Varias semanas lleva en España Adrien Brody para familiarizarse con el mundo del toro de la mano de Cayetano Rivera Ordóñez. Pronto comenzará a rodar junto a Penélope Cruz la película "Manolete" y como actor de método que es, se ha metido de lleno en el papel. En una finca de Cádiz, donde han realizado algunos entrenamientos, se ha podido ver por primera vez al protagonista de "El pianista" (de gran parecido físico con Manolete) vestidos de luces y preparado para recibir instrucciones de Cayetano. Brody está estos días acompañado por su madre, la fotógrafa Sylvia Plachy que está inmortalizando cada anécdota. En las próximas semanas se espera la llegada de Penélope Cruz, quien tras pasar unos días de descanso junto a Matthew McConaughey y presentar "Bandidas" en México, se pondrá en la piel de la aspirante a actriz Lupe Sino, el gran amor del diestro fallecido en la plaza de Linares.
Brody, de treinta y dos años, reconoce que ganar el Oscar le pilló de sopresa: "No me lo esperaba", dice, "y muchos tampoco". "El Oscar te da estatus y la oportunidad de ser más selectivo con tu trabajo. Antes estaba más sujeto a lo que me daban, y ahora yo soy el que pido", comentaba en una reciente entrevista en el rotativo El Milenio, el actor, quien señala que si no se hubiera decidido por la interpretación: "Creo que sería un chico sencillo de Queens, apegado a sus padres y con ganas de casarse y tener muchos hijos". Brody es un apasionado de la velocidad (conduce un Porche 911 turbo, con el que ganó la carrera el Gumball 3000, una rally ilegal para millonarios -sólo la cuota de inscripción vale doce mil euro- y amantes de la velocidad que recorre tres mil millas en cinco días por carreteras convencionales de diversos países a más de doscientos cincuenta por hora; y de la familia: "Siempre procuro estar cerca de ellos, especialmente en fechas especiales como la Navidad y el Año Nuevo. Cuando llegan esos días me mudo nuevamente a casa de mis padres y paso todo el tiempo disfrutando de ellos".
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