Arrancaba anoche el duelo final de MasterChef Celebrity 10 con los jueces del programa, mostrándose incapaces de atisbar quién podría alzarse con el premio. “Los dos saben, los dos quieren y los dos pueden”, aseguraba Jordi Cruz. No había, pues, un finalista que apuntara más alto que otro en las quinielas.
Sin embargo, a pesar del gran trabajo y aptitudes mostradas por Miguel Torres, finalmente fue el menú de Mariló Montero el que resultó estar un poquito por encima, según el criterio del jurado (acompañado en esta ocasión por el chef Oriol Castro, del restaurante Disfrutar).
Una emocionada Montero explicaba durante la presentación de sus recetas que había querido inspirarse para su creación tanto en sus orígenes como en su familia. Comenzaba la periodista con La huerta, un entrante a base de verduras en texturas, con el quiso homenajear a su madre y a su Navarra natal. Como plato principal, un plato llamado Besos, a base de solomillo Welllington de corzo, que Mariló dedicaba a sus hijos (Rocío y Alberto, ambos presentes en el plató). El broche dulce lo ponía la presentadora con un postre de fresas escabechadas, quenelle de yogur, velo de pacharán y algodón de azúcar, que igualmente cosechó numerosos elogios.
Pocos hubieran imaginado hace solo unos meses que alguien con tan poca experiencia frente al fogón podría llegar tan lejos en tan poco tiempo. Así que es precisamente por ahí por donde arranca nuestra charla con Mariló, rebautizada por los jueces como ‘la cocinera tenaz’.
¿Cómo alguien que hace solo unos meses apenas sabía poner un puchero al fuego consigue hacer un menú tan espectacular como el que preparaste ayer en la final?
Es que lo menos que podía hacer cuando me invitaron a participar en el concurso era ponerme a aprender. Esto va muy ligado a mi personalidad; sabía que debía intentar prepararme lo mejor posible.
Creo que tuviste como profesor a Mario Sandoval, chef de Coque...
Sí, pero esto fue ya más tarde. Al principio pedía entrar en carnicerías y pescaderías para aprender. Quería saber como trinchar un pollo, limpiar un pescado… pero no me dejaban. Aun así me empeñé en practicar mucho, viendo vídeos, con profesores particulares. Y luego ya con Mario.
Y cuando arrancó el programa, ¿qué fue lo más difícil?
Puedo asegurarte que las tres primeras semanas estaba aterrada. A mí me gusta prepararme, estudiar mucho. Pero es que aquí era un proceso inverso: primero era el reto, tenía que enfrentarme constantemente a la elaboración de platos que no conocía, y después era cuando me iba corriendo a estudiar.
¿No te esperabas un nivel de cocina tan alto?
Hombre, es que el primer día empezaban a hablar de cosas como fondo blanco, fondo oscuro… términos que yo no entendía. Ya te digo que las tres primeras semanas fueron aterradoras para mí, estaba totalmente paralizada.
¿Y en qué momento empezaste a pensar que sí ibas a poder con ello?
Como lo pasaba tan mal, hice una introspección psicológica y me dije a mí misma: a ver, si sabes que cada vez que vas a grabar el programa, hay un reto nuevo que desconoces, trata de disfrutar esa sorpresa en lugar de considerarlo como un precipicio.
Parece que esa introspección funcionó… ¿Te siguen quedando ganas de cocinar?
Totalmente. Para mí MasterChef ha sido una experiencia que se va a quedar conmigo para toda la vida. Y que me ha dado herramientas para seguir cocinando siempre. Es algo que, por supuesto, seguiré haciendo.
EL LADO GASTRO DE MARILÓ MONTERO, EN CORTO
Un plato que bordas
Ahora mismo, las tortitas de camarón… ¡Me salen de maravilla!
Un recuerdo gastro de la infancia
Los productos de la huerta de mi madre y también el atún con tomate que ella me hacía.
Un ingrediente que jamás falta en tu despensa
Huevos, pan y vino.
El plato más raro que has probado
En su día, tuétano. Lo probé en México. Ahora es más común aquí, pero entonces no lo era.
Un restaurante del que nunca te cansas
Imposible decir solo uno. Pero el mejor es el ‘restaurante’ que dirigen las manos de un ser querido. Cuando me cocinaba mi madre, o me cocina mi hermano, mis amigas…
Uno pendiente
También muchos. A raíz del programa, Juanjo Bona y yo hemos hecho la promesa de recorrernos los estrellas Michelin. ¡Tenemos que hacerlo!
Un capricho gastro que te gusta concederte
Unos buenos pimientos del Piquillo.
Una celebrity internacional a quien te gustaría prepararle un plato
No soy muy mitómana. Yo, con cocinar a mi familia, ya me siento muy feliz.
Un plato que nunca falta en tu mesa de Navidad
El cardo. Y tampoco el cochinillo. Son dos platos que siempre están.
Un regalo gastro especial
Mario Sandoval me ha regalado unos cuchillos con mango de cuerno de cabra y un filo que debe ser único en el mundo. No imaginaba lo importante que podían ser los buenos cuchillos para un cocinero.
La palabra que mejor define lo que sientes cuando cocinas
Amor. He conocido lo que es amar a través de la cocina. No pensé que podría sentir algo similar a mi edad.









