“Menos mal que no iban a venir tus amigas”, comenzaba bromeando el escritor Jacobo Bergareche. “¡Ni las memorias de Belén Esteban!”. Ni tampoco la intensa lluvia que caía, con ímpetu, el pasado cinco de noviembre en la capital fue impedimento para que Bárbara Arena llenase por completo la sala Ramón Gómez de la Serna del Círculo de Bellas Artes.
Se presentaba ante el público como escritora con Un adiós, un libro (publicado a finales de octubre) que forma parte de una colección iniciada por la editorial Lengua de Trapo y el Círculo de Bellas Artes, proponiendo a varios escritores contar un hecho histórico posterior a la Transición. Un homenaje contemporáneo a los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.
El suyo comienza con una mujer que coge un taxi para ir a un funeral –“la muerte de una figura que recuerda a alguien”, alcanzaba a decir Bárbara- del padre de su hijo. “Su familia piensa que es inapropiado, como lo fue también su relación con él: una aventura que derivó en la reclusión para siempre de una chica llamada a disfrutar de guateques y cacerías”.
Tanto Jacobo como la también escritora Laura Ferrero, que preguntaban a Bárbara acerca de su obra, en un ameno coloquio, destacaban su deslumbrante debut en la literatura. “España no es un país que tenga tradición de escribir de las clases altas”, explicaba Jacobo, y ella lo ha conseguido, reflejando esa sociedad que está tan viva, pero no se ve, sin caricaturas, en las más de cien páginas que comprende Un adiós.
En primera fila, se encontraban sus padres, la artista Bárbara Pan de Soraluce -artífice de Los Platos de Pan-, y el banquero Juan Arena de la Mora, que seguían con atención y orgullo sus palabras. “Me han preguntado cómo he conseguido esa mirada externa e interna y eso se lo debo a mi padre”, confesaba la autora. “Una persona que está mirando desde dentro y desde afuera, con una doble mirada. Me ha ayudado a tener libertad intelectual y una mirada emancipada… Gracias, papá, eso te lo debo a ti”.
Su madre nos decía, tras el acto, que “no puedo estar más orgullosa de ella, creo que es una mujer increíble. Lo tenía dentro y de repente empezó y salió”.
Y todo ese trabajo en el que Bárbara aprendió a renunciar al ideal, “al libro perfecto”, quedó reflejado en este acto que Amparo Corsini y Blanca Suelves nos definieron, casi a la vez, como “estupendo”. “Jacobo ha dicho una cosa que es objetivo y es que es escritora… Esa es la verdad”, señalaba Blanca.
No fueron las únicas que estaban entre ese público que escuchaba, con atención, a la escritora. También amigas como Carolina Herrera, directora creativa de The House of Herrera Fragrances -quien salió con un par de ejemplares firmados-, las empresarias María y Clea Fitz-James Stuart, la periodista Marta Barroso, Mercedes Peralta y Mercedes Valdenebro, fundadoras del estudio Las 2 Mercedes.
Bárbara lo ha vuelto a hacer, ha logrado unir esos dos mundos entre los que navega, mientras se prepara para un próximo libro.











