A Raquel Hernández la conocimos en 2007, cuando, con 23 años, se presento a la segunda edición de Supermodelo, la misma en la se presentaron Alba Carrillo, la actriz Paloma Bloyd y Noelia López, –terminó proclamándose ganadora–. Desde entonces, la vida de esta madrileña ha dado muchas, pero que muchas vueltas. Algunas de ellas dan para un buen telefilm, aunque el momento que verdaderamente cambió su vida se produjo cuando conoció a su marido.
Nos referimos al empresario turco Yavuz Selim Yükselir, que tiene negocios en el sector hotelero, de la aviación y la tecnología, pero que, principalmente, se dedica a la distribución de petróleo y gas. Cinco años después de casarse, Raquel desvela a ¡HOLA el rocambolesco inicio de su historia amor y nos habla de su actual vida como madre de familia numerosa, pero alejada de su marido. Además, le preguntamos por Alba Carrillo, con quien tuvo algunos desencuentros durante su paso por televisión.
Te conocimos en televisión, aunque supongo que es una etapa que tendrás superada. ¿Qué ha sido de tu vida desde entonces?
Le guardo con mucho cariño a esos años, fíjate, porque todos los medios siempre me trataron muy bien. Después de Supermodelo, empecé a trabajar de colaboradora en Cuatro, en el programa de Concha García Campoy, que desgraciadamente ya falleció. Es una época a la que guardo mucho cariño, aunque hayan pasado ya 16 o 17 años… Ya no me acuerdo si fue en 2007… ¡Madre mía, cómo pasa el tiempo!
“Como mi marido tiene negocios con Rusia y todo lo que viene de allí está muy demonizado, le bloquearon las cuentas… “
¿Cómo te encuentras en la actualidad?
Ahora estoy bien, pero me vida dio un giro de 180 grados. Estuve viviendo muy, muy tranquila en Turquía, desde el 2018 hasta finales de 2022, que es cuando nacieron mis mellizos. Pero ese mismo año, mi marido empezó a tener unos problemas bastantes importantes. Como tiene negocios con Rusia, que transporta el gas de allí a Alemania, y todo lo que viene de Rusia está muy demonizado, le bloquearon las cuentas… Y eso que él es turco.. Hemos tenido unos problemas importantes, pero, para mí, el mayor fue que mi madre enfermó. Regresé a España y ya ella falleció en 2023. Ese es el resumen de mis últimos años.
¿En qué momento vital estás ahora?
En una etapa más espiritual que cualquier otra cosa. He vivido una época muy material, muy de mucho esplendor y de mucho boato. Pero eso también te hacen recapacitar sobre lo que es realmente importante en la vida. A todos nos gusta tener una vida acomodada, con nuestros lujos, caprichos y viajes. Todos aspiramos a tener una vida cubierta en el plano material, porque es importante también, pero creo que descuidé un poco más ese lado espiritual. Ahora estoy en una etapa más espiritual y familiar, volcada en mis hijos. Desgraciadamente, mi marido ahora mismo no vive conmigo porque él está tratando de solventar sus negocios y cuestiones jurídicas en Alemania. Afortunadamente, todo va bastante bien, pero estoy en una etapa de sosiego y aprendiendo a vivir sin mi madre, que es muy duro, no te voy a engañar.
Estabas muy unida a ella.
Es que yo soy hija única y mi padre falleció cuando era pequeña… Ya solamente tengo mi marido y mis hijos. Ni abuelos ni tíos ni primos. Literalmente, he perdido a toda mi familia. Encima, mi marido tuvo que marcharse a Alemania…. Yo podría haber ido con él, pero quería que mis hijos estuviesen en España.
¿Desde hace cuándo llevas en España?
Llevo una temporada en Madrid. Vivo en la casa que era de mi madre, porque mi marido también tuvo ciertos problemas para comprar una en España. Estuvimos mirando bastantes casas en 2019 y en 2021, pero no aceptan las transferencias que vienen de Turquía. Incluso, fuimos a notarios… Es complicado traer fondos de Turquía. Pero como te digo, estoy en la casa de mi madre, que está pegada a El Retiro, y tengo espacio de sobra.
Ahora mismo, ¿trabajas o estás dedicada a tu familia?
Me dedico a mi familia. Era la vicepresidenta de la empresa de mi marido, pero lo he dejado temporalmente, hasta que se resuelva la situación. A veces, hago cositas de freelance para ChartGPT y voy a empezar a escribir en una revista internacional.
