La boda de Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan genera una gran expectación ya que se trata de uno de los acontecimientos más esperados del otoño. Nueve años después de conocerse su noviazgo, van a convertirse en marido y mujer. Rodeados de familiares y amigos muy conocidos, pronunciarán el "sí, quiero" el sábado 4 de octubre en la iglesia del Cristo de los Gitanos (Sevilla). Para la posterior celebración se trasladarán a la finca Las Arroyuelas. Perteneciente a la localidad de Carmona, es la propiedad del novio, donde tiene fijada su residencia y donde recibió a ¡HOLA! este mismo verano. Esta nueva etapa de su historia de amor genera una pregunta, ¿pasará Bárbara a ser Duquesa? Hablamos con María José Gómez y Verdú, experta en protocolo, para resolver la duda.
"La figura de Cayetano Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart despierta especial interés cuando se analiza desde el prisma nobiliario. Como hijo de la XVIII duquesa de Alba, heredó no solo un apellido cargado de historia, sino también títulos que lo sitúan en la línea de continuidad de una de las casas más emblemáticas de Europa. Tras el fallecimiento de su madre, los títulos de la Casa de Alba fueron repartidos entre sus seis hijos, y Cayetano recibió dos dignidades de gran relevancia: el ducado de Arjona, con Grandeza de España, y el condado de Salvatierra, igualmente acompañado de Grandeza de España", nos comienza a decir María José cuando quedan menos de 48 horas para su boda, de la que adelantamos todos los detalles.
"Estos títulos, que representan siglos de tradición, no son meramente honoríficos, sino símbolos de prestigio social y de un legado histórico transmitido con orden y rigor jurídico. De ahí que, ante su próxima boda, surja una cuestión natural: ¿qué ocurre con dichos títulos cuando un grande de España contrae matrimonio? La respuesta es clara desde el punto de vista del derecho nobiliario: los títulos no se comparten ni se transfieren por matrimonio", aclara la experta, licenciada en Publicidad y RR.PP y especializada en protocolo y etiqueta internacional por la Universidad Miguel Hernández.
Bárbara Miran no pasará a ostentar ninguno de estos títulos nobiliarios porque "la titularidad permanece exclusivamente en la persona a la que ha sido reconocida por sucesión". Eso sí, podrá ser presentada como duquesa de Arjona consorte o condesa de Salvatierra consorte, ya que "la práctica protocolaria concede a la esposa el uso de un tratamiento de cortesía, que la sociedad reconoce como consorte". Esta fórmula, según recalca, "otorga dignidad social, pero carece de valor jurídico".
"La sucesión de los títulos recae, en realidad, en la descendencia directa. En este punto, es fundamental recordar que desde la reforma legal de 2006 se aplica la igualdad de hombres y mujeres en el acceso a la herencia nobiliaria, eliminando la preferencia masculina que regía en épocas anteriores", explica María José. Por tanto, el día que Cayetano no esté, sus títulos podrán ser solicitados por sus hijos, Luis y Amina, nacidos en 2001, durante su matrimonio con Genoveva Casanova. "Ellos representan la continuidad real de la línea nobiliaria y los futuros depositarios de esta parte del legado de la Casa de Alba", indica.
La inminente boda de Cayetano Martínez de Irujo, por tanto, no modificará la titularidad de sus dignidades nobiliarias: "Su esposa ocupará un lugar distinguido en la vida social y protocolaria como consorte, pero la auténtica transmisión de los títulos permanecerá reservada a los descendientes del duque de Arjona y conde de Salvatierra. Es en ellos donde se asegura la permanencia de la tradición y la vigencia de uno de los linajes más representativos de la nobleza española".