Cinco meses hace ya que llegó a su vida y todavía no parece que vaya a separarse pronto de ella. Keira Knightley ha descubierto cuál es su mejor papel y este no tiene nada que ver con la gran pantalla. En esta ocasión, es la vida la que le ha dado un guion con el que se siente completa.
La intérprete de títulos como Piratas del Caribe y The Imitation Game ha hecho algunos cambios en su carrera para dedicarse a criar y disfrutar de su hija Edie. Es frecuente verla paseando con su marido y con la pequeña, a veces en el cochecito y otras en esta mochila portabebés, que es uno de sus accesorios preferidos a juzgar por las veces que lo utiliza. En esta ocasión parece que le faltan manos, ya que además del biberón, lleva su pequeño bolso y es que ser mamá no tiene por qué ser incompatible con ir a la moda.
Ya declaró que no abandonaría su profesión tras ser madre, así que, aunque por el momento no está involucrada en ningún proyecto de cine, sí se ha dedicado al teatro. Tal vez el horario fijo y que no suponga viajar ayuda a compaginarlo con la maternidad mejor que un rodaje. Thérèse Raquin es el título del montaje con el que Keira ha debutado en Broadway, que adapta la novela de Emile Zola y en el que Keira interpreta a una mujer atrapada en un matrimonio sin amor que vive un romance con un amigo de su marido. En la gran pantalla, su último estreno fue la cinta Everest, en la que comparte créditos con Jason Clarke, Jake Gyllenhaal y Josh Brolin.
Keira Knightley y James Rihgton, dos papás 'canguro' por las calles de Nueva York
La hija de Keira Knightley, compañera de compras de su madre a sus tres meses de edad
Siempre que tiene algo de tiempo libre lo pasa con su marido James Rington y su bebé, que crece un poco más cada día. En este ocasión además al paseo se unieron los padres de Keira, Will y Sharman, que también disfrutaron de este ratito en familia con su nieta. Keira y James se convirtieron en padres en el mes de mayo, precisamente el mismo mes en que celebran su aniversario de boda –se casaron en 2013 en una ceremonia íntima en la Provenza francesa.