El verano es la temporada perfecta para lucir nuestras joyas favoritas: pulseras doradas que resaltan con la piel bronceada, collares finos que acompañan vestidos vaporosos o pendientes brillantes para noches al aire libre.
Sin embargo, esta época también puede ser la más dura para nuestras piezas más preciadas. El calor, el cloro, la sal del mar o incluso la transpiración pueden afectar su brillo y durabilidad.
Si quieres que tus joyas sigan deslumbrando más allá de las vacaciones, toma nota de estos cuatro consejos esenciales.
1. Evita el agua… y el sol excesivo
Aunque muchas joyas están hechas para durar, el contacto frecuente con el agua; ya sea salada o con cloro; puede dañar metales y piedras. El cloro puede erosionar acabados y dañar estructuras más delicadas, mientras que el agua salada acelera la oxidación.
Además, la exposición prolongada al sol puede hacer que algunas gemas pierdan color. Lo ideal es quitarte las joyas antes de nadar, tomar el sol o ducharte.
2. Cuidado con las cremas, aceites y perfumes
Los productos de belleza son grandes enemigos silenciosos de las joyas. Protectores solares, aceites corporales, perfumes y cremas pueden dejar residuos que apagan el brillo de metales y piedras.
Un buen truco: aplícate todos tus productos primero y espera unos minutos antes de ponerte tus joyas. Así evitarás que se impregnen de sustancias que puedan dañarlas con el tiempo.
3. Guárdalas con mimo
Cuando viajamos en verano, solemos guardar todo rápidamente en una maleta. Pero las joyas merecen un trato especial. Usa estuches individuales o pequeñas bolsitas de tela para evitar que se rayen entre sí.
Si vas a la playa o la piscina y decides llevar algunas contigo, envuélvelas por separado para protegerlas de la arena, la humedad o los golpes. Un pequeño organizador de joyas de viaje puede ser tu mejor aliado.
4. Límpialas con suavidad
Después de un día de sol y actividades al aire libre, tus joyas agradecerán un cuidado extra. Límpialas con un paño suave y seco para eliminar restos de sudor, polvo o cosméticos. Para piezas más delicadas, puedes usar un poco de agua tibia con jabón neutro y secarlas cuidadosamente.
Nunca utilices productos abrasivos, sobre todo si tienen perlas o piedras naturales.