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Constelaciones familiares© Adobe Stock

La tendencia en bienestar emocional que está de moda entre 'celebrities' y terapeutas y promete equilibrar tu vida

En tiempos donde sanar es una necesidad colectiva, son muchas las personas que utilizan esta reveladora experiencia


24 de julio de 2025 - 18:00 CEST

Las constelaciones familiares han regresado con fuerza al mundo del bienestar emocional, renovadas, más accesibles y profundamente transformadoras. Aunque su nombre puede sonar enigmático, su esencia es clara: explorar el origen invisible de muchos de nuestros conflictos actuales, desde relaciones complicadas hasta bloqueos personales, mirando hacia nuestro sistema familiar.

Constelaciones familiares, la nueva tendencia en terapia© Adobe Stock
Constelaciones familiares, la nueva tendencia en terapia

¿Pero en qué consisten exactamente? 

Una constelación es una dinámica terapéutica, individual o grupal, en la que se representa simbólicamente a los miembros del sistema familiar (padres, abuelos, hermanos, etc.) para revelar las dinámicas ocultas que pueden estar influyendo en la vida de la persona. La idea central es que ciertos patrones de sufrimiento, como el abandono, la culpa o el fracaso, no comienzan necesariamente con nosotros, sino que pueden repetirse de generación en generación hasta que son reconocidos y puestos en su lugar.

En las sesiones grupales tradicionales, cada participante expone un tema que desea trabajar. Luego, el facilitador le pide que elija a otras personas del grupo para representar a los miembros de su familia. 

Al colocarlos en el espacio (como en un “escenario”), y observar cómo se sienten y cómo interactúan entre sí, se revela un mapa emocional del sistema. A través de movimientos, frases clave y ajustes en la posición de los representantes, se busca restaurar el equilibrio y liberar al consultante de cargas heredadas.

Hoy, esta experiencia se ha modernizado. Las constelaciones también pueden realizarse de forma individual, en consultorio o por videollamada. En lugar de personas, se utilizan objetos simbólicos como figuras, papeles o cartas. 

El facilitador guía a la persona para que represente su sistema familiar y observe qué emociones emergen. Este proceso introspectivo permite trabajar de forma profunda y segura, sin necesidad de exponerse frente a otros.

Además, las nuevas sesiones se han vuelto más versátiles. Ya no se aplican únicamente a la familia. Se puede constelar un proyecto, una decisión importante, un síntoma físico o una relación de pareja. En todos los casos, se busca identificar si hay una lealtad inconsciente, una exclusión o un desequilibrio que impida avanzar con libertad.

Aunque el método no es una terapia en sentido clínico, muchas personas lo viven como una experiencia profundamente reveladora.

Al comprender de dónde vienen ciertos conflictos y darles un lugar en la historia familiar, se genera una sensación de alivio, pertenencia y orden interior.

La salud emocional, una prioridad

La demanda de estas sesiones ha crecido notablemente en los últimos años, especialmente entre mujeres de 30 a 55 años, aunque cada vez más hombres se suman a la experiencia. También se están incorporando al ámbito empresarial, como herramienta para mejorar la dinámica de equipos y la toma de decisiones conscientes.

Quienes han vivido una constelación suelen coincidir en lo mismo: algo profundo se mueve. No es magia, ni psicología convencional. Es un espacio de conexión, de revelación y de paz. 

Una oportunidad de ver con otros ojos lo que siempre estuvo ahí, esperando ser reconocido. En tiempos donde sanar es una necesidad colectiva, las nuevas constelaciones familiares se presentan como un puente hacia el equilibrio, la pertenencia y el amor profundo por nuestra historia.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.