Viven en medio de una feliz revolución. En casa de Sara Verdasco y Juan Carmona no existen el aburrimiento ni el silencio con la energía arrolladora de sus mellizas, Carmen y Valentina, que ya tienen cinco años. Pero, desde el pasado mes de junio, esa alegría se ha multiplicado con la llegada de su tercera hija, Sara.
La empresaria y el músico han querido compartir con ¡HOLA! el buen momento que atraviesan, nos han presentado a su trío de princesas y nos han contado cómo afrontan esta nueva etapa como padres y, a la vez, cómo lo compaginan con sus respectivos trabajos y sus nuevas metas en el horizonte.
Sara sigue al frente de La Rayúa, el restaurante familiar, donde su padre es su gran apoyo; mientras que Juan, que pertenece a una de las sagas de artistas más importantes de nuestro país, los Carmona, continúa inmerso en varios proyectos y giras con varios músicos y, además, nos adelanta que está trabajando en su música en solitario, que dentro de poco saldrá a la luz. Es una etapa llena de retos para la pareja, que cumplió el pasado mes de junio nueve años de matrimonio y mira al futuro con ilusión junto a sus tres niñas.
¿Cómo ha sido la llegada de la pequeña Sara a la familia?
Estamos supercontentos. Un bebé siempre es una bienvenida a la familia. Las niñas estaban deseando tener un hermanito, entonces, es todo felicidad y ahora estamos intentando organizarnos de la mejor manera posible.
¿Cómo lleváis estos primeros meses con tres niñas en casa?
Mi casa es una auténtica locura. Estoy muy cansada, pero muy contenta. Me está costando un poco cuadrar horarios, dedicarles tiempo… Pero estoy encantada.
¿Cómo fue el parto? Porque tu anterior experiencia era con las mellizas, que siempre suele ser más complicado.
Con las mellizas tuve una cesárea porque Carmen venía de lado, entonces tenía que ser cesárea sí o sí, y con Sara también, porque venía con cuatro vueltas de cordón. Entonces fue bien, pero lo malo de la cesárea viene después, porque tu cuerpo tarda más en recuperarse.
Tu marido, Juan, ¿cómo lleva estar con tres niñas en casa?
Está feliz. Después de dos niñas, te hace ilusión tener un niño, pero vino otra vez una niña y él está encantado porque, además, Carmen y Valentina lo tienen como a un rey, tienen locura con él y él disfruta mucho con sus chicas.
¿Ya le han maquillado, disfrazado…?
Le hacen de todo y se deja hacer de todo. Se le cae la baba con sus niñas y juega mucho con ellas.
¿Cómo te ves ahora como madre? ¿Diferente a cuando nacieron las mellizas?
Muy diferente. La experiencia con las mellizas te da mucha madurez, ves las cosas de otra manera, con mucha serenidad y seguridad. He cambiado mucho, pero a mejor.
¿Con menos miedos?
Sí, porque en el primer embarazo tuve muchos y ahora todo ha sido más fácil.
En vuestras reuniones familiares, tenéis dos equipos, el de los tres chicos de tu hermano, Fernando, y el de vuestras tres niñas.
¡Total! Es que es muy curioso. A mi hermano le habría encantado tener una niña, a mi marido y a mí también nos hubiese encantado tener un niño.
"Las niñas tienen una relación muy bonita con los tres hijos de mi hermano, Fernando, y Ana Boyer. Desde que eran chiquititos, hemos hecho videollamadas para que estén en contacto"
¿Cómo se llevan entre ellos?
Superbién porque, además, se llevan muy poco entre ellos. Van seguidos Miguel y las mías, luego Mateo, Martín y ahora Sara. Aunque ellos no pasan mucho tiempo en España, siempre que vienen, los primos están juntos. Las mellizas siempre me dicen: "Mamá, me quiero ir con los primos". Y ellos: "Me quiero ir con las primas". Así que cuando se puede, vamos a verlos a Doha. Tienen una relación de primos muy bonita. Desde que eran chiquititos, hemos hecho muchas videollamadas para que estén en contacto.
Cuando se juntan, ¿la lían mucho?
Mientras tengan espacio donde puedan jugar, son muy buenos. Ahora, como los tengas en algún lado que no sea grande… ¡te puedes volver loca!
El consejo de su cuñada, Ana Boyer
Tu hermano, Fernando, y tu cuñada, Ana Boyer, te habrán dado consejos sobre cómo pasar de dos a tres niños.