Aunque te conocimos por Supermodelo, tú hiciste carrera de Periodismo.
Efectivamente. Después del programa, trabajé para el Financial Times alemán en Catar y también para otra revista de petroleo que se llama Oil & Gas Journal, en Abu Dabi… Así es como conocí a mi marido, en esos lares. Luego, me surgió el tema de ChartGPT, pero es muy puntual.
¿Y cómo es que trabajas para ChartGPT?
Ayudo a entrenar la inteligencia artificial, No soy ingeniera de sistemas ni nada de eso. Como soy bilingüe, que hablo inglés y español, ayudo con las traducciones para que no haya errores y suenen lo más naturales posibles. Ya sabes que Google Translate hace traducciones muy extrañas. Obviamente, no soy sólo yo, sino muchísima gente más. Mi papel es muy chiquitito, pero es un trabajo muy interesante. Es más como un hobby. También estuve escribiendo en una revista de moda y lujo que hay en varias zonas de Europa y que se llama Moralmoda Magazine, aunque lo dejé cuando estuve en tratamiento psicológico por lo de mi madre.
“A mi marido le conocí mientras le hacía una entrevista. Lo primero que me preguntó fue si yo estaba casada. Corté la entrevista y le dije: Aquí la que hace las preguntas soy yo’”
Por lo que contabas, también estuviste viviendo en Oriente Medio.
Sí, tres años en Qatar y dos, en Abu Dhabi.
¿Allí conociste a tu marido?
Sí, mientras le hacía una entrevista para el medio de comunicación que trabajaba.
¿Y fue un flechazo? ¿Qué te llamó la atención de él?
Lo primero que me preguntó fue si yo estaba casada. La verdad es que me chocó y negativamente, porque yo iba a una entrevista profesional… Corté la entrevista y le dije: “Mire, aquí la que hago las preguntas soy yo”. Como compañera, me dirás: “Vaya error, Raquel”. Pero su pregunta no me pareció profesional ni adecuada en absoluto. Encima, él no hablaba nada de inglés ni yo turco, que él iba con traductor.
Entiendo que te descolocara esa pregunta.
Es que mi marido es una persona muy particular y, cuando quiere algo, va a por todas. Es muy persistente. Ese es el secreto de su éxito. Pero volvimos a reorganizar la entrevista. Cuando estaba con él, siempre tenía traductores porque yo no hablaba nada de turco. Ahora, gracias a Dios, después de muchos esfuerzos, mucho sudor y mucho Duolingo –una app de idiomas–, lo he aprendido yo sola. Es un idioma muy, muy difícil.
Queda claro que fuiste un flechazo para tu marido.
Nunca se lo he comentado, pero creo que sí. Yo era bastante joven, que tenía 26 años.
¿Y cuántos tu marido?
Me lleva trece… Él tenía casi 40.
¿Cómo pasasteis de hacer una entrevista a iniciar una relación?
Mi marido siempre ha sido muy caballeroso conmigo. Siempre mucha educación y siempre me ha cuidado muy bien. Cuando mi madre falleció, se encargó de muchas cosas. Es muy bueno, muy buen padre, muy buen esposo y muy buen hijo.
Pero te echó para atrás con su pregunta. ¿Cómo resolvisteis esa barrera?
Fue muy persistente. Durante dos años y medio, donde quiera que yo iba, él estaba allí. Luego, me mandaba flores, bombones… Me preguntaba siempre cómo estaba. Y si yo venía a España por vacaciones, él también venía con tres o cuatro personas. Una de ellas era el traductor que pudiésemos hablar.
¿Mientras tu marido te estaba conquistando recurriría a un traductor?
Éramos como tres ruedas en una bicicleta. Fue surrealista todo… (ríe). Me parece de película de Woody Allen. Ahí yo pensaba: “¿A dónde voy yo?”. Ademas, veía imposible que yo pudiera aprender turco y a él no le veía aprendiendo inglés, aunque ahora lo habla mucho mejor. La comunicación es fundamental en una pareja y yo veía imposible que nos pudiéramos comunicar… Pero mi marido insistió mucho.
¿En qué momento te diste cuenta que era el hombre de tu vida?
