Cómo el flequillo de Brigitte Bardot se convirtió en símbolo de libertad: “Rompió con la rigidez de los peinados franceses de los años 40 y 50”


La inolvidable actriz ha fallecido a los 91 años, dejando tras de sí un legado de inspiración eterna


Image© Corbis/VCG via Getty Images
Amaia LeónRedactora jefe de Moda y Belleza
29 de diciembre de 2025 - 11:36 CET

Este fin de semana, conocíamos una triste noticia para cinéfilos y también para amantes de la historia de la moda: el fallecimiento de Brigitte Bardot. La ex actriz y cantante, centrada desde hace décadas en el activismo en pro de los animales, se despedía para siempre a los 91 años, tal y como comunicaba la fundación que lleva su nombre, que no ha revelado más detalles sobre la muerte de su creadora. Brigitte Bardot, icono de la libertad del siglo XX, no solo revolucionó el cine con sus papeles atrevidos y sus sensuales interpretaciones, sino que también estableció las bases de una forma de vestir, peinarse y maquillarse bohemia que triunfó en los años 70 y se mantiene presente hoy.

Brigitte Bardot durante el rodaje de 'Una vida privada' (1962)© Corbis via Getty Images
Brigitte Bardot durante el rodaje de 'Una vida privada' (1962)

El 'flequillo Bardot', símbolo de la libertad

Puede que el "escote Bardot" sea la tendencia más conocida de la icónica actriz francesa, pero hay otro detalle que identifica su imagen: su peinado, una melena rubia y capeada con el flequillo abierto que, a día de hoy, sigue siendo uno de los más pedidos en las peluquerías. Conocido como curtain fringe, estos mechones frontales que caen de forma -aparentemente- despreocupada y aleatoria, potenciando el aire boho chic que la caracterizaba, acompañaron a Brigitte Bardot durante toda su vida, desde sus películas más famosas en los años 60 hasta su fallecimiento.

1966© Getty Images
1966

Que la artista escogiera este look no fue una casualidad, sino que era una manera de enfatizar el mensaje de libertad que defendía, también, con su trabajo y su propia vida. Como explica el peluquero francés David Lesur, director de formación de los salones David Künzle, "Brigitte Bardot rompió con la rigidez de los peinados franceses de los años 40 y 50; su estilo era más libre, relajado, con una sensualidad casual que se volvió deseable e imitado por mujeres de todo el mundo”. 

Y es que, tras la Segunda Guerra Mundial, la estética clásica se impusó en la moda de mediados de siglo. Siluetas como el New Look de Dior y peinados como las ondas al agua o el moño italiano eran los favoritos entre las estrellas de cine. Hasta que llegó Brigitte Bardot, precursora del estilo hippie y el espíritu libre que se popularizarían en los años 70.

'Querida Brigitte' (1965)© FilmPublicityArchive/United Arch
'Querida Brigitte' (1965)
Jeanne Moreau y Brigitte Bardot en una promoción de la comedia '¡Viva María!' (1965)© Getty Images
'¡Viva María!' (1965)

David Lesur define su melena larga, rubia y voluminosa como "un look salvaje y rebelde que explotó en las películas de Vadim, Gordard y Louis Malle".  El acabado effortless, con cardado superior y ondas deshechas, tampoco era una elección del azar: "se asocia con la feminidad y la sensualidad. Por supuesto, luego le añadía pañuelos, cintas, diademas y sombreros que ayudaron a forjar su imagen de icono de la moda, de hecho ella creó el look Riviera (marinero) en Saint Tropez”, afirma el experto.

1960© Getty Images
1960
Septiembre de 1995© Getty Images
Septiembre de 1995

El peinado que llevó durante décadas

Cuando Brigitte no dejaba su melena suelta, casi despeinada, la recogía en peinados sencillos y alineados con ese estilo relajado que inspira vacaciones. En su evocador álbum de peluquería encontramos coletas altas, semirrecogidos deshechos... y un moño, el moño bouffant, que siguió llevando mucho después de abandonar su carrera como actriz. Este recogido "supercardado y vintage, alto, fijado con laca y horquillas simulando un nido de pájaros", tal y como detalla David Lesur, fue el que lució en sus últimas apariciones. Lo completaba siempre con varios mechones sueltos y despeinados alrededor del rostro, como un recuerdo del flequillo que convirtió en símbolo de rebeldía y libertad y que llevará siempre su nombre.

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