Ana, antes de quedarme embarazada de Sara, me dijo que de dos a tres se notaba mucho, que la cosa se complicaba. O sea, que me lo advirtió, entre comillas, y yo le tenía que haber hecho caso —dice riendo—. Pero bueno, ahora lo estoy comprobando y, sí, tenía razón. Yo pensaba que ya con las mellizas teniendo cinco años sería más fácil, pero todavía dependen mucho de mí. Ellas están superunidas a mí. Nacieron en 2020, en plena pandemia, y estuve dedicándome solo a ellas hasta que cumplieron tres años.Ahora noto que, con una nueva personita en casa, les cuesta encajar que mamá ya no esté tan pendiente de ellas. Pero bueno, poco a poco.
"He cambiado mucho como madre. La experiencia con las mellizas te hace ver las cosas con mucha serenidad y seguridad"
Pero seguro que hacen superbién de hermanas mayores.
¡Claro! Aunque la vuelven un poco loca. Sara, a los meses de nacer, se hacía la dormida cuando se acercaban. La pobre, pensaría: "Mejor me hago la dormida, porque ya vienen mis hermanas". Ahora ya participa más, las ve y se ríe y como que las llama para que se acerquen a ella. Ya quiere jaleo… ¡Cuando crezca va a ser un show!
Entre fogones, al pie del cañón
¿Cómo llevas la maternidad con tu trabajo en el restaurante La Rayúa, en La Latina?
Ahora lo estoy llevando muy bien porque mis padres me ayudan muchísimo. Las mellizas van al colegio, y eso ya te quita mucho, y a la pequeña se la llevo a mis padres por la mañana y la recojo cuando termino de trabajar. Si no los tuviera a ellos, sería mucho más complicado.
Tu padre decía que se jubilaba, pero ¿es verdad?
Bueno, nos pilló un momento que teníamos los dos restaurantes, yo estaba embarazada y no podía dejar de trabajar en ese momento. Entonces me dijo: "Bueno, te ayudo". Y ahora ya me dice: "Déjame jubilarme, que lo estoy deseando".
¿Crees que lo hará del todo? Porque al que ha dedicado toda su vida a la hostelería luego le cuesta parar.
Le cuesta, porque además mi padre es una persona muy movida. No es de estar en casa tranquilo. A él le encanta trabajar y lleva toda la vida en la hostelería: le encanta ir al mercado, estar en el restaurante, recibir a los clientes de siempre… Entonces, entre comillas, él seguirá viniendo, pero de otra manera.
Tú te has criado entre fogones y tus hijas están creciendo viendo cómo trabajáis en el restaurante. ¿Ves que apunten maneras?
Ellas me suelen decir: "Me quiero ir contigo a La Rayúa porque quiero trabajar como tú". Pero luego a Valentina también le gusta el deporte. Juega el tenis (como su tío), al baloncesto, fútbol... Y a Carmen le gusta la música y canta muy bien. Tienen la mezcla de la familia.
Juan, un padre orgulloso con nuevo proyecto musical
¿Cómo llevas el pasar de dos niñas a tres?
La verdad es que es un poquito locura, pero es una maravilla, es una bendición que venga otra criatura. Estoy muy contento.
¿Te cuesta compaginar trabajo con familia?
Siempre es complicado, porque nosotros los músicos pasamos mucho tiempo fuera de casa. Nosotros siempre estamos por ahí viajando, hoteles, viajes, conciertos por la noche, cenas donde sea, comes donde puedes... Pero bueno, al llegar a casa y encontrarte a las princesitas te renueva la vida.
¿Qué proyectos tienes ahora?
Pues mira, estoy trabajando en un EP porque, aparte de los proyectos en los que estoy, quiero sacar mi música. Estoy trabajando con mucha gente, estoy de gira con Antonio (Carmona) y tocando con mucha gente, con Josemi (Carmona), con el tío Pepe Habichuela, con Kiki Morente… Siempre estamos de gira ahí donde nos llaman, pero ahora estoy pensando en hacer mi música.
¿Cuándo saldrá a la luz?
Estoy en ello. Yo creo que a principios del año que viene podremos tener algo.
No paras. Tocando con tanta gente, trabajando en tu música, con tus mellizas, otro bebé...
Imagínate, entre la niña, la familia, el trabajo, la gira... y luego tú cuídate un poco entre medias —dice riendo—. Pero hay que hacer de todo, sobre todo cosas que te llenen, que en mi caso son la música y la familia.
¿Tus hijas han heredado la pasión de tu familia por la música? Mira, hasta Sara parece que quiere cantarte.
Sí, es muy cantaora —dice mientras tiene a la pequeña en brazos balbuceando—. Y Valentina baila muy bien y Carmen canta y afina muy bien.
Qué familia de artistas.
La verdad es que sí, es una maravilla. En casa es una fiesta, nos ponemos a cantar, a bailar y a tocar.