Siempre fue muy serio, desde un principio. Siempre me dijo que se quería casar y tener hijos. Yo siempre tuve muy claro que quería formar familia y no quería tampoco involucrarme en una relación que no me llevase a ningún sitio. En ese sentido, he sido siempre bastante tradicional. Si dos personas quieren tener una relación abierta y están de acuerdo, me parece bien, pero no era lo que yo quería. Aun así, lo veía complicado porque siempre viajaba mucho y, como tiene negocios en distintos países, no sabía dónde nos íbamos a establecer. Pero acabó conociendo a mi madre.
“Mi marido fue muy persistente. Durante dos años y medio, donde quiera que yo iba, él estaba allí. Luego, me mandaba flores, bombones…”
¿Cómo reaccionó tu madre cuando le conoció?
Mi madre le dijo: “Siendo quien eres y con la posición que tienes en el mundo, tú podrías tener a quien quisieras. ¿Por qué has elegido a mi hija?”. Mi madre le interrogó porque era una persona inteligente, viajada, con idiomas, que conocía el mundo y no se chupaba el dedo.
Por lo que cuentas, fue todo muy tradicional. Ya no es lo habitual que un hombre vaya a habla con la madre de la novia para contar con su aprobación.
Desde el primer día, me dijo: “quiero conocer a tu madre, pedir tu mano, casarme contigo y tener hijos contigo”. Mi marido siempre fue muy directo. De hecho, cuando me invitó a Estambul, lo primero que hizo fue presentarme a su madre y a su hermano.
Eso significa que había un compromiso real por su parte.
Ya te digo que no es lo normal.
Entiendo que la diferencia de edad nunca ha sido un obstáculo para ti.
Para mí, nunca. Es curioso porque él duerme mucho menos que yo, se levanta más temprano. Su comportamiento es como de alguien más joven que yo. Es curioso.
Tu marido es muy detallista. ¿Es verdad que organizó fuegos artificiales en un cumpleaños que organizaste en Madrid?
Sí, pero ese fue el cumpleaños de nuestra hija. Es una persona extremadamente detallista, muy romántico, muy cariñoso, muy generoso… Es muy, muy dadivoso. De hecho, es la persona más generosa que que conozco. He conocido gente muy rica en Catar, de la Familia Real y con pozos de gas saliendo a troche y moche… Y no es tan generosa como mi marido.
Por lo que he leído, se dedica a la distribución de petróleo y gas.
Sí. Pero también ha tenido otro tipo de negocios. Su familia tenía una planta de procesamiento de carne. Su madre fue la primera alcaldesa mujer en Turquía y tiene una fundación que ayuda a niños pobres en Estambul, aunque ahora se mantiene cerrada hasta que mi marido resuelva las cuestiones jurídicas.
No sé si tu marido es musulmán y practicante.
No es practicante. Él se denomina a sí mismo creyente en Dios.
Aun así, ¿has notado el choque cultural entre vosotros?
Jamás. Él es una persona muy viajada y muy internacional. Nunca. Por nada. Mi suegra sí es prácticamente, pero la religión nunca fue un obstáculo entre nosotros. Es una mujer bastante avanzada. Aunque sea religiosa y vaya cubierta, es una persona muy, muy abierta. No es para nada extremista. De hecho, no me he convertido y nadie me ha presionado. A mi marido jamás le he visto entrar en una mezquita, si te soy sincera.
“Desde el primer día, me dijo: ‘quiero conocer a tu madre, pedir tu mano, casarme contigo y tener hijos contigo’. Mi marido siempre fue muy directo"
¿Cómo fue tu boda?
Muy sencilla. Fue en el Four Seasons de aquí, de Madrid. Muy, muy familiar, con muy pocos invitados. Teníamos pensado hacer otra en Estambul, pero, al final, por circunstancias… Me quedé embarazada, así que ya no me sentaba igual el vestido. Decidimos posponerla y, luego, surgió este problema.
Te casaste durante la pandemia, ¿no?
Fue un par de meses después.
¿Mediados de 2020?
Creo que un poquito después, porque ya había nacido mi hija. Quería haberme casado antes de tener a mi hija, pero… Al final, le dije a mi marido que prefería tener hijos, que mi marido no es joven.
Al fin y al cabo, el mayor compromiso en una pareja es tener un hijo.
Efectivamente. Es verdad que quería algo más tradicional, pero, a veces, la vida te lleva por otros caminos.
Tienes tres hijos. Una niña y unos gemelos.
