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Juan Fernández, de Fundación MAPFRE: "Esta es la estafa online más peligrosa para mayores y cómo no caer jamás en ella"


Fundación MAPFRE acaba de presentar una guía para que los senior aprendan a usar la tecnología de forma segura, práctica y divertida


Juan Fernández Palacios, director del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE© Fundación MAPFRE
26 de septiembre de 2025 - 18:30 CEST

Con el auge de la digitalización, los mayores ya no se limitan a usar WhatsApp o la banca online: quieren explorar nuevas aplicaciones, protegerse de estafas y aprovechar la tecnología para mejorar su bienestar y autonomía. Para guiarlos, Fundación MAPFRE ha presentado la guía Longevidad y tecnología. Guía senior para hacernos cultos digitales, que ofrece consejos prácticos sobre movilidad, salud digital, inteligencia artificial y seguridad online. Hablamos con Juan Fernández Palacios,  director del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE  para conocer cómo los senior pueden navegar el mundo digital con confianza y sacar el máximo provecho a estas herramientas.

Hombre mayor con un teléfono móvil © Adobe Stock
Hombre mayor con un teléfono móvil

Más allá de WhatsApp y la banca online, ¿cuáles son esas 3 herramientas o apps 'secretas' que los mayores aún no conocen y que podrían transformar radicalmente su día a día?

Hay muchas aplicaciones que podrían resultar muy útiles para los senior, pero que todavía no forman parte de sus hábitos digitales cotidianos. Por ejemplo, según nuestro ‘V Barómetro del Consumidor Senior’, apenas un 15% ha utilizado alguna vez plataformas de movilidad o car sharing. Sin embargo, este tipo de aplicaciones ofrecen una alternativa segura y cómoda para desplazarse sin necesidad de tener vehículo en propiedad, lo que facilita la autonomía y la vida activa.

Algo similar ocurre con los servicios digitales de salud, usados solo por el 26% de los senior. Estas herramientas permiten desde pedir cita médica hasta realizar un seguimiento de la medicación o controlar parámetros de bienestar. Su uso regular supondría una gran ayuda para mantener la prevención y el autocuidado en edades más avanzadas. 

En la misma línea, únicamente un 29% ha hecho uso de aplicaciones vinculadas al hogar conectado. Desde programar la calefacción hasta gestionar la seguridad doméstica, estas utilidades pueden aumentar tanto la comodidad como la tranquilidad de los mayores y sus familias.

En este sentido, en nuestra guía ‘Longevidad y Tecnología. Guía senior para hacernos cultos digitales’ abordamos estas opciones porque son todavía minoritarias entre los senior, pero cuentan con un gran potencial para mejorar su bienestar, independencia y calidad de vida.

Se habla de Inteligencia Artificial como una gran aliada. Para alguien de 70 años que solo usa el móvil para lo básico, ¿cuál sería el primer paso práctico y útil para empezar a usar la IA sin sentirse abrumado?

En efecto, puede ser una gran aliada, y así lo destacamos en nuestra guía, donde la presentamos como un asistente virtual siempre disponible que puede simplificar muchas tareas cotidianas, como buscar información de manera más precisa, redactar mensajes o emails, localizar entretenimiento más adaptado al perfil de la persona, planear un viaje, etc. Por ello, tal y como recomendamos, la clave está en experimentar y hacer preguntas con claridad. Mientras más precisos seamos, mejores serán las respuestas, que siempre debemos tomar con prudencia y las debidas reservas; no hay que olvidar que estos sistemas ‘están aprendiendo’ y no están exentos de cometer errores o imprecisiones.

Para aprovechar todo su potencial, en la guía también incluimos una selección de cursos prácticos que permiten ampliar la formación en cada uno de los temas que abordamos y, en este caso, también en el uso de la IA.

Vuestro informe destaca que los senior leen más noticias online que otros grupos. ¿Cómo pueden aprender a diferenciar una noticia falsa (fake news) de una verdadera con solo mirar el titular o la fuente?

La desinformación es, precisamente, uno de los temas que desarrollamos en nuestra guía, porque creemos que puede afectar de forma especial a las personas mayores. No porque sean menos capaces, sino porque en las edades más avanzadas quizá no están tan familiarizadas con este fenómeno ni con las herramientas para combatirlo. 

A este respecto, recomendamos dos cosas fundamentales, siempre desde una actitud crítica, lógica, responsable y ética. Por un lado, informarse a través de medios oficiales y fuentes contrastadas. Y, por otro, cuando recibimos información de otra procedencia, verificarla antes de compartirla: contrastándola con esos medios fiables o acudiendo a plataformas de verificación. En la guía incluimos algunas de referencia.

