Charlize Theron, la nueva 'venus rubia' del cine americano

Por hola.com

Su vida, sin embargo está marcada por un oscuro acontecimiento del que prefiere no hablar, la muerte de su padre en 1990, cuando ella tenía quince años. Durante mucho tiempo la versión oficial apuntó a que este había fallecido en un accidente de tráfico, pero no hace mucho se supo que Charlize fue testigo de cómo su madre le disparó en defensa propia después de que este llegara una noche a casa empuñando un arma, hecho por el que fue absuelta. Años después su hermano, fruto del segundo matrimonio de su madre, desapareció trágicamente en un accidente de circulación.

La danza, vía de escape
Sus estudios de danza, que tuvo que dejar más tarde por una lesión, le ayudaron durante años a sobreponerse al ambiente que se respiraba en su casa, pero la incertidumbre dominaba su futuro. Eran también años de enfrentamientos raciales en Sudáfrica, de cambios sociales y políticos que culminarían con la llegada al poder de Nelson Mandela, a quien por cierto la actriz admira por encima de todo. Por ello Charlize, que siempre contó con el apoyo de su familia para marcharse del país, encontró su vía de escape en un concurso de belleza local. El premio consistía en un viaje a Milán y un curso de modelo. Tenía dieciséis años, y ganó.

La vida de modelo
Se dedicó entonces a los desfiles, a las pasarelas, a la publicidad. Durante un viaje profesional a Nueva York decidió quedarse, estudió e incluso pudo dar rienda suelta a su afición por la danza en el ballet Joffrey, pero una lesión en la rodilla le obligó a abandonar definitivamente. Como ella misma reconoce, nunca le gustó el trabajo como modelo, un mundo del que ha llegado a renegar y que Woody Allen le dio la posibilidad de parodiar en "Celebrity". De la Gran Manzana su espíritu inquieto la llevó a Los Ángeles con pocos dólares en el bolsillo y muchas ilusiones puestas en su futuro. Fue una época dura en la que luchó por abrirse paso en el mundo del cine.

Su debut en el cine
Descubierta por el realizador John Crosby, debutó en 1997 con la película "Dos días en el valle", un drama criminal que no tuvo demasiado éxito pero que le sirvió para que más de uno se fijara en su espectacular físico. Rodó varias escenas de desnudo para dicho filme y, aunque al principio no le "molestó salir sin ropa en pantalla", según sus propias palabras, poco después terminó arrepintiéndose: "Después de hacer la película sólo me llegaban ofertas de chica sexy. Si no rompía el molde, si no me mostraba como una verdadera actriz, no iba a salir del encasillamiento. Así que estuve un año sin trabajar".