Por fin se casaron. Nervios, emoción, reencuentros, y sobre todo, muchas ganas de celebrar. Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan, que ya son marido y mujer, compartieron su gran día en Sevilla con familiares y muchos amigos en una jornada que nos dejó anécdotas, detalles emotivos e imágenes icónicas. Recorremos cada uno de los momentos clave de otra gran boda de la Casa de Alba.

Un novio nervioso con una madrina espectacular
La llegada de Cayetano Martínez de Irujo no defraudó. Imponente con su uniforme de maestrante de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, como es tradición en la Casa de Alba, iba del brazo de su hija Amina, una impresionante madrina con un vestido en color azul con estampado floral sobre fondo negro, de Vagary Kalon, diseñado por Gala Canut

Expectación en Sevilla
El lugar del 'sí, quiero' no podía ser otro que la Iglesia del Cristo de los Gitanos, donde reposan las cenizas la recordada Cayetana de Alba, que también tiene una estatua en su honor junto a la capilla. Las inmediaciones del templo eran un hervidero de gente desde antes de la llegada de los primeros invitados. Nadie se quería perder la boda del año. Dentro de la iglesia, se preparaba para la ceremonia el párroco Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, que ha oficiado los servicios religiosos más importantes de la familia Alba.

El abrazo más esperado
Atrás quedan las tensiones y los desencuentros en un día en el que solo había espacio para la unión. A la entrada de la iglesia, Cayetano Martínez de Irujo recibía a su hermano, el duque de Alba, con un abrazo. Si bien su presencia en la boda ya era un indicativo de que la sangre nunca llegó al río, este gesto de cariño entre ellos parece sellar de una vez por todas la reconciliación.

Momento de reencuentros familiares
Por muy aristocrático que fuera el enlace, los momentos previos a la ceremonia también sirvieron para los saludos, los reencuentros y, sobre todo, las fotos y los selfies que después intercambiarían en el grupo de WhatsApp correspondiente. Aunque de esto último no tenemos pruebas, nos gusta imaginar que es el destino de una fotografía como la que Narcís Rebollo se esfuerza por encuadrar de Tana Rivera junto a su tío Alfonso Martínez de Irujo, que fue de los primeros en llegar al templo.

Los duques de Huéscar y sus primos, Luis y Amina
Son primos y representan a la nueva generación de aristócratas. Los duques de Huéscar, elegantísimos como siempre, acudían al enlace solo tres semanas después de convertirse en padres de su tercer hijo, un niño llamado Fernando. A su llegada posaron con sus primos, Amina, la espectacular madrina, y Luis, que inevitablemente asumía un papel más discreto.

El cariñoso gesto de Eugenia Martínez de Irujo con Curro Romero
Era la primera aparición pública de Curro Romero, de 91 años, tras su ingreso hospitalario en el hospital Virgen de la Macarena de Sevilla tras desarrollar una neumonía después de haber contraído el covid. En silla de ruedas y acompañado por su mujer Carmen Tello, amiga íntima de la duquesa de Alba, saludaba con buen ánimo al resto de invitados. Especialmente cariñosa era Eugenia Martíenez de irujo que, tras darle un beso, se quedó hablando con él y con su mujer y se mostraba feliz de su mejoría.

La esperadísima llegada de la novia
Era el gran momento más esperado. Bárbara Mirján llegaba en coche de caballos y dejaba por fin al descubierto su secreto mejor guardado. En medio de una gran expectación y una lluvia de flashes, la novia avanzaba con un llamativo ramo colgante coronado por una flor blanca. Es importante este detalle porque de la iglesia saldría sin él. La razón es que Bárbara ha ofrecido el ramo a la fallecida Cayetana de Alba en homenaje y recuerdo a su suegra.

Un look nupcial que no ha defraudado
Si algo ha sido analizado al detalle es el vestido de novia con el que ha sorprendido Bárbara, que iba espectacular del brazo de su padre Bachar Mirjan. Se trata de un diseño a medida de Navascués en el que todos los bordados que recorren la prenda toman como referencia la saya que lució la Virgen de las Angustias de la Hermandad de los Gitanos durante la pasada Madrugá del Viernes Santo. Entre sus muchos elementos, hay uno que destaca especialmente: la flor que está dibujada en el puño derecho y que Cayetano habrá descubierto al ponerle en anillo de casada a Bárbara

Bárbara, a punto de cruzar la mirada con su futuro marido
Es la última mirada de la novia antes de enfilar su camino al altar, donde la esperaba nervioso y emocionado a partes iguales, Cayetano Martínez de Irujo. Fue él quien la regaló los pendientes art decó que se vislumbraban a través del largo velo de tul de seda natural.

El duque de Arjona, más emocionado que nunca
Si cambiamos la perspectiva, vemos a Cayetano Martínez de Irujo, mirando al frente, con los ojos vidriosos, al contemplar por primera vez la imagen de Bárbara vestida de novia. Bajo la atenta mirada de su hija, la emoción del conde de Salvatierra inundó el templo y marcó el comienzo de una romántica y emotiva ceremonia en la que sonó el himno de España.

¡Ya se han casado!
Cayetano y Bárbara salieron de la iglesia del Cristo de los Gitanos convertidos en marido y mujer. Los mismos flashes que les aguardaban a su llegada les esperaban para captar la felicidad de los recién casados. La sonrisa de ella y el nudo en la garganta que aún parecía tener un emocionado duque de Arjona quedarán ya en la memoria colectiva.

Siguiente parada: la finca de las Arroyuelas
En el mismo coche de caballos en el que llegó Bárbara Mirjan, los recién casados tuvieron un momento para ellos solos de camino a la finca de las Arroyuelas, donde tendría lugar el banquete. Es la finca que Cayetano heredó de su madre y donde reside desde la pandemia. Situada en Carmona, a media hora de Sevilla, este latifundio de 1.480 hectáreas es el mayor de la Casa de Alba en Andalucía y está dedicado a la producción agrícola y ganadera. Desde junio, Bárbara también vive allí, tras dejar su trabajo como organizadora de eventos en un periódico. Ayer, la finca se conviertió en una fiesta para celebrar su 'sí, quiero'.