A esto añadiría, yéndonos al detalle, otros tips como leer con detenimiento los titulares, ya que las noticias falsas suelen recurrir a exageraciones, mayúsculas, múltiples signos de exclamación o palabras diseñadas para generar miedo o indignación inmediata. Si el titular parece demasiado sensacionalista, conviene desconfiar y contrastar la información. 

También es recomendable comprobar la fecha de publicación para no confundir noticias antiguas con actuales. Y, sobre todo, ser cautelosos con los contenidos que circulan por redes sociales. Muchas veces llegan sin fuente clara ni enlace verificable, por lo que lo más seguro es ignorarlas hasta confirmar su veracidad.

El informe menciona el miedo a las estafas. ¿Cuál es la estafa online más peligrosa y común, dirigida a mayores en 2025, y cuál es el truco más sencillo e infalible para no caer nunca en ella?

Efectivamente, este es otro de los temas que decidimos meter en la guía por la incidencia y preocupación que representa en este grupo poblacional. Sin ir más lejos, el último ‘Informe de cibercriminalidad en España’ publicado por el Ministerio del Interior, correspondiente a 2023, ya destacaba a los mayores de 65 años como uno de los grupos más afectados en términos porcentuales, y esa incidencia sigue creciendo año tras año. 

Respecto a las estafas online más peligrosas y comunes dirigidas a mayores, en el documento destacamos algunas como el phishing a través de correos o redes sociales. 

Los delincuentes crean perfiles falsos que imitan a contactos conocidos, empresas reconocidas como bancos o instituciones públicas, y envían mensajes urgentes solicitando verificación de datos personales o bancarios. 

Estas técnicas, que a menudo incluyen enlaces fraudulentos que imitan páginas oficiales, buscan obtener información sensible para cometer fraudes financieros.

¿Cómo prevenirlo? No hay ningún truco infalible, por decirlo así. Lo más seguro es guiarnos por el sentido común y, ante cualquier mensaje o llamada inesperada que solicite información personal, financiera o de acceso a cuentas, ignorarlo y no interactuar. 

También es recomendable no abrir enlaces ni descargar archivos de fuentes desconocidas y, además, se debe verificar siempre la autenticidad del remitente, contactando directamente a la entidad o persona que supuestamente envió el mensaje, utilizando canales oficiales. Esta precaución ayuda a evitar caer en engaños diseñados para robar información o dinero.

Los relojes inteligentes se presentan como aliados de la salud. ¿Podría contarnos un caso real en el que uno de estos relojes haya salvado la vida a una persona mayor o haya detectado un problema de salud grave a tiempo?

Desde nuestro Centro no tenemos acceso directo a casos particulares, pero sí podemos señalar que existen numerosos testimonios publicados en medios de comunicación que reflejan cómo los relojes inteligentes han llegado a salvar vidas. 

Esto demuestra que el uso de estos dispositivos está creciendo con rapidez y que su incorporación a la rutina diaria aporta grandes beneficios: no solo nos ayudan a gestionar nuestra actividad y salud, sino que también están llamados a desempeñar un papel clave en la telemedicina y la monitorización remota de pacientes.

De hecho, es posible que, en el futuro, su uso pueda ser incluso obligatorio en el seguimiento a distancia de determinados enfermos crónicos. Lo cierto es que estos relojes ya están revolucionando la asistencia médica, la prevención y el control de nuestra salud.

Se dice que los senior no son 'analfabetos digitales', pero muchos se sienten así. ¿Cuál es el principal bloqueo mental que impide a una persona mayor aprender y qué “clic” debe hacer en su cabeza para superarlo?

Lo primero, conviene aclarar que esa situación de “debilidad” ante el mundo digital no es generalizable al conjunto de lo que podemos considerar la “generación senior”: en el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE, alineados con otras instituciones públicas y privadas, solemos delimitar dicha generación, con flexibilidad, a partir de la edad de 55 años. 

Un ejemplo de ello es que el 83,2% de los mayores de 55 a 64 años se conecta a diario a Internet, frente al 11,4% de los de más de 85 años, según nuestro ‘V Barómetro del Consumidor Senior’. Además, tal y como muestra este informe, la digitalización del colectivo senior ha experimentado un auge espectacular en los últimos años: mientras que en 2020 el 57% de la población mayor de 55 años estaba conectada a Internet, en 2024, la cifra ascendió hasta el 75%, cerrando la brecha digital de manera acelerada.

