Reese Witherspoon ha hablado abiertamente sobre la depresión que sufrió durante dos momentos clave en su vida: primero en su adolescencia, y nada más convertirse en madre primeriza de su hija Ava, a quien dio a luz en el año 1999.
La protagonista de 'The Morning Show' ha contado cómo esta enfermedad había estado presente en el seno de su familia. Su abuela, Dorothea, también había padecido depresión, y fue ella quien le advirtió que este trastorno del estado de ánimo podía heredarse: "Era una mujer muy culta que se quedó sola con dos niños pequeños mientras su marido trabajaba", ha dicho Reese para Harper's Bazaar, "Cayó en una profunda depresión. Mi madre fue sincera conmigo y me dijo: 'Tienes que tener cuidado. Esto podría ser genético'", han sido las palabras de la actriz americana.
Tras el nacimiento de Ava, Reese ha contado que la depresión fue "muy fuerte", ya que su estado de ánimo fluctuaba constantemente. "Durante los primeros seis meses, me sentía feliz y deprimida a la vez. Lloraba todo el tiempo, pasaba las noches en vela, estaba agotada. Fue una bajada hormonal inesperada, que experimenté justo después del parto y de nuevo cuando dejé de amamantar seis meses después", ha detallado.
"Todo el mundo opina. Es difícil ser una madre joven y que la gente te diga cómo ser, cómo reaccionar, cómo dar a luz, cómo amamantar y cómo alimentar a tu bebé. Es abrumador", ha explicado la intérprete sobre cómo se sintió tras convertirse en madre por primera vez. Una opinión que comparten muchas madres primerizas.
La protagonista de 'Una rubia muy legal' ha explicado que fue una buena amiga quien la animó a buscar ayuda profesional: "Yo tenía los contactos y los medios para ir a un médico, a un especialista en salud mental, pero mucha gente no. Luchan solos y lo ocultan", ha opinado sobre la difícil situación de otros enfermos que no tienen la suerte como ella de poder recibir ayuda especializada.
"Me presionaba muchísimo para presentarme en el trabajo de la mejor manera. Ahora todos sabemos que la perfección es inalcanzable. No es sostenible. Me estresé por mi trabajo, y eso me llevó muy, muy lejos", ha contado Reese sobre cómo la constante búsqueda de la perfección desató problemas de ansiedad en ella.
Cómo se siente hoy
La mujer de 49 años ha añadido que, con el paso de los años, ha empezado a bajar un poco el ritmo. "Me hago mayor y empiezo a aceptar que soy suficiente. He tenido muchísima suerte, grandes oportunidades laborales y he trabajado con algunas de las personas más extraordinarias del mundo", ha añadido.
La madre de Reese es enfermera pediátrica y la animó a hablar abiertamente sobre lo que le preocupaba, algo que ha incorporado a su propia forma de criar a sus hijos. "Mi madre nunca habló de salud mental de una manera que la hiciera parecer intocable, indecible o tabú", ha revelado la artista.
"Cuando era adolescente, ella me preguntaba directamente si era sexualmente activa y sobre anticonceptivos. No me ando con rodeos. Si algo me preocupa o me inquieta, siempre seré la que vaya más allá y haga las preguntas difíciles", ha dicho.
La ganadora del Oscar, que cumplirá 50 años el próximo año, también afirma que está disfrutando de esta nueva etapa de su vida: "Me gusta hacerme mayor" (...) "Creo que es maravilloso ser más sabia y comprender tu lugar en la industria. He trabajado muy duro para llegar hasta aquí… Siento que estoy viviendo mi propósito, sin duda. Amo mi trabajo. Amo a mis fans. Soy dueña de mi propio destino".












