Les conocimos con una silueta, un pelo o un rostro distintos, y si echamos la vista atrás, nada tiene que ver su versión del pasado con la del presente. El antes y después de los celebrities es uno de los temas que despiertan siempre la misma reacción: interés, sorpresa, nostalgia y la sensación de estar mirando dos vidas distintas de una misma persona. Actores, cantantes, royals e influencers han pasado por transformaciones físicas y de estilo tan notables que cuentan, por sí mismas, la historia de su evolución personal y profesional. Cambios llamativos conseguidos en su mayoría a través de retoques y tratamientos estéticos que confirman que la era de los físicos esculpidos a golpe de pinchazo o bisturí llegó para quedarse.
Repasamos los cambios más impactantes que han vivido algunas de las estrellas españolas más seguidas del momento.
Georgina Rodríguez
Saltó a la vida pública en el año 2016, cuando apenas arrancaba su relación con Cristiano Ronaldo. Por aquel entonces, la novia del máximo goleador de la historia mantenía un estilo bastante sencillo y discreto: prendas casuales, maquillaje suave, melena larga y natural, y con una figura era más fina, con curvas sutiles.
Con los años, Georgina ha mostrado una transformación visible, tanto por estilo de vida como por imagen. Su silueta se ha definido: hay más curvas, y muchos medios señalan un realce de pecho y glúteos, aunque no siempre queda claro si se trata de trabajo físico, ropa moldeadora o retoques. Su rostro también acompaña a ese cambio corporal: pómulos más marcados, labios más definidos, cejas y maquillaje más generoso, que le da un aire más sofisticado. Su estilo personal se ha transformado radicalmente: de looks discretos a outfits de alto impacto, moda de lujo, peinados cuidados, maquillaje profesional, sesiones de fotos, y presencia habitual en eventos de glamour.
En la actualidad, Georgina se ha convertido en un personaje mediático global, siendo un icono de estilo más allá de su relación sentimental. Ha entendido la moda, el estilo y la imagen como parte de su marca personal, adoptando todos los recursos para construir una identidad mediatizada.
Ester Expósito
Su paso de estrella adolescente a símbolo internacional ha traído consigo cambios inevitables. Tras su debut en la serie Élite (2018), su estilo de belleza evolucionó de un maquillaje llamativo, recogidos altos y cejas marcadas hacia un estilo más sofisticado: melena rubia con volumen, piel luminosa, labios definidos y un look general más pulido. Su actividad en redes sociales muestra a una mujer más madura, como una evolución natural acorde a su edad y, según señalan, sus retoques.
Detrás de sus cambios más llamativos podrían esconderse diversas intervenciones como los “foxy eyes” (elevaciónde mirada), bichectomía o reducción de mejillas, rellenos en pómulos y labios, perfilado de mentón, e incluso una posible rinoplastia. Además, la actriz podría haber recurrido a neuromoduladores y micropigmentación de cejas para que su piel luzca espectacular. Aun así, hay quienes defienden que sus cambios responden simplemente al paso del tiempo, con sus cambios de estilo, maquillaje, luz y ángulos, lo que haría que las diferencias parezcan mayores de lo que realmente son.
En 2024, tras las críticas recibidas por su aspecto físico, ella respondió con firmeza: explicó que su cuerpo ha cambiado con el tiempo. “He subido un poco de peso y ya está”, comentó. Un proceso natural que en ningún caso debería ser motivo de burlas ni especulaciones. A su juicio, el escrutinio público constante sobre el físico de las mujeres es una forma de violencia estética, un tema que también ha tratado públicamente en varias ocasiones.
Rosalía
La conocimos una década atrás, cuando su peinado era sencillo y su imagen aún conservaba simplicidad: labios más finos, rasgos naturales, maquillaje sutil, muy alejado del estilo sofisticado que desarrollaría después. Según algunos fans, su voz, talento musical y pasión ya estaban presentes en esas primeras fotos, aunque todavía no tenía ningún guiño al mundo de la moda o el espectáculo.
Con el éxito, su imagen empezó a ser una parte clave de su identidad artística: maquillaje más cuidado, labios más marcados, peinados elaborados, manicuras XXL… Su estilo mix de flamenco, urbano y vanguardia la convirtió en un referente de moda global: de outfits urbanos a alfombras rojas, pasando por looks experimentales inspirados en tendencias internacionales.