Ysabel cumple 5 años el 20 de diciembre. Y los niños, Juan y Yavuz nacieron en el 2022, el 12 de octubre, Día de la Hispanidad. Todos nacieron en España por decisión mía, aunque Ysabel no volvió a España hasta que tuvo dos años.
¿Cómo estás viviendo la maternidad?
No es fácil. Es difícil. Hay que tener mucha paciencia. Sobre todo, con tres y con edades tan seguidas. El problema es que los tuve muy seguidos, porque la mayor y los gemelos se llevan año y medio. Son traviesos. Durante los tres primeros años, me dediqué sólo a ellos. Por ejemplo, estuve dándoles clases de idiomas y haciendo actividades con ellos. Sigo mucho el método Montessori y nunca llevé a los niños a una guardería. Por eso, les ha costado mucho más la adaptación al colegio.
¿Están escolarizados en Madrid?
Sí.
¿Tus hijos hablan turco y español?
Hablan inglés y español muy bien. Todos aprendieron inglés antes que el español. También están empezando a hablar turco y chino, que les puse una profesora. Por el trabajo que tiene el padre, quiero que, al menos, hablen cuatro o cuatro idiomas.
Aunque digas que vives en una etapa más espiritual, llama la atención tu vida. En las fotos que compartes en redes, apareces en jet privado, llevando ropa de primeras marcas… Se ve mucho lujo.
Ese mundo me ha venido de mi marido. Cuando viví en Catar, sí vi un mundo de lujo muy importante. Lo vi en personas que entrevisté, entré en palacios… Pero lo veía desde fuera. Cuando entré de lleno en ese mundo fue por mi marido.
¿El dinero te da igual?
En estos momentos, mi marido tiene la situación que tiene y ahora mismo vivo muy normal. Por supuesto, tengo cosas que me ha regalado mi marido durante estos años, pero podría vivir perfectamente sin ellas. Obviamente, mi marido volverá a resolver sus negocios y volveremos a una situación importante, pero también te digo una cosa: prefiero vivir más austera. Sé que es un mundo que llama la atención, es bonito y de fantasía, pero como me he visto confrontada con una pérdida tan importante, ya he aprendido a valorar otras cosas. Sé que suena muy tópico, pero lo digo de verdad.
Ahora mismo, ¿no tienes grandes lujos?
No, no. Para mí, el lujo es tener salud. Que mis hijos, mi marido y mi suegra tengan salud.
Desde fuera, tu vida podría resumirse de concursante de Supermodelo a supermillonaria.
(Ríe) Fíjate lo que son las apariencias… He tenido una vida muy de lujo, pero, ahora, en relación a la que he llevado antes, estoy en una situación normal.
Toda la situación del bloqueo a Rusia, le habrá afectado financieramente a tu marido una barbaridad.
Claro, claro. Le ha afectado mucho. A él y a muchos amigos suyos, que tiene amigos en los dos bandos, en Rusia y en Ucrania. Durante una época, mi marido fue enviado especial del Vaticano para una misión diplomática. También es embajador de la Organización Mundial del Turismo, de la WTO. Nadie comprende el porqué de esta guerra porque Rusia y Ucrania son pueblos hermanos. Para nada apoyamos la invasión de Ucrania. Nos parece terrible a nivel humano y geopolítico: un país no puede invadir otro. Esperemos que la situación se resuelva pronto. No sólo por los negocios que tiene él, sino también a nivel humano y porque hay mucha gente muriendo. Independientemente de que mi marido haga negocios en Rusia, hay cosas por las que no pasa, porque tiene ética, valores y principios. No todo el mundo lo tiene, que la gente, a veces, hace lo que sea por dinero
¿Cómo lleváis tu marido y tú el tema de la distancia?
Bien, porque viajo bastante. No me llevo a los niños porque, a nivel logístico, es más complicado. He llevado a la niña, pero los niños todavía son muy pequeños. Acaban de cumplir tres años hace nada y son muy chiquitines aún. Gracias a Dios, mi marido y yo nos vemos relativamente bastante. También hablamos todos los días. Uno pensaría que es una situación tan complicada y podría habernos separado. Pero, al contrario, nos ha unido mucho más. Luego, este año hemos vivido una situación terrible porque una ex asistente de mi marido ha cometido un robo terrible en Estambul.
¿En vuestra casa?
