España vuelve a enfrentarse a un brote de peste porcina africana por primera vez desde 1994. Cataluña ha activado el nivel máximo de alerta tras detectar el virus en varios jabalíes de la sierra de Collserola, a las puertas de Barcelona, y la situación ha obligado a movilizar a la Unidad Militar de Emergencias (UME).
El despliegue es ya multisectorial: restricciones en 76 municipios, un perímetro blindado de 20 kilómetros y más de 250 agentes junto a equipos especializados en riesgos biológicos.
El brote llega además en un contexto complicado. A la peste porcina africana se suma la dermatosis nodular infecciosa —una enfermedad vírica que afecta al ganado bovino y causa fiebre y nódulos dolorosos en la piel—, detectada también en Cataluña en las últimas semanas; y, en paralelo, la gripe aviar, que no es exclusiva de Cataluña, sino una alerta de vigilancia activa en toda España, con medidas de bioseguridad obligatorias para el sector avícola según el Ministerio de Agricultura.
Collserola, 'zona cero' del brote
El hallazgo de 14 jabalíes muertos, varios de ellos pendientes de confirmación por PCR, en el entorno de la Universitat Autònoma de Barcelona, dentro del Parc Natural de la Serra de Collserola —el gran pulmón verde que rodea Barcelona y conecta municipios como Cerdanyola, Sant Cugat y Montcada—, ha llevado a la Generalitat a establecer dos perímetros de seguridad: uno de 6 kilómetros, cerrado salvo a residentes, y otro de 20 kilómetros, donde están prohibidas las actividades al aire libre. La zona alberga unos 900 jabalíes, una población capaz de propagar rápido el virus, pero también lo bastante localizada como para frenarlo si se actúa con urgencia.
A petición de la Generalitat, un equipo NRBQ —especializado en riesgos nucleares, radiológicos, biológicos y químicos— de la UME procedente de Torrejón ya trabaja en Collserola, y se esperan más refuerzos. Mossos d’Esquadra, Guardia Civil, policías locales, Agents Rurals y Protección Civil completan un dispositivo de contención coordinado.
Su misión: localizar animales infectados, sellar el perímetro y evitar que el virus llegue a las granjas, que por ahora se han librado. Los análisis realizados en las 39 explotaciones porcinas del área de vigilancia han dado negativo, de modo que la PPA sigue afectando únicamente a fauna salvaje. Pero el impacto económico puede ser enorme igualmente.
¿Por qué puede costar millones aunque no llegue a una granja?
La peste porcina africana no afecta a humanos, pero sí a las exportaciones. Mientras la UE mantiene abiertas las fronteras, más de 20 países terceros —entre ellos China, México, Japón o Taiwán— bloquean productos procedentes de cualquier zona afectada. El Gobierno ha paralizado más de 100 certificados sanitarios y renegocia uno por uno para evitar un frenazo que afectaría a un sector que mueve 8.800 millones de euros al año.
¿Cómo pudo llegar el virus?
Una de las hipótesis más plausibles es la ingesta por parte de jabalíes de restos de embutidos o carne contaminada abandonados en la zona. Un solo contacto es suficiente para desencadenar un brote.
¿Es controlable? Los expertos creen que sí. Según Joaquim Segalés (IRTA-CReSA), en declaraciones a La Vanguardia, el foco podría limitarse a una población estable de 25-30 jabalíes en torno a la Universitat Autònoma de Barcelona. Si el virus no ha salido de ese núcleo, podría controlarse en pocas semanas, aunque todavía se desconoce cuántos animales pudieron contagiarse al inicio.
Desde México, el president Salvador Illa ha garantizado que la Generalitat informará “en todo momento” y que la gestión será estrictamente científica. “Ciencia y transparencia”, repitió en su comparecencia.
La otra alerta: la gripe aviar, vigilancia en toda España
A diferencia de la peste porcina africana (PPA), la gripe aviar (IAAP) no es un foco localizado, sino una alerta nacional. El Ministerio de Agricultura mantiene medidas de bioseguridad, prohibiciones de cría al aire libre en zonas de riesgo y vigilancia constante en aves silvestres para evitar su entrada en granjas. La combinación de ambos virus —PPA en Cataluña y gripe aviar en todo el país— obliga a una coordinación máxima entre administraciones y al cumplimiento estricto de las restricciones.