Durante estos años también se notó un cambio físico: su cuerpo se ha convertido en otro aliado de su estética, en parte gracias al deporte, ya que empezó a practicar disciplinas como boxeo o spinning, lo que le ha dado una nueva complexión más atlética. En los últimos tiempos, su estética beauty ha evolucionado hacia un look más refinado, elegante y, en ocasiones, minimalista: la cantante ha abandonado ciertos excesos para apostar por naturalezas modernas, en consonancia con las tendencias actuales de moda y belleza.
C. Tangana
En sus inicios en la escena rap en Madrid, conocido entonces como Crema, su estética era la típica del “chico de la calle”: chándal amplio, zapatillas deportivas viejas, ropa informal y un look descuidado. Por aquel entonces no había guiños al lujo o la moda: su imagen reflejaba su contexto underground, mezclando humildad, rebeldía y autenticidad.
Con su salto a la fama, su estilo empezó a transformarse: ya no era el “rapero del barrio”, sino un artista consciente de su imagen. Empezó a usar moda como herramienta de identidad, con guiños a marcas, estética más cuidada, y una transformación visible que acompañaba su evolución artística. Hoy, Tangana se define como un “esteta”: su imagen combina moda, referencias clásicas, elegancia urbana, nostalgia de barrio y actualidad y sus looks funcionan como parte de su discurso artístico.
Esta metamorfosis no solo se ve en la ropa: también su presencia pública, sus videoclips, sus actuaciones y su actitud generan la sensación de que “ha crecido”. El cambio de C. Tangana no es solo estético, sino una reinvención con intención. De rapero underground con look modesto a icono urbano que entiende la moda como parte de su lenguaje creativo.
Ana Mena
Saltó a los medios cuando era apenas una adolescente con un estilo bastante natural: cabello castaño oscuro, maquillaje discreto y looks sencillos que no buscaban destacar demasiado. En eventos y alfombras rojas, su estética respondía a una moda más comedida: prendas simples con poca atención a la sofisticación.
Uno de los cambios más notorios a lo largo de los años ha sido su cabello, pasando del castaño al rubio dorado casi platino, que se ha convertido en sello de su imagen. Sus rasgos faciales parecen más definidos: los pómulos, la mandíbula, líneas de rostro más marcadas, lo que le da un aire más maduro y estilizado. Su vestuario también cambió considerablemente: de prendas discretas y cotidianas a outfits más atrevidos, modernos o “fashion”. Un giro visual en consonancia con su carrera musical.
A medida que Ana Mena pasó de aspirante joven a cantante consagrada, su imagen fue adaptándose al estatus: más elegante, más cuidada, más pensada, aunque algunos medios apuntan a neuromoduladores, hilos tensores, ácido hialurónico y cuidados dentales como responsables de ciertos cambios en su rostro. Lejos ya de ser la jovencita discreta de sus comienzos, hoy proyecta una versión de sí misma más definitoria, audaz y segura, alineada con su éxito.
Lucas González
Pocas transformaciones han sorprendido tanto al público como la de Lucas González, integrante del desaparecido dúo Andy y Lucas. Durante años, su imagen estuvo ligada a aquella etapa en la que arrasaban con 'Son de amores': juvenil, cercano y con el físico propio de una vida de giras, poco descanso y rutinas irregulares.
Su pérdida de peso, fruto de un compromiso personal con su bienestar, marcó un antes y un después que sus seguidores celebraron, coincidiendo con una presencia escénica renovada que acompañaba a una nueva etapa musical del dúo. Pero el “después” ha supuesto un giro radical en la imagen pública del cantante. Fue a finales de 2024 cuando saltaron todas las alarmas: Lucas aparecía en una alfombra roja con una nariz totalmente cambiada y deformada. Las especulaciones estaban servidas.
Desde ese momento, el físico de Lucas ha estado en el punto de mira público, y son muchas las críticas a las que ha tenido que hacer frente. Según contó el propio protagonista tras negar la mayor, el problema llegó tras las complicaciones médicas de su anterior rinoplastia, que le produjeron la llamada nariz en silla de montar, una condición por la que hay que volver a reconstruir la estructura nasal y mejorar tanto la función respiratoria como la estética. "Me hice una cosa estética en la nariz. Me quitaba las gasas, no me puse las cremas...", contó la primera vez que se pronunció al respecto, además de explicar que su intención es volver a pasar por quirófano, para lograr recuperar la funcionalidad de su nariz al completo.
Cambios que, en muchos casos, transforman a sus protagonistas en personas distintas a las que una vez fueron. Sobre todo cuando el pasar de los años se cuenta en número de retoques estéticos y no en las arrugas que atraviesan el rostro.































