La fama de buenas reposteras de las monjas clarisas viene de largo. Sus pastas artesanas, con recetas centenarias que pasan de generación en generación, son bien conocidas, pero ahora, en Navidad, hay un dulce que está triunfando por encima de todos. Las Clarisas Reparadoras de Vilar de Astrés, en Ourense, han desatado la locura con sus panettones. No es el primer año que los hacen, pero después de salir en las redes sociales haciéndolos de forma tan artesana, han levantado una expectación que ni ellas mismas se esperaban y que les llena de felicidad.
Empezaron haciendo unos 1.000 panettones, la pasada Navidad elaboraron ya 6.000 unidades y este año han extendido la campaña desde octubre hasta el mes de enero para atender tanta demanda. Preparan una media de 150 panettones diarios y a través de la tienda online los venden a toda España. Las monjas clarisas no dan abasto y este año han colgado el sold out para la campaña de Navidad 2025-2026. Han agotado todas las existencias.
Y es que, como avanzan las religiosas, todos sus dulces, también las famosas pastas, son “mano de santo” para contentar paladares tristes y almas alicaídas.
Dulces 100% artesanos y hechos con mucho amor
Todos los dulces de las clarisas son muy valorados por su calidad y el ‘amor’ que las hermanas ponen en cada pieza. Elaboran panettones tradicionales, usando manteca, mantequilla, pasas y frutas confitadas, con un proceso artesanal para conseguir una masa suave y un aroma especial. Las religiosas detallan que sus panettones tienen un toque especial y secreto que los hace aún más apetecibles.
Las reposteras del convento preparan este bollo masa tipo brioche de cinco tipos: chocolate, naranja y chocolate, nuez, pasas y chocolate, naranja y pasas y el natural (sin ingrediente extra). Y su precio es muy económico, desde 15 euros la pieza.
Sus galletas y pastas son también muy reconocidas y se venden en todas partes. Durante todo el año preparan Vilarcitos, Amoriños, Galletas de Nata, Damianitas y Bastoncitos de San José. En Navidad, el surtido de polvorones es lo más demandado, y también hay que probar su famosa bica, un bizcocho tradicional gallego, esponjoso y muy sabroso.








