La fiebre Stranger Things ataca de nuevo. El estreno de la quinta y última temporada de la serie ha desatado la locura entre la legión de seguidores de las aventuras de la pandilla de Hawkings. Y al igual que en las anteriores entregas, la nostalgia ochentera que ha convertido a esta producción de Netflix en un fenómeno cultural vuelve a invadirlo todo.
Su poderosa influencia no escapa al universo de la moda. La estética de los 80 en general, y la de los looks de los personajes de la serie en particular, ha provocado la nueva ola retro que atraviesa la industria, desde las pasarelas hasta el streetwear.
Las referencias en diseño a esa década no son algo nuevo, pero Stranger Things ha operado como acelerador y amplificador de un movimiento que ya fijaba su mirada en el pasado para construir presente: un guardarropa donde la chaqueta bomber, el vaquero de tiro alto o la sudadera con logo deportivo dejan de ser simple guiño retro para convertirse en códigos vigentes de estilo, legitimados por una ficción que ha sabido convertir su vestuario en un relato generacional completo.
Siluetas oversize, camisetas gráficas, cazadoras denim y gorras de beisbol reaparecen como piezas clave y se actualizan en el contexto social de los jóvenes de hoy, en el que predominan valores como la comodidad, la diversidad corporal y el genderless.
La serie ha puesto en el escaparate una estética que, durante años, fue percibida como “demodé”: los estampados llamativos, las combinaciones de color saturado, las coderas, las hombreras y los tejidos como el nylon, el poliéster brillante o el punto grueso recuperan vigencia bajo una mirada irónica pero sofisticada. En este sentido, la proliferación de looks inspirados en Stranger Things en redes sociales, especialmente en TikTok e Instagram, ha reforzado la circulación de estos códigos estéticos, integrándolos en tendencias más amplias como el revival preppy, el teen nostalgia o el auge del athleisure con guiños vintage.
Personajes como iconos de estilo
El impacto de Stranger Things en la moda se ha cimentado también a través de la construcción de personajes convertidos en auténticos iconos de estilo, con Once (Millie Bobby Brown), Max (Sadie Sink), Nancy (Natalia Dyer), Dustin (Gaten Matarazzo), Robin (Maya Hawke) y Steve (Joe Keery) al frente de esta narrativa visual. Cada uno de ellos encarna un universo estético identificable —del sportswear naïf al look skater o preppy— que las marcas han sabido traducir en colecciones, colaboraciones y campañas específicas dirigidas al público de la Gen Zeta.
Las prendas asociadas a la serie —camisetas ringer, chaquetas universitarias, camisas de cuadros, polos de rayas, zapatillas retro— han encontrado eco en las tendencias actuales y también en las colecciones cápsula que numerosas marcas han dedicado a la producción. Aprovechando la expectación de la última temporada, algunas grandes cadenas de moda también han creado piezas inspiradas en la iconografía de Hawkins: desde un calentito mono Demogorgon hasta camisetas del Hellfire Club al que pertenecen los chicos.
De igual manera grandes marcas se han aliado con la producción más popular de Netflix aprovechando el tirón de la quinta temporada para lanzar artículos y ediciones especiales inspiradas en su universo narrativo: desde zapatillas a alimentos, decoración para el hogar, juguetes, accesorios y cafeterías se han sumado al furor por la estética de Hawkins.
De la pantalla a la pasarela
Si en un primer momento el impacto de la serie se percibió con claridad en la moda comercial, en los últimos años su influencia también ha calado en las pasarelas, donde se observa una recuperación sistemática de patrones, volúmenes y paletas de color ochenteras. Las firmas de lujo han revisitado los tonos neón, los bloques de color, los prints geométricos y los accesorios XXL, como pendientes, cinturones y gafas.













