Una de las familias más numerosas del cine ha vuelto a hacer las maletas y ya está en Berlín, país en el que residirá durante los próximos meses. Angelina Jolie y Brad Pitt han puesto punto y final a su estancia en Niza, en Francia, lugar en el que nacieron los mellizos Knox Leon y Vivienne Marcheline el pasado mes de julio. Desde entonces habían permanecido en una villa a las afueras de la ciudad francesa y, mientras Brad Pitt viajaba de vez en cuando por los diversos festivales de cine promocionando la última película de los hermanos Coen, Burn after Redding, Angelina se ocupaba de los bebés. Ahora toda la familia se ha reunido de nuevo en una lujosa villa, a orillas del lago de Wansee, en una exclusiva zona residencial: una vivienda con 2.750 metros cuadrados, un jardín de 12.000 metros y embarcadero.
Dos niñeras y tres cocineros Es precisamente en Berlín donde el protagonista de Troya comenzará dentro de poco el rodaje de su nueva película Inglorius Bastards, cinta dirigida por Quentin Tarantino basada en la II Guerra Mundial. La pareja ha reforzado, con cámaras de vídeo y lonas que tapan la verja del jardín, la seguridad de su casa y cuenta con la ayuda de tres cocineros y dos niñeras para cuidar a los niños. A su llegada al aeropuerto de Tempelhof, se pudo ver a Brad, con un sombrero blanco, metiendo en el coche a Maddox, de 7 años, Pax Thien, de 4, Zahara, de 3, Shiloh, de 2, y los mellizos, seguido de cerca por Angelina. A la actriz es la primera vez que se la ve después de que posara junto a su marido y los bebés el pasado agosto, en exclusiva para la revista ¡HOLA!.
Entonces los felices padres explicaban lo que era recibir a dos bebés a la vez, teniendo en casa otros cuatro hijos. "Es un caos", bromeaba la actriz de Hollywood, "pero nos organizamos y estamos viviendo un momento maravilloso". Por su parte, Brad confesaba a quién se parecían los recién nacidos: "Viv se parece a Ange en su espíritu, actitud y físicamente... Y Knox tiene un poquito de mí".
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