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La cantante Alicia Keys fue la encargada de presentar la 61º edición de los premios Grammy, una gala que estuvo marcada por el triunfo del country y el rap y en el que las mujeres volvieron a convertirse en las grandes protagonistas. La flamante maestra de ceremonias apareció en el escenario del Staples Center de Los Ángeles (California) ante una enorme ovación y el aplauso de todos los presentes, que se levantaron de sus asientos para recibir a la intéprete de Fallin o No one, que a lo largo de su carrera ha ganado 15 Grammys. Alicia empezó su discurso recordando el poder de la música, que es "nuestro lenguaje global compartido", y reconoció que se sentía muy honrada de poder formar parte de esa gran fiesta rodeada de tantas estrellas a las que admira. 

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Lo mejor estaba por llegar y la cantante pidió a sus "hermanas" que la acompañaran sobre el escenario. Fue entonces cuando se subió el telón que había detrás de ella y, tras las luces, aparecieron cuatro imponentes mujeres: Lady Gaga, Jennifer Lopez, Jada Pinkett Smith y... ¡Michelle Obama! La ex primera dama de Estados Unidos dejó a todos sin palabras, porque nadie esperaba que apareciera en los Grammy y mucho menos que protagonizara un momento tan especial. 

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Todo el público se quedó sin palabras y no dejaban de aplaudirla y corear su nombre, a lo que ella respondió con la mejor de sus sonrisas y haciendo un gesto de agradecimiento. Lady Gaga fue la primera en coger el micrófono: "Dijeron que era rara, mi aspecto, mis elecciones... que mi sonido no funcionaría", comenzó la artista, para añadir que: "Pero la música me dijo que no les escuchara. La música tomó mis oídos, mis manos, mi voz y mi alma. Y me llevó a todos vosotros y a mis pequeños 'monsters' a quienes quiero tanto". Después le tocó el turno a Jennifer López, que también consiguió el aplauso de todos los presentes con sus palabras: "En el Bronx la música me dio una razón para bailar. Desde el hip-hop hasta el estilo libre, el pop, el soul, la salsa... y me permitió pasar del barrio a los escenarios e incluso a las pantallas más grandes. Me recuerda de dónde vengo, pero también me recuerda a todos los lugares a los que puedo ir. La música siempre ha sido el único lugar donde todos podemos sentirnos verdaderamente libres". Por su parte, Jada Pinkett Smith añadió: "Expresamos nuestro dolor, nuestro poder y nuestro progreso a través de la música, ya sea creándola o simplemente apreciándola. Pero esto es lo que sé: cada voz merece ser honrada y respetada".

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Y llegó el turno de Michelle, que causó furor con su discurso. "Desde los discos de la Motown que escuchaba en South Side...", dijo provocando que todo el público se pusiera a gritar y casi no la dejaran seguir. "Tenemos un espectáculo que hacer", pidió la mujer de Barack Obama antes de continuar. "Desde los discos de la Motown que escuchaba en South Side hasta las canciones de Who Run the World que me han impulsado durante la última década, la música siempre me ha ayudado a contar mi historia. Sé que esto es verdad para todos los que estáis aquí. Tanto si nos gusta el country, como el rap o el rock, la música nos ayuda a compartir, nuestras dignidades y tristezas, nuestras esperanzas y alegrías. Nos permite escucharnos. La música nos enseña que todo es importante. Cada historia dentro de cada voz, cada nota dentro de cada canción. ¿Es cierto, señoras?", dijo mirando a sus compañeras de escenario. "¡Sí", gritaron todas al unísono.

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"¿Qué hay mejor que esto?", dijo Alicia Keys. "Esta noche celebramos la grandeza de cada uno a través de la música (...) ¿Quién domina el mundo?", preguntó a las mujeres haciendo referencia a la famosa canción de Beyoncé. "Gracias por vuestra luz, vuestros mensajes, vuestro amor, vuestra hermandad... Os quiero", concluyó despidiéndose de Michelle, Jennifer, Jada y Lady Gaga, que abandonaron el escenario entre vítores y aplausos.

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