Santiago Cañizares vuelve a pasar por el altar tras una relación exprés que comenzó en mayo y culmina hoy, 14 de noviembre, en boda. El exguardameta del Valencia CF y de la selección española, de 55 años, se casa en Valencia con Noemí, una joven catalana originaria de Calella de Palafrugell. Lo suyo ha sido un auténtico flechazo: apenas cuatro meses fueron más que suficientes para que la pareja decidiera dar un paso tan importante en su historia de amor. Para Cañizares, que afronta su tercer matrimonio, esta unión llega con la certeza de haber encontrado a una mujer “extraordinaria”.
La pareja se conoció a través de Internet, "como todo el mundo se conoce hoy en día", en un reflejo de cómo los tiempos han cambiado incluso para las figuras públicas. "Sí, señor, me caso en mes y medio con una extraordinaria mujer que se llama Noemí", confesaba ilusionado Cañizares el pasado mes de septiembre en El Partidazo de Cope, presentado por Juanma Castaño, donde colabora habitualmente. “Nos ha pegado un poco fuerte, no hemos querido que se nos haga tarde y nos casamos ya”, reconocía el exfutbolista.
El anuncio de su boda sorprendió a todos porque apenas unos meses antes, en abril, el exportero había roto con la que hasta entonces había sido su gran amor. “He terminado mi relación con la que para mí era mi mujer. Estoy viviendo un momento muy duro. Las cosas del amor son muy difíciles. No sé ni qué voy a hacer hoy mismo porque esto te deja muy tocado”, comentaba entonces en Radio Marca. La ruptura le afectó tanto que llegó a perder hasta seis kilos. Sin embargo, el destino quiso que Cupido hiciera de las suyas y pusiera en su camino a Noemí, con quien está viviendo un romance breve e intenso que le ha devuelto la fe en el amor.
Dos matrimonios y una gran pérdida
Cañizares ha estado casado en dos ocasiones y es padre de siete hijos. Primero pasó por la vicaría con Marina Conchello (1992-2007), con la que tuvo tres hijos, y después con Mayte García, con la que tuvo cuatro. Con ella compartió más de una década y en 2018 la pareja afrontó una terrible pérdida: la muerte del pequeño Santi, de cinco años. Aquel fue un duro golpe que marcó profundamente a la familia. Sin embargo, el dolor que un día les unió, terminó por separarles y en 2021 anunciaron su separación de mutuo acuerdo.
Parece que a la tercera irá la vencida para Santiago Cañizares que está seguro de haber encontrado en Noemí a la mujer de su vida. Y ha elegido la ciudad de Valencia para jurarse amor eterno. Esta elección no ha sido al azar. El exportero de la selección tiene un vínculo muy especial por la capital del Turia, donde vivió sus mejores años deportivos. Allí defendió la portería del club che durante más de una década, convirtiéndose en uno de los ídolos de Mestalla y en una figura inseparable de la historia valencianista.
De hecho, su vinculación con el club es tan profundo que, en el programa Tiempo de Juego de la COPE, protagonizó una anécdota que dio mucho que hablar. Un oyente le preguntó si sería capaz de no casarse en caso de que Peter Lim, máximo accionista del Valencia, vendiera el club y lo liberara de su nefasta gestión. Cañizares no dudó: “Sí”. Entre risas, añadió que incluso cancelaría la boda si Lim dimitiera, matizando después que lo haría como gesto social y de compromiso con la afición. "Si Lim dijera voy a vender el Valencia, esa es la apuesta, no por casualidad. Haría la labor social y no me casaría si Peter Lim se fuera del Valencia", bromeó lanzando un órdago al máximo mandatario valencianista y mostrando una vez más la pasión y el cariño que sigue sintiendo por el equipo que marcó su carrera. Y, aunque defendió las porterías del Celta de Vigo, el Real Madrid y la selección española, fue en Valencia donde dejó una huella imborrable.
Un verano de amor
Al lado de Noemí, Cañizares ha recuperado la sonrisa y la ilusión. Juntos han disfrutado de un verano inolvidable en la Costa Brava, tierra natal de ella, donde las playas fueron testigo de paseos, confidencias y momentos de felicidad que él mismo compartió en sus redes sociales. Ese verano de amor se convierte ahora en el preludio perfecto de su boda en Valencia.
Su enlace, íntimo, pero cargado de significado, simboliza la fuerza de un amor capaz de renacer tras las adversidades. Para Cañizares, que afronta su tercer matrimonio, esta boda no es solo una celebración: es la certeza de que, incluso tras las peores derrotas, en cualquier ámbito de la vida, siempre puede llegar un nuevo comienzo.