Sí, sí. Ha robado relojes a mi marido, un bolso a mí… Un montón de cosas. Ahora tenemos un juicio contra ella. Estuvo trabajando catorce años con mi marido… Hasta mi marido le estuvo pagando los colegios privados de sus hijas… Imagínate. Confiábamos plenamente en ella y tenía las llaves de todas las casas. Pero aprovechó que llevábamos tiempo fuera y saqueó las propiedades… Hasta se llevó el anillo de casada de mi madre, que, para mí, tiene mucho más valor que todos los bolsos y todo lo demás.
“Aprovechando que llevábamos tiempo fuera, la ex asistente de mi marido saqueó nuestras propiedades: relojes, bolso… Hasta el anillo de casada de mi madre”
¿Has podido recuperar algo?
Nada. Pero estamos en juicios contra ella. De hecho, en breve, tendré que ir a Estambul. Nos ha pasado un poco lo de Iker Casillas.
Cuando se resuelva el robo y todo lo de Rusia, ¿te gustaría celebrar la boda o ya se te ha quitado un poco de la cabeza?
Nos iremos directamente a Estambul y ya veremos allí. Es verdad que yo tenía ese plan, pero, te soy sincera, ya me da un poco igual. Mi suegra no está bien de salud, mi madre falleció… Para mí, ya no tiene tanto sentido. En todo caso, lo haría un poco por mis hijos, pero cuando sean un poquito más mayores y lo disfruten ellos.
Al comienzo de la entrevista, recordabas con cariño tu paso por televisión.
Sí. Me encanta el mundo de los medios. También me han comentado si vuelvo, que tengo facilidad de palabra…
¿Qué te han ofrecido?
Un programa de moda en Estambul. Era muy interesante porque nosotros tenemos muchos contactos en el mundo de la moda. Pero me pilló recién dada de luz a la niña. Después, me quedé embarazada de los gemelos inmediatamente. Claramente no era el momento
¿Te gustaría hacer algo de televisión en España?
Me encantaría. A lo mejor, un formato en el que pudiera aportar algo positivo. Tras Supermodelo, estuve en Las mañanas de Cuatro, pero era algo más a criticar a degüello. Si te soy sincera, no me gusta ir a por nadie y mucho menos a personas que no conocía de nada. Pero era el guión y tenía que criticar.
Como tú también tuviste críticas en Supermodelo, supongo que no querías hacer lo mismo.
Efectivamente. Lo pasé mal precisamente por algunas personas que me criticaron. Es que fueron a degüello a por mí… Era casi bullying.
¿Mantienes relación con alguien de tu etapa de Supermodelo?
Alguna vez hablo con Noelia López, que fue la ganadora de mi edición. Es un encanto de chica, la verdad, Me alegro muchísimo que le vaya bien la vida y haya podido llevar la vida familiar que siempre soñó, porque ella lo ha pasado mal por la ex pareja que tuvo. Se lo merece porque es muy buena persona.
Recuerdo tus desencuentros con Alba Carrillo.
No sé nada de ella. No estoy al corriente. Al estar tres años y medio fuera, en Turquía, no seguí nada de España. Alguna vez me han comentado que tuvo un hijo… Le deseo toda la suerte a ella, a su hijo y a su madre también.
¿No te has reencontrado con ella tras salir el programa?
Jamás. Nunca he tenido contacto con ella. Ni ella conmigo. Pero me importaría saludarla si la veo en un sitio, la saludaría normal. No soy rencorosa, pero nunca me ha parecido buena persona. No sé qué ha sido su vida. No tengo ni idea.
Por último, estamos en Navidades. ¿Las celebráis en casa?
Normalmente, las celebramos. Mi marido pone el árbol y el Nacimiento en Estambul. Es una persona sumamente abierta y creyente. Fíjate, la primera vez que yo estuve en Turquía, me llevó a la casa de la Virgen María y del apóstol San Juan en Éfeso, que vivieron allí en los últimos 15 años de la vida de la Virgen. Mi marido es una persona, es inusual. Ha nacido musulmán, como la mayoría de la gente en Turquía, pero lo calificaría como una persona que cree en Dios. Le he preguntado varias veces qué fe profesa y siempre contesta: “Yo creo en Dios y en el hacer el bien”.
¿Las pasarás en Madrid?
Quizá me vaya unos días con su marido. Ahora, él está trabajando. Es el cierre de año y es una locura.












