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Luis Peiró, experto en finanzas: "Pagar con efectivo limita el gasto compulsivo y asegura el anonimato"


Los pagos móviles se duplican en España mientras el dinero en efectivo resiste como red de seguridad


Pagando con el móvil© Getty Images
Ana ToroPeriodista y Locutora
9 de septiembre de 2025 - 8:12 CEST

En apenas un año, el uso de pagos móviles en España se ha prácticamente duplicado, marcando un antes y un después en la manera en la que nos relacionamos con el dinero. Lo que parecía una tendencia de futuro ya es una realidad cotidiana: pagar con el móvil se ha convertido en el gesto más natural para millones de personas. Luis Peiró Sancho-Sopranis, socio director en Nalba Advisors y experto en finanzas, nos ofrece un análisis clave sobre el futuro del dinero en efectivo. 

Pagando con tarjeta de crédito© Getty Images
Pagando con tarjeta de crédito

Los métodos alternativos al efectivo siguen creciendo

El uso de medios de pago electrónicos no deja de aumentar. Tarjetas, wallets en el móvil o Bizum destacan por su comodidad, la buena experiencia de usuario que ofrecen y, en muchos casos, por incorporar ventajas adicionales como la posibilidad de financiar compras. 

Por estas razones, resulta lógico que los métodos alternativos al efectivo sigan ganando terreno. Aun así, aunque el uso de billetes y monedas disminuye, sobre todo en entornos urbanos y entre las generaciones más jóvenes, los expertos coinciden en que no desaparecerán a corto plazo.

El efectivo, una red de seguridad

Cuando surge la idea de un mundo sin dinero físico, aparecen también las dudas: ¿qué ocurriría ante un fallo del sistema informático o frente a un ciberataque masivo? Según Luis Peiró, especialista en finanzas, los sistemas de pago cuentan con infraestructuras robustas y múltiples medidas de seguridad para prevenir tanto catástrofes como ataques digitales. No obstante, reconoce que no son infalibles y que dependen de otras infraestructuras críticas.

Como ejemplo, recuerda un apagón reciente en el que los sistemas de pago funcionaron con normalidad. Los comercios con generadores propios y fibra óptica, como Mercadona o El Corte Inglés, pudieron seguir cobrando con tarjeta sin dificultad. Sin embargo, otros negocios se vieron afectados porque sus terminales no lograban conectarse debido a la saturación de la red móvil.

Aunque se trata de situaciones excepcionales y muy poco frecuentes, este tipo de episodios evidencian que el efectivo sigue siendo una red de seguridad importante. Por eso, hasta que no existan alternativas de pago digital que funcionen de manera descentralizada y offline, conviene mantener el dinero físico, aunque sea de forma residual. De hecho, países con mayor riesgo de desaparición del efectivo, como Reino Unido o los nórdicos, ya están defendiendo su permanencia.

Pros y los contras del dinero en efectivo vs. el virtual.

Hablemos ahora de las ventajas y desventajas entre el dinero en efectivo y el virtual. Nuestro experto lo tiene claro: “los pagos virtuales son mucho más prácticos, rápidos, permiten llevar un control detallado desde el móvil, y facilitan las compras online e internacionales. Razones de peso por lo que se están imponiendo a nivel internacional. Entre sus pocas debilidades, está la dependencia de sistemas eléctricos, informáticos y de telecomunicaciones (que son muy sólidos, pero no infalibles), pero también que exigen un cierto nivel de alfabetización digital, cosa cada vez más habitual, pero que sigue siendo una barrera en personas mayores o medios rurales. En contrapartida, el efectivo sigue siendo la opción más fiable, limita el gasto compulsivo y, cosa importante para algunos, garantiza el anonimato”.

Luis Peiró recuerda que el efectivo sigue teniendo peso en zonas rurales, entre personas mayores o en sectores de economía informal. Añade que su uso tiende a ser cada vez más residual y que, en países como Reino Unido, ya se aprueban leyes para garantizar el derecho a pagar con efectivo y evitar exclusiones.

Los motores del cambio

Este auge responde a una convergencia de factores tecnológicos y sociales. Por un lado, la confianza creciente de los consumidores en las transacciones digitales; por otro, el impulso decidido de la banca tradicional, que ha integrado en masa herramientas como Apple Pay o Google Pay. A ello se suma el efecto catalizador de la pandemia, que normalizó los pagos sin contacto en comercios de todo tipo.

Bizum y el reto europeo

El caso de Bizum es paradigmático; nació como herramienta para transferencias rápidas entre particulares y ya está entrando en el comercio físico. Su éxito dependerá de mantener la fluidez de uso que hoy ofrecen las tarjetas. Paralelamente, Europa impulsa iniciativas como EuroPA, que buscan crear alternativas propias frente a los grandes sistemas de pago internacionales.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.