Tras meses de andamios, desvíos y accesos provisionales, Chamartín empieza a mostrar las primeras señales visibles de su transformación. Las obras, que comenzaron en 2023 y no concluirán totalmente hasta 2033, dan este miércoles un paso significativo: se reabre en parte la entrada principal y lo hace con un nuevo símbolo del proyecto, una bóveda acristalada diseñada para proteger a los viajeros y dar luz a la futura gran plaza de acceso.
Esta reapertura supone recuperar por fin la entrada natural a la estación, que llevaba meses desplazada a accesos provisionales para permitir avanzar en el antiguo vestíbulo.
Una nueva entrada para una estación que cambia de escala
El nuevo acceso, situado en la plaza de la estación, llega con una cubierta de vidrio laminado sostenida por 253 nudos cilíndricos y 698 barras de acero. La estructura, formada por siete pares de arcos de 8,5 metros de altura y 34 metros de luz, convertirá este espacio en un área de espera protegida y mucho más luminosa que la anterior.
Recuperar la plaza como entrada principal permitirá continuar con la demolición de locales provisionales que ocupaban gran parte del espacio exterior y avanzar hacia la reorganización urbana que tendrá lugar en los próximos años.
2.100 metros cuadrados nuevos de vestíbulo: más espacio y mejor circulación
La reapertura de la entrada viene acompañada de una ampliación del vestíbulo: 2.112 m² adicionales, que se suman a los más de 6.700 ya ejecutados. El objetivo es claro: duplicar la capacidad de la estación para el tráfico de Alta Velocidad, que no deja de crecer.
El nuevo vestíbulo incorpora:
- 400 asientos
- dos espacios de restauración (ahora cerrados temporalmente)
- cargadores
- máquinas autoventa
- 26 pantallas y 12 paneles informativos
- el nuevo local del servicio Acerca, para personas con discapacidad o movilidad reducida
La estación avanza por fases: cada metro cuadrado que se abre permite cerrar otro y continuar la obra sin interrumpir la actividad ferroviaria.
Lo que impacta hoy al viajero: no hay cafeterías dentro
Desde el 1 de diciembre, Chamartín ha cerrado todos los locales de restauración interiores. Es temporal, pero afecta directamente a la experiencia de viaje: no se podrá comprar un café, un agua o un snack dentro del vestíbulo principal.
Para paliarlo, Adif ha habilitado food trucks en el exterior, que serán la única alternativa hasta que se complete la reforma del área de restauración.
Cambios recientes que ya están en uso
Estas novedades se suman a otros avances de los últimos meses:
- El paso inferior que conecta Alta Velocidad con Cercanías ya está operativo.
- Las nuevas vías y accesos a andenes empiezan a inaugurarse de forma progresiva.
- Se ha recuperado el antiguo vestíbulo de Cercanías, cerrado desde los años 80, ahora transformado en un gran espacio intermodal de más de 2.300 m².
Todas estas actuaciones forman parte de un proyecto que supera los 540 millones de euros.
Un proyecto a diez años vista que ya deja ver su forma final
La Chamartín que viene será casi irreconocible respecto a la actual. La estación:
- duplicará su vestíbulo hasta los 18.000 m²
- duplicará su capacidad AVE, pasando de 6 a 12 vías estándar
- reorganizará sus flujos de viajeros
- tendrá nuevas zonas peatonales, aparcamiento seguro para bicicletas y un edificio para consigna
- incorporará energías renovables, materiales sostenibles, zonas verdes y espacios inteligentes
- se conectará mejor con Metro, Cercanías, bus y taxi
Todo ello forma parte del proyecto Chamartín Ecosistema Abierto, que rediseñará la estación y su entorno urbano con nuevas bóvedas, terrazas escalonadas y tres torres de oficinas de hasta 50 plantas.
La luz al final del túnel
Aunque la reforma completa seguirá durante años, este hito marca la primera vez en mucho tiempo que los viajeros perciben un avance tangible: una entrada renovada, un vestíbulo más amplio y un proyecto que empieza a tener forma.
La nueva Chamartín ya no es solo un render, es decir, una imagen digital generada por ordenador: ha empezado a construirse delante de los ojos de los pasajeros.








