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La DGT anuncia: los coches con etiquetas B y C ya reciben multas de 200 €


Este tipo de vehículos no pueden acceder a las zonas de bajas emisiones


Coche con la etiqueta B© stock.adobe.com
Ana ToroPeriodista y Locutora
10 de septiembre de 2025 - 15:33 CEST

La movilidad en nuestras ciudades vive un momento histórico. Desde este mes de septiembre, han comenzado a llegar las primeras multas de 200 euros a los conductores de vehículos con etiquetas B y C de la DGT (Dirección General de Tráfico) que acceden sin autorización a las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). 

Lo que hasta hace poco era solo un aviso se ha convertido en una sanción real y tangible que ya está afectando a miles de ciudadanos en distintas partes del país.

Prohibición a los coches más contaminantes

La medida se apoya en la nueva señal de tráfico R-120, en vigor desde el pasado 1 de julio, que prohíbe circular en estas áreas restringidas a los vehículos más contaminantes

A partir de ahora, entrar en una ZBE sin cumplir las condiciones establecidas se considera una infracción grave y supone automáticamente una multa de 200 euros, sin posibilidad de descuento por pronto pago. 

Este cambio supone un verdadero antes y después en la manera de entender la movilidad urbana.

Señal de Zonas de Bajas Emisiones de Especial Protección© Adobe Stock

¿En qué ciudades?

Ciudades como Bilbao se han adelantado y ya aplican con rigor esta normativa. Allí, desde mediados de junio, los coches con etiqueta B tienen prohibido circular de lunes a viernes, entre las siete de la mañana y las ocho de la tarde. Quien se salta esta norma recibe directamente la sanción correspondiente. 

Algo similar sucede en Madrid, donde el acceso al centro solo está permitido a determinados vehículos con etiqueta B o C, siempre bajo condiciones específicas, como residir en la zona o acceder a un aparcamiento autorizado. Cámaras de vigilancia controlan cada matrícula y envían las multas de manera automática.

Otros municipios como Getafe o Estepona han seguido el mismo camino y han comenzado a sancionar a los vehículos más contaminantes. Y esto es solo el principio: en los próximos años se espera que muchas más ciudades españolas se sumen a esta tendencia. 

Málaga y Palma de Mallorca, por ejemplo, activarán sus restricciones en 2027, mientras que en San Sebastián se aplicarán a partir de 2028. Cataluña, por su parte, planea extender las limitaciones a todas sus ZBE, afectando a más de veinte ciudades en la región.

El impacto es enorme, ya que en España circulan cerca de 20 millones de coches con etiquetas B y C, lo que significa que una gran parte de los conductores se verá directamente afectada. La etiqueta B, de color amarillo, corresponde a turismos de gasolina matriculados entre 2001 y 2006 y diésel entre 2006 y 2015

La etiqueta C, de color verde, se asigna a vehículos más modernos, aunque sin electrificación. Ambos grupos son considerados emisores de gases contaminantes y, por tanto, están cada vez más restringidos.

Punto de carga para coche eléctrico © Getty Images

Hacia un modelo de movilidad más sostenible

Más allá de la sanción económica, estas medidas suponen un reto para muchas familias que aún dependen de estos vehículos para su vida diaria. 

Sin embargo, también representan un impulso hacia un modelo de movilidad más sostenible. La DGT y los ayuntamientos confían en que, a medio plazo, estas restricciones fomenten la renovación del parque automovilístico y favorezcan el uso de vehículos ECO, de cero emisiones o, simplemente, el transporte público.

Lo que está claro es que ya no se trata de una advertencia, sino de una realidad palpable. Las multas de 200 euros han llegado para quedarse y obligan a replantearse la manera en la que nos movemos por la ciudad. 

Una transformación que, aunque pueda resultar incómoda al principio, persigue un objetivo común: mejorar la calidad del aire y hacer de nuestras ciudades lugares más saludables y sostenibles.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.