'MasterChef 11' expulsa a Tuki la noche en que Jeremy se sincera sobre su dura infancia

El concursante había estado a punto de no ir a la eliminación gracias al privilegio de sus compañeros

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Tras el adiós de Larraitz de las cocinas de MasterChef 11 con el anuncio de su embarazo, los concursantes han viajado hasta Vejer de la Frontera, donde junto a los jueces han conocido la Fundación Montenmedio Contemporánea, el museo de arte contemporáneo al aire libre más importante al sur de Europa. En ese enclave tan especial y divididos por los equipos liderados por Ana y Marta, los aspirantes han cocinado tapas diseñadas por el chef Paco Doncel para 80 personalidades del mundo del arte y para los hosteleros de la zona en una noche en la que Tuki se ha convertido en el expulsado después de que sus compañeros decidieran salvarle del foso y devolverle de nuevo al saber que uno de ellos debía ocupar su lugar. "Nosotros hemos ganado la prueba y debe ser así. No queremos jugar la elimación y ellos son los que lo han hecho peor", ha dicho Jotha en nombre de todos los que habían triunfado en la prueba de exteriores.

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Durante el cocinado, Tuki ha querido aclarar algunas dudas a sus compañeros sobre la disforia de género que sufrió, un momento en el que decidió hacerse la mastectomía, una cirugía que extirpa los senos por completo: "Hace tres años estuve ahorrando uno entero porque cuesta 6.000 euros. Me lo hice y ahora soy la persona más feliz del mundo. Con la operación ya me quedé tranquilo y dejé de hormonarme. Me preocupaba la voz, pero ya he pasado página. Ahora tengo otro tratamiento y ya hormonas nada". Pero además hace algunos programas, el expulsado de esta noche contó que durante su adolescencia se dio cuenta de que no encajaba en ningún rol de género de la sociedad. "Fue ahí en esa edad cuando vi que parecía que tenía que encajar en ese molde, gustarle a los chicos... ese paripé no me identifica nada. Con 27 años dije 'ya está'. Acepté quién era yo, cómo me identificaba, ni como mujer ni como hombre, sino como persona no binaria", dijo a Camino, con quien comparte habitación y confidencias tras la fuerte relación de amistad que han creado dentro de MasterChef 11.

En una noche de confesiones, Jeremy también se ha sincerado sobre un episodio de su vida realmente difícil al confesar el maltrato que sufrió por parte de su progenitora cuando solo tenía 7 años, cuando incluso estuvo dos mese sin ir a clase porque estaba "lleno de moratones" y no podían verle. "En 2011 perdí todo el contacto con mi madre. Fui a verla unas navidades pero hubo una discusión y decidí apartarla. Ahora estoy en un proceso de demanda contra ella por el maltrato porque jamás la denuncié. Todo salió a la luz cuando entré en un centro de menores cuando mi padre estaba en coma. Mi hermano lo contó todo", ha dicho el concursante, que ha aconsejado a todos los que pasen una situación similar que tengan fe porque hay personas buenas que te hacen "creer en la humanidad". 

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De regreso al plató del programa, los delantales negros se han enfrentado a una prueba de eliminación con los sabores del Japón más misterioso y con la visita del chef Hideki Matsuhisa (2 soles Repsol), que ha sido el encargado de mostrarles el secreto mejor guardado de la gastronomía nipona: el hongo Koji, un hongo que aparece tras un proceso de fermentación del arroz y que se utiliza para enmohecer determinados alimentos. Así, los concursantes han tenido que preparar un plato asiático que tuviera presente esta tipo de ingrediente, un cocinado en el que Tuki no ha conseguido resaltar. "Has cocinado de una forma un poco anárquica. Ha pasado de ser delicioso a ser venenoso", ha dicho Jordi al eliminado.