodanigarcia.com