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Los científicos que estudiaron a María Branyas, la mujer más anciana del mundo, revelan la clave de su longevidad… y estaba en su nevera


El doctor Manel Esteller y su grupo de investigadores del Instituto Josep Carreras revelan qué factores biológicos y de estilo de vida ayudaron a la supercentenaria a alcanzar los 117 años con una salud excepcional


 María Branyas Morera, la mujer catalana que ostentó el récord mundial de longevidad al morir en 2024 con 117 años© @MariaBranyas112
25 de septiembre de 2025 - 15:52 CEST

¿Cómo se llega a vivir 117 años sin sufrir cáncer, demencia ni grandes enfermedades? La respuesta empieza a tener forma gracias al estudio más completo realizado hasta ahora sobre una supercentenaria. La protagonista es María Branyas Morera, la mujer catalana que ostentó el récord mundial de longevidad al morir en 2024 con 117 años, y cuyo caso acaba de ser publicado en la revista científica Cell Reports Medicine.

 María Branyas Morera, la mujer catalana que ostentó el récord mundial de longevidad al morir en 2024 con 117 años© @MariaBranyas112
María Branyas Morera, nacida en 1907 en San Francisco y fallecida en 2024 en Olot, llegó a ser la persona más longeva del mundo con 117 años

El trabajo, liderado por el investigador Manel Esteller, jefe del grupo de Epigenética del Cáncer del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, se basó en un análisis exhaustivo de muestras de saliva, sangre, orina e incluso microbiota intestinal tomadas a Branyas en los últimos años de su vida. “Por primera vez hemos podido separar la vejez de la enfermedad”, destacó Esteller.

La gran paradoja de María: joven por dentro, pero con señales de envejecimiento extremo

Los científicos describen el caso como una “fascinante dualidad”. Por un lado, Branyas mostraba características biológicas de longevidad saludable:

  • Un microbioma intestinal propio de una persona joven, dominado por bifidobacterias —microorganismos beneficiosos que refuerzan las defensas y ayudan a la digestión—.
  • Una edad biológica hasta 15-23 años más baja que la cronológica, medida gracias a los relojes epigenéticos, herramientas que analizan marcas químicas en el ADN para estimar cuán “joven” es realmente el organismo.
  • Genes asociados a la neuroprotección y la cardioprotección, que explicarían la ausencia de demencia y problemas cardiovasculares.
  • Una función mitocondrial muy eficiente y un metabolismo del colesterol “impecable”.

Pero, al mismo tiempo, su organismo reflejaba signos de envejecimiento extremo:

  • Telómeros muy cortos, los extremos de los cromosomas que marcan el paso del tiempo celular y se desgastan con los años.
  • Un sistema inmunitario proinflamatorio, es decir, unas defensas que tienden a causar inflamación crónica ligada al envejecimiento.
  • Una población de linfocitos B envejecidos, células inmunes que producen anticuerpos pero que, con el tiempo, pierden eficacia.

Más allá de la genética: estilo de vida y hábitos sencillos

El perfil de María Branyas también apunta a la importancia de los hábitos diarios. Su longevidad parece haber estado influida por factores como:

  • Comer yogur probiótico cada día
  • Evitar alcohol y tabaco.
  • Mantener una vida social activa y una red familiar cercana.
  • No sufrir sobrepeso y cuidarse con una dieta equilibrada.

“María tuvo una covid muy leve; parte de esa resistencia la entendemos ahora: tenía un sistema inmune muy potente y equilibrado”, explicó Esteller.

 María Branyas Morera, la mujer catalana que ostentó el récord mundial de longevidad al morir en 2024 con 117 años junto al investigador Manel Esteller© institutjosepcarreras
La supercentenaria María Branyas junto al doctor Manel Esteller, investigador principal del estudio que ha analizado a fondo las claves biológicas de su longevidad

Qué significa para la ciencia del envejecimiento

El estudio ofrece un mapa inédito del impacto del tiempo en un cuerpo humano y abre la puerta a nuevas terapias contra enfermedades de la vejez. “Podemos desarrollar medicamentos para reproducir los efectos de los buenos genes”, aseguró Esteller.

Otros expertos, como el profesor João Pedro de Magalhães (Universidad de Birmingham), coinciden en el potencial: “Estos valores atípicos de longevidad podrían brindar pistas sobre cómo envejecer con más dignidad y establecer objetivos farmacológicos para vivir más y mejor”.

Además, desde el Science Media Centre España —una plataforma de referencia que conecta a medios con científicos para contextualizar hallazgos relevantes—, el investigador Iñaki Martín-Subero (IDIBAPS, Barcelona) valoró el trabajo positivamente, aunque con la cautela necesaria: “Globalmente me parece que el estudio está bien pensado y utiliza una batería enorme de tecnologías avanzadas para evaluar en gran detalle el estado celular y molecular de una persona de 117 años”. “La novedad es la aproximación multiómica muy detallada en una persona excepcionalmente longeva” añade. “El análisis de una única persona hace que tengamos que ser cautos, pero aun así es muy interesante y revelador” concluye. 

Una vida marcada por la historia

Más allá de la biología, María Branyas fue testigo de todo un siglo: la gripe de 1918, la Guerra Civil Española (donde trabajó como enfermera), dos guerras mundiales, la llegada del hombre a la Luna, la caída del Muro de Berlín, el cambio de milenio… Incluso superó el covid a los 113 años. En 2023 se convirtió oficialmente en la persona más anciana del mundo.

“Estudiadme, aprended de mí”, pidió a los médicos. Un deseo que hoy se materializa en este estudio pionero que, quizás, acerque a la ciencia a desentrañar el misterio de cómo vivir más tiempo y con mejor salud.

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