Por tanto, más que hablar de un bloqueo mental, debemos hablar de motivación y ganas de aprender, que creo que las hay. La clave es que perciban la utilidad real de la tecnología en su día a día, desde comunicarse con su familia hasta gestionar la salud o disfrutar del ocio. Cuando se produce ese “clic”, la capacidad de aprendizaje y adaptación de los senior se pone de manifiesto, como ya lo ha hecho en tantas otras etapas de su vida.

¿Qué mitos habría que desmontar de inmediato sobre la relación de los mayores con la tecnología?

Insisto en mi argumento anterior: la generación senior no es “analfabeta digital”, sino un colectivo con las capacidades y la motivación necesarios para seguir aprendiendo y adaptándose a la nueva realidad. El mito de que los mayores no se llevan bien con la tecnología es cada vez menos cierto y los datos, una vez más, lo confirman. Eso no significa que no existan en el colectivo personas que queden al margen del mundo digital, por enfermedad o por su avanzada edad, a los que hay que ayudar con soluciones alternativas.

Según nuestro ‘V Barómetro del Consumidor Senior’, ha aumentado de forma notable la proporción de senior que publican o consultan contenidos en redes sociales (del 38% al 65%, 27 puntos), que pagan con el móvil (del 24% al 43%, 19 puntos) o que utilizan aplicaciones o servicios digitales de salud (del 10% al 29%, 19 puntos). Estos avances muestran que los mayores no solo están presentes en el entorno digital, sino que lo incorporan cada vez más a su vida diaria. Por tanto, más que hablar de “barreras insalvables”, deberíamos reconocer su capacidad de adaptación y el papel activo que ya desempeñan en la sociedad digital.

Muchos mayores abandonan la tecnología por frustración. Si pudiera darles un único consejo a empresas como Google o Apple, ¿cuál sería el cambio más urgente que deberían hacer en sus dispositivos para que fueran verdaderamente amigables para una persona de 80 años?

Creo que las grandes compañías tecnológicas ya están avanzando mucho en la dirección correcta. Cada vez trabajan más en simplificar sus interfaces y hacerlas más claras, con textos grandes, menús sencillos y pasos guiados. Todo ello con el objetivo de que las personas mayores puedan usar el dispositivo con confianza y sin miedo a equivocarse, convirtiendo la tecnología en una herramienta de autonomía y seguridad. No obstante, por supuesto, todavía hay margen de mejora.

Debemos ser conscientes de que la longevidad hoy tiene una perspectiva mucho más positiva y activa que en el pasado. No adaptarse a esta realidad sería desaprovechar un enorme potencial social. Está claro que el reto es compartido: los senior deben convertirse en “cultos digitales”, capaces de moverse de forma segura por este ecosistema, y las empresas deben seguir desarrollando soluciones inclusivas que faciliten esa integración.

En tres años ha crecido más de 30 puntos el uso de banca online y las compras digitales. ¿Qué motiva este cambio tan rápido y qué barreras quedan por superar?

Este crecimiento refleja, una vez más, la enorme capacidad y motivación de los senior para seguir aprendiendo y participar activamente en la sociedad digital, en sintonía con comodidad y rapidez de estos servicios que empezaron a utilizar “a la fuerza” durante la pandemia.A partir de ahí, han descubierto las ventajas de incorporar estas herramientas a su día a día y lo han hecho con gran rapidez.

Las principales barreras siguen siendo la falta de formación específica y, en algunos casos, el miedo a cometer errores o ser víctimas de fraudes. Por eso, con iniciativas como la guía que acabamos de presentar estamos allanando el camino para que nadie se quede atrás.

Pensando en el futuro, ¿qué tecnología que hoy parece ciencia ficción cree que será de uso común y esencial para los mayores dentro de 10 años para combatir la soledad o la dependencia?

No soy experto en el desarrollo tecnológico, pero, soñando un poco, es fácil imaginar que en diez años tecnologías como los asistentes robóticos con inteligencia artificial formarán parte de la vida cotidiana de los senior, permitiendo el acompañamiento, la monitorización de la salud o la conexión con familiares y actividades.

 Son avances que, no obstante, nunca sustituirán la atención humana, pero sí la complementarán, contribuyendo a mantener la autonomía, el bienestar y a combatir la soledad no deseada, que sigue siendo uno de los grandes retos de nuestra sociedad.

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