Ya lo decía Eduardo Navarrete cuando, ataviado con unas alas de Cupido, participó en uno de los programas de MasterChef celebrity 7. El amor estaba en el aire y en esta edición del talent se han vivido divertidas y románticas historias que acababan casi siempre con unas calabazas. Xavier Deltell fue el primero en caer rendido ante una de sus compañeras, María Zurita, con quien forjó una gran amistad durante el talent. No dudó en declararse cuando apenas había comenzado el programa, hincando la rodilla y ofreciéndole un anillo que, con humor, la sobrina del rey Juan Carlos aseguraba que luciría en su boda con el cómico. Sus encuentros fuera de cámaras para practicar en la cocina y los detalles de Deltell en cada prueba de exteriores (le regalaba los ingredientes que encontraba por las cocinas) conquistaron a la audiencia, que esperaba con ganas la próxima ocurrencia de la pareja.

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Abandonaron sin embargo las cocinas, aunque dejaron en ellas otro tonteo que se ha sellado con el beso más esperado. El actor Manu Baqueiro, que ha llegado al duelo final, fue bautizado desde el principio como el conquistador de esta edición del talent culinario. Pícaro y vacilón lanzaba piropos a su compañera Patricia Conde que le respondía con ironía y humor. “No sé si tienes presupuesto para la película que te estás montando” le decía cuando él fantaseaba, divertido, imaginando su futuro. Con el paso de las semanas se fue forjando una gran amistad y empezaron a mostrarse mucho apoyo en las pruebas y a sufrir con la tensión del otro cuando, por ejemplo, alguno se enfrentaba a la eliminación.

La visita de las familias dejó una de las anécdotas más simpáticas pues Patricia reconocía después que su madre y la madre de Manu se habían hecho amigas y hacían planes juntas cuando coincidían en Madrid. El intérprete se reía haciendo un gesto de victoria, ante el entusiasmo de compañeros y jueces que seguían atentos sus avances. Las pruebas de la final fueron un auténtico test para los nervios de los concursantes que se enfrentaban a un cocinado en exteriores muy exigente en el Mandarin Oriental Ritz. Patricia se vio superada por la tensión como reconoció después, unos nervios que gestionó sacando su sentido del humor.

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Y fue entre bromas e ingredientes cuando ¡llegó el esperado beso! El actor no se lo esperaba cuando su compañera se lo pidió, tras mojarse los labios en jarabe de violeta, pero claro que dijo que sí. "No sé si he pillado bien el sabor" repetía él persiguiéndola para repetirlo, mientras ella guiñaba el ojo riéndose. “Maniobras de distracción” dijo con una sonrisa Manu y, desde su cocina, Patricia le miraba con la satisfación de haberle desconcertado. Le dio suerte este gesto de su amiga pues ha sido él quien ha pasado al duelo final en el que medirá sus habilidades con Lorena Castell. Sin duda el mejor de los finales y el momento más esperado por los incondicionales del talent que se han emocionado con su tierna historia.