4. Enjuagar la piel con agua a 30ºC
No es que haya que comprobar con un termómetro la temperatura, la clave está en no llegar nunca a extremos: "Si tuviéramos que elegir una temperatura exacta, rondaría los 30ºC, la ideal para poder fundir las impurezas y eliminarlas del rostro, pero sin llegar a comprometer la barrera hidrolipídica de la piel", explica la directora técnica de la marca Medik8, Elizabeth San Gregorio.
Aprovechando la oportunidad, la experta también corrige el mito de que el agua helada es la panacea en términos de belleza: "Cuando aclaramos la piel con agua muy fría, los lípidos que la conforman y las impurezas de base oleosa tienden a solidificar. Por entenderlo, es como si dejamos enfriar el aceite de una sartén y luego intentamos lavarla con agua fría. Es posible que, dada la situación, la sartén se mantenga sucia. Pues bien, lo mismo ocurre con nuestro rostro". Por el contrario, sí que lo recomienda cuando se parte de un cutis completamente limpio por sus beneficios para la circulación.