Que Gonzalo Caballero es un torero valiente no es ningún secreto. Desde que se doctoró en el mundo del toro, tomando la alternativa en octubre de 2015, ha tenido que enfrentarse a múltiples cornadas que pusieron su vida en peligro hasta en tres ocasiones. Sin embargo, fue a comienzos de este mes de abril cuando sintió que su fortaleza se quebraba y le comenzaban a pesar el castigo de su cuerpo y, sobre todo, el emocional. Las dudas le asolaban y una necesidad inmensa de parar motivó que pusiera tierra de por medio y se marchara a Marruecos y Arabia Saudita en busca de silencio, calma y respuestas. Un retiro necesario para poder centrar su mente en descansar y ser capaz de encontrar su felicidad.
El 9 de abril te operan del hombro, parece que todo ha ido bien y, de repente, desapareces varios meses, ¿qué te que ha ocurrido?
Cuando estaba en la sala de recuperación de esta operación, pensando precisamente en mi recuperación, fue como si me cayera una losa encima. Desde que soy matador de toros he tenido 19 operaciones, venía arrastrando peajes muy gordos, como la muerte de mi padre… Sentí que no podía, como si se me hubiese caído el mundo encima, y la necesidad de darme un tiempo para recuperarme físicamente, pero, sobre todo, psicológicamente.
Y, de hecho, llegas a aparcar tu profesión, que para ti es lo más importante de tu vida.
Creo que uno debe tener humildad para saber que llega un momento en que no puedes más. Frenar ha sido uno de los actos más valientes que he tomado en mi vida. Me dije: voy a parar, me voy a ir a otra parte del mundo, a desconectar por completo, y poner mi mente en su sitio. Ha sido muy duro porque, como bien dices, para mí mi profesión es mi vida. Creo que es a lo que le he dado toda mi juventud. Mis cicatrices demuestran que le he dado mi cuerpo y mi vida al toreo.
"Frenar ha sido uno de los actos más valientes que he tomado en mi vida. Ha sido muy duro, porque para mí el toreo es todo. Mis cicatrices demuestran que le he dado mi cuerpo y mi vida"
Tú, que has tenido tantas cornadas físicas, ¿duelen más las cornadas que te da la vida que las de un toro?
Pues fíjate que es duro decirlo porque he tenido jornadas muy, muy graves; pero sí, la verdad que duelen inmensamente más las cornadas que te da la vida. La muerte de mi padre es algo que me ha costado mucho asumir, porque superar no se supera nunca. Teníamos una relación especial y murió en pocos meses. También me involucré mucho con la fundación que sacamos adelante, La Sonrisa de María, para ayudar a los niños con cáncer. Quería dar un sentido a que la muerte de mi padre no fuera en vano y psicológicamente ha sido un desgaste muy fuerte para mí, aunque hemos logrado cosas muy bonitas.
El ser torero, una profesión de tanto riesgo, implica a lo mejor que tuvieras en cierto modo que ¿esconder eso que sentías y fingir fortaleza?
El toreo tiene ese juego, esa cuestión de honor, tienes que hacerte el fuerte. Y creo que hay momentos en los que hay que serenarse, ser sincero con uno mismo y decir: es que si yo no estoy bien, nada puede estar bien. Y la verdad que me siento muy orgulloso ahora con el paso del tiempo, pero me costó mucho tomar la decisión.
Dices que has pasado los meses más complicados de tu vida, ¿has llorado mucho?
Sí. Muchas noches me las pasaba llorando.
También has sufrido de ciertas deslealtades y has confiado en gente en que te ha decepcionado…
Sí, la verdad que sí. Al final es una profesión que, desde muy pequeño, te ves envuelto en situaciones para las que no estás preparado. Eres muy joven para tomar decisiones, tu vida muchas veces depende de una tarde… Y luego también en tu vida personal se acerca mucha gente, que cuando frenas y miras para atrás, te das cuenta que no tenían las intenciones que pensabas. No hay que buscar culpables porque el único culpable es uno mismo, pero bueno, al final de todo se aprende.
Imagino que has tenido, a pesar de la distancia, a tu familia y a tus amigos incondicionales a tu lado en todo este proceso, ¿no?
Tengo la suerte de que mi familia y mis amigos siempre han estado cerca gracias a las tecnologías.
¿Victoria Federica ha estado ahí a tu lado como amiga?
No quiero hablar de este tema. Hace tiempo que mi vida camina por otro lado y me desvinculé de todo esto, te diría que hasta de redes sociales. Así que no quiero hablar, porque lo último que quiero es verme envuelto en polémicas.
"Es duro decirlo, porque he tenido cornadas muy graves, pero sí, la verdad es que duelen inmensamente más las cornadas que te da la vida"
Cambiando de tema, tu madre es uno de los pilares de tu vida, ¿cómo ha llevado todo este proceso?
