Fallece, a los 97 años, Estée Lauder, la última gran dama de la cosmética

Mujer pionera y llena de iniciativa, fue la fundadora de un gigante del mundo de la belleza

Por hola.com

Pronto empezó a correr el rumor de que, en esas peluquerías hacían verdaderas maravillas en la piel. La clientela de Estée se fue ampliando progresivamente hasta que comenzaron a acudir mujeres de toda la ciudad e incluso de otros estados del país. La clave del éxito era muy sencilla, aunque totalmente novedosa para la época: Estée Lauder repartía muestras gratuitas a todas las clientas para que probaran los productos en casa y, una vez convencidas, volvieran a la peluquería a comprarlos. Lo que a Estée Lauder le parecía lo más natural del mundo se convertiría, años más tarde, en una práctica comercial habitual.

Desbordados por los pedidos, los Lauder se vieron obligados a ampliar sus instalaciones, y todo siempre en familia: mientras Estée mezclaba las fórmulas, esterilizaba los envases y empaquetaba los productos, su marido Joseph se encargaba de la contabilidad y su hijo mayor, Leonard, repartía la mercancía en bicicleta.

1946 fue una fecha clave para la compañía, cuando las empresas de Estée Lauder se crearon oficialmente. Su primer gran éxito llegó en 1953 con la creación de Youth Dew, el primer aceite de baño perfumado, en una época en que las americanas se perfumaban sólo en ocasiones especiales. Más tarde, desarrolló esta capacidad y se convirtió en una auténtica nariz, creando fragancias eternas como White Linen o Beautiful.

La expansión internacional llegó en 1960, cuando los productos Estée Lauder se comercializaron por primera vez en Londres. Este gran paso adelante fue posible gracias a Leonard Lauder, hijo mayor de Estée y Joseph, recién licenciado en empresariales y con vistas de futuro muy ambiciosas. Años más tarde, la familia Lauder creó otras líneas, como Aramis, Clinique y Prescriptives. La última creación de la familia Lauder fue Origins en 1990, una marca ecologista al servicio del bienestar total. Hoy por hoy, las riendas de la empresa siguen en manos de la familia Lauder, aunque la salida a bolsa de la compañía en 1995 haya aportado una nueva dimensión. Tanto los hijos de Estée y Joseph Lauder, Leonard y Ronald, como su nuera Evelyn y sus nietos y nietas (Aerin Lauder es una de las herederas del imperio) llevan hoy las riendas del grupo a nivel mundial.

El carácter familiar de la compañía se aprecia también en las numerosas acciones filantrópicas que ésta emprende constantemente, tanto en los Estados Unidos como en los países donde comercializa sus productos. Uno de los proyectos más ambiciosos y humanos del grupo es la campaña de lucha contra el cáncer de mama, emprendido en 1989 por Evelyn Lauder, nuera de Estée.