El Chateau Miraval lo fue todo para Angelina Jolie y Brad Pitt como pareja. Allí se casaron, pero además, fue una de las primeras inversiones que hicieron juntos y lo convirtieron en su hogar, tal y como recuerda ahora la actriz. Por eso, el imponente castillo y sus viñedos lo son todo también en su divorcio. Es él último escollo de una infinita batalla legal que ahora ha hecho a Angelina rememorar algunos detalles, hasta el momento desconocidos, de su proceso de separación.
En 2021 la ganadora de dos Oscar vendió su participación en la finca, lo que, según Pitt, incumple el acuerdo que tenían entre ellos cuando la adquirieron. Para demostrar que tanto su exmujer como el actual propietario, Alexey Oliynik, del Grupo Stoli, eran conocedores de la infracción, ha solicitado acceder a sus mensajes privados. En respuesta a ese requerimiento, Jolie ha presentado una nueva declaración en la que rememora precisamente lo que significó está propiedad para ella y la razón por la que no ha vuelto a poner un pie en ella.
"Hasta el día de hoy, mis hijos y yo nunca hemos vuelto a poner un pie en la propiedad, dada su conexión con los dolorosos acontecimientos que llevaron al divorcio”, ha dicho Angelina que también ha contado la razón por la que tras la separación le dejó a Brad Pitt todas sus residencias para irse con sus hijos de alquiler: "Le dejé el control (y la residencia completa) de nuestras casas familiares en Los Angeles y en Miraval, sin compensación, porque esperaba que eso lo tranquilizase en su trato conmigo después de un periodo difícil y traumático".
Después de un tiempo viviendo de alquiler, la actriz decidió buscar una propiedad cerca de la residencia de Brad Pitt para que sus hijos estuvieran cerca de su padre. "Por aquel entonces, mis ahorros estaban invertidos en el Chateau Miraval y no había pedido a Brad pensión alimenticia ni ningún otro tipo de apoyo económico", ha explicado en su declaración. Finalmente, el protagonista de El club de la lucha le prestó dinero a su exmujer con intereses para poder comprar una casa.
Fuentes próximas al actor califican este relato de excusa. "Esto es una disputa comercial, totalmente separada del divorcio. Es desafortunado, pero no sorprendente que ahora se pongan excusas para no dejar los emails al descubierto", sostienen en referencia a los mensajes privados entre Angelina y el comprador de Miraval que ha solicitado Brad Pitt. Por su parte, el nuevo propietario se niega a entregar la correspondencia alegando que, como residente en Suiza, no está obligado a ello.
La batalla legal se prolonga ya tantos años que la prensa estadounidense ha llegado a denominarla "La guerra de los rosados". Durante todo este tiempo, el negocio de los viñedos ha permanecido bajo la gestión del antiguo propietario del castillo, conocido por su producción de champán rosado. “Cuando compraron Miraval, producíamos 150.000 botellas de vino de gran calidad, pero se vendía poco. Tras su llegada, conseguíamos 9 millones de euros por la misma cantidad de botellas”, relató el responsable del negocio al Daily Mail. Ahora Brad acusa a Angelina de dañar deliberadamente la reputación del negocio vitivinícola al vender su parte a un “extraño”. Ella respondió con una contrademanda en 2022, alegando que él ha mantenido una guerra vengativa contra ella desde que solicitó el divorcio hace ya 9 años.