Mi madre siempre trata de transmitirme sus valores y lo que realmente es importante en la vida. El ser buena persona, el ayudar a los demás y lo que me recomienda siempre es que le ponga pasión y corazón y trate de hacer las cosas siempre bien. Si naciera cien veces las cien pediría que fuera ella mi madre porque todo lo que soy y todo lo que trato de hacer es gracias a los valores que ella me ha dado. Ha estado tranquila estos meses que no he toreado (risas) sabe que llevo cuatro años sin torear en Las Ventas y sabe que el año que viene es mi mayor objetivo. Es lo único por lo que me acuesto y por lo que levanto.
¿Te ha ayudado en todo este proceso ser tan creyente como eres?
Sí, es una cosa que agradezco muchísimo a mis padres que me transmitieran su fe. Todas las personas hay momentos en los que nos vemos como en la oscuridad y que no sabemos qué dirección tomar, cuando tienes esa fe en Dios Él te guía. Yo incluso antes de torear rezo y me encomiendo a Dios. La fe es la que me ha guiado, por ejemplo, en este tiempo que estaba en Arabia y pensaba estoy en la otra punta del mundo rodeado de una cultura absolutamente distinta y me ponía a rezar y me ayudaba muchísimo.
¿Por qué eliges irte a Marruecos y a Arabia? ¿Es casualidad o elegiste esos países por algo?
Fue un proyecto que me surgió relacionado con el mundo del fútbol ya tengo muchos amigos futbolistas. Me encantó porque era algo totalmente alejado que no tenía nada que ver pero el toreo me ha perseguido un poco, en Tánger había la plaza de toros y luego, en Arabia, cuando llegué a Riyadh me pasó algo sorprendente cuando estaba en un momento de muchas dudas. Al llegar al hotel había cuadros de toros y de toreros.
¿Y eso cómo lo interpretaste, como una señal?
Sí, porque era un momento en el que no sabía qué hacer. Algo me dijo "Gonzalo, tú eres torero y estás muy bien aquí con estos proyectos, pero lo tuyo es torear y la verdad que fue una señal". Me metí corriendo en la habitación y me puse a torear delante del espejo.
¿En algún momento te has llegado a plantear dejarlo todo?
Sí. Por primera vez con la cornada tan grave que tuve el 12 de octubre. Y este año otra vez cuando pensaba que mi cuerpo no podía más y sobre todo mi cabeza. Me tomé este viaje para saber si había otras cosas que me hacían feliz, pero no puedo vivir sin torear. Yo creo que para mí el torear es más una necesidad que tengo dentro que una profesión.
Y de repente, después de toda esa oscuridad, regresan la luz y la ilusión. Además de que le has ganado otra vez un pulso a la vida, imagino que habrás sacado un gran aprendizaje personal.
Vivimos demasiado rápido he aprendido a valorar lo que es tener a tu familia cerca y poder hacer lo que me gusta, que es torear. Me ha servido mucho primero para recuperar la ilusión, pero sobre todo para valorar lo que he hecho y he conseguido en la vida. He ordenado mi mente y vivo más despacio, saboreando y apreciando cada cosa.
"Me llegué a plantear dejar de torear, pero para mí es más una necesidad que tengo dentro que una profesión"
A una persona que se encuentre perdida, en ese mundo de oscuridad en el que estuviste tú ¿qué le recomendarías?
Le diría que fuese valiente para tomar decisiones porque si tú no modificas nada, nada va a cambiar. Que sea valiente para tomar decisiones y buscar lo que realmente le haga feliz.
También dices que has encontrado corazones que dan sentido a tu vida, ¿te refieres al amor?
Me refería a amistades que he ido conociendo y que he aprendido de cada uno de ellos.
¿Estas enamorado?
Sí, estoy enamorado.
Si miras hacia atrás ¿sientes orgullo por todo lo que ha conseguido ese chico que se tuvo que ir a vivir lejos de sus padres para hacer realidad su sueño en un mundo tan peligroso con el del toreo?
La verdad es que siento orgullo, antes no lo sentía, pero he aprendido a valorarme con todo esto. También he cometido errores de juventud y con mi toreo, por eso tengo tantas cornadas dentro y fuera de la plaza. Creo que todavía tengo muchas cosas que hacer en el futuro.
¿Tu carrera continúa siendo lo más importante después de lo que has vivido?
Al final es verdad que mi profesión absorbe mucho si quieres triunfar y estar preparado. He aprendido a valorar la importancia de cada cosa: la familia, los amigos, la pareja… a vivir más despacio y disfrutar más sin tanta presión haciendo lo que creo que es lo correcto.
¿Qué proyectos tienes a futuro?
Mi objetivo más importante es volver a Las Ventas después de cuatro años, será el próximo mayo. A mi padre le prometí que triunfaría allí y se lo debo.








