Cómo hacer que los alimentos duren más en la nevera

Si sigues estos 'tips' lograrás que la comida no termine antes de tiempo en la basura

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Llegas a casa de hacer la compra, no tienes mucho tiempo y metes todo en la nevera ‘sin orden ni concierto’. A todos nos pasa alguna vez. Sin embargo, este gesto cotidiano y trivial, si lo repetimos de forma recurrente puede afectar a nuestro bolsillo. Y no está el precio de la cesta de la compra para tonterías… En efecto, una mala organización de la nevera hacer que los productos duren menos de lo que deberían y tengamos que terminar tirándolos antes de tiempo (con lo que ello significa, no solo en términos de economía doméstica sino de sostenibilidad).

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El primer paso: limpiar bien la nevera (sin productos abrasivos; mejor con agua templada y jamón neutro)

Así que tomémonos unos minutos para ordenar bien la compra cuando llegamos a casa. Si no lo tienes demasiado claro, echa un ojo a estos consejos: 

  • Antes de nada, si hace mucho que no lo haces, limpia bien a tu nevera. Quizá puedas aprovechar estos días festivos de Semana Santa, que disponemos de algo más de tiempo. Vacía el contenido de las baldas y recuerda que, a la hora de limpiarla, debes evitar productos que contenga sosa, amoniaco, ácidos o cloruros, productos abrasivos… Mejor optar por agua templada y un poco de detergente neutro.
  • Comprueba las fechas de caducidad de todo lo que tenías, desecha lo que esté deteriorado y coloca en la parte delantera lo que vaya a caducar antes para su consumo más inmediato.
  • La temperatura del frigorífico deberá estar entre 3 y 5 grados y la del congelador en -18 para lograr unas condiciones óptimas y evitar el desarrollo de bacterias. Además, para evitar un exceso de consumo energético no es aconsejable cargar la nevera ‘hasta los topes’ ni andar abriendo la puerta de la nevera constantemente.
  • Asimismo es importante recordar que, si cocinamos, siempre debemos esperar a que los alimentos estén fríos para meterlos en la nevera. Si no, el frigo deberá trabajar más para mantener la temperatura establecida y gastará más. Además, cuando un producto está caliente hace que los que se encuentran cerca reduzcan el tiempo de preservación. 

El hecho de que las neveras presenten un espacio especial para los huevos no es casual

A CADA PRODUCTO, SU SITIO

  • Las carnes y pescados. Son alimentos bastante perecederos. Es importante que, cuando llegues a casa, no tardes en meternos en la nevera para que recuperen en el menor tiempo posible la temperatura adecuada de conservación. Deberás almacenarlos en la parte inferior del frigorífico. Si no vienen en bandejas bien selladas o en paquetes al vacío es preferible sacarlos de su envase inicial y envolverlos bien nosotros (resulta importante evitar posibles goteos). Sepáralos del resto de alimentos para evitar la contaminación cruzada. Si lo haces así conseguirán que no se deterioren antes de tiempo. Recuerda que las carnes frescas pueden de 3 a 5 días -si es pollo o carne picada, el tiempo se reduce a un par de días. También el pescado fresco es preferible comerlo cuanto antes (un par de días desde la compra).
  • Frutas y verduras. La mayoría de las neveras tienen habilitados unos cajones para las verduras y frutas. No es algo casual. En ellos, este tipo de alimentos mantienen su humedad y se conservan mejor. Eso sí, mejor guárdalos sin bolsas.

Verduras y frutas, en sus cajones correspondientes

  • Lácteos y fiambres. En la parte central de la nevera puedes colocar los embutidos, yogures, quesos y, en general, alimentos que no necesiten temperaturas tan bajas como carnes y pescados.
  • Productos ya cocinados. La parte superior la puedes reservar para alimentos que necesitan menos frío como productos ya cocinados.
  • Huevos. Tampoco es arbitrario el espacio dedicado a los huevos en la puerta de la nevera. Se trata de un lugar fresco pero sin un frío excesivo, que podría congelarlos. En la puerta también puedes colocar productos como mantequillas, salsas, bricks (leche, bebidas vegetales, gazpachos)…
  • Alimentos que es mejor no refrigerar. Recuerda que, aunque el frigorífico puede ser muy útil para la conservación de determinados alimentos, hay otros a los que el frío no les viene bien y que, sin embargo, a veces vemos en las neveras. Caso, por ejemplo, de productos como patatas, cebollas, aguacates, cítricos, plátanos, tomates.

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