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Café con letras

Elsa Punset nos presenta su libro 'Alas para volar': "Lo máximo que le puedes pedir a una pareja es que te acompañe y te ayude a crecer"


Hija de Eduardo Punset, la escritora y divulgadora ofrece una guía para volver a empezar, con diferentes claves que nacen de su propia experiencia y conocimiento


La escritora, divulgadora y filósofa española Elsa Punset© Alex Río
19 de septiembre de 2025 - 11:40 CEST

Elsa Punset es escritora y divulgadora de éxito, todo un referente en los ámbitos de la inteligencia emocional y el crecimiento personal. Autora, entre otros, de Una mochila para el universo, FelicesFuertes, libres y nómadas, además de varios libros infantiles, regresa al primer plano literario con Alas para volar (Ediciones Destino), una guía en la que repasa los grandes temas que nos acompañan cuando nos enfrentamos a un cambio o a un nuevo comienzo y nos ofrece pautas, consejos para seguir adelante y superar las heridas de la infancia, hacer caso a las señales de alerta, proteger nuestra alegría, saber decir que no, etc.  

Un libro muy ameno y lleno de luz que nos invita a reconectar con nosotros mismos y con la naturaleza.

Libro de Elsa Punset, 'Alas para volar' © Destino
  • ¿Cómo surge Alas para volar? ¿Refleja un renacer de la propia Elsa Punset?

He escrito libros de divulgación en los que predominaba el componente intelectual, más centrado en conocer un tema y explicarlo a los lectores. En este caso, el verbo que me viene a la mente no es enseñar, sino despertar, lo que me ha ocurrido a mí en esta segunda etapa de la vida que trato en mi libro y a la que he tardado en llegar. Sucede cuando cosas que veías en el pasado, pero que no entendías, no interpretabas o no sabías darles respuestas, de repente caes en ellas. Es esa sensación de despertar, ya que vivimos como en un sueño con muchas limitaciones y tenemos que liberarnos, la vida es muy corta y arrastramos una carga muy fuerte. 

Debemos ser lo más libres que podamos ser y eso es lo que intenta el libro, acompañar en ese viaje.

  • Como afirmas en tu libro, la infancia marca buena parte de nuestra vida. ¿Cuál es tu primera imagen o pensamiento al recordarla?

Tuve una infancia muy desraizada porque era hija de una familia exiliada. Nacíamos cada hijo en una ciudad diferente, cambiábamos de colegio constantemente, etc. En este sentido, mi infancia me dejó la sensación de que tenía que buscar mis raíces como fuera, encontrar a qué cultura pertenecía como hija de madre francesa y padre catalán, nacida en Londres y viajando por todas partes. 

Esto te lleva de adulto a hacer un ejercicio aún más fuerte para saber quién soy y adónde voy, te libera un poco de tu infancia. Nunca tuve esa sensación de pertenencia, por eso creo que me he interesado tanto por la inteligencia emocional, quería entender qué construye al ser humano, cómo nos construimos. 

La escritora, divulgadora y filósofa española Elsa Punset© Alex Río

"Hay una pobreza afectiva terrible que nos está generando problemas de salud mental, por eso la primera reconexión que tienes que hacer es contigo mismo"

  • Las señales de que algo no va bien, las llamadas red flags, son a veces muy evidentes, ¿por qué nos cuesta tanto hacerlas caso, sobre todo en las relaciones de pareja?

La vida te habla constantemente, pero casi nunca escuchamos. En una pareja buscamos lo que en psicología se conoce como “el otro mágico”, el que va a reparar todo, el que te va a dar todo lo que no tuviste de pequeña. Normalmente, en nuestras relaciones de pareja o repetimos nuestra infancia o intentamos algo totalmente diferente, pero siempre estamos viviendo de cara a nuestra infancia. Por ello, lo primero es entenderla, saber cuál era tu valía entonces, cómo te quisieron, qué historia te han contado, porque esa niña va a estar siempre entre tú y tu pareja y cuando más te importe tu pareja más va a estar esa niña ahí, esa niña que está buscando algo, o repetir un patrón o reparar una herida.

Por eso, en las parejas es muy fácil no percibir las señales que nos alertan de que algo no va bien, porque estamos proyectando algo muy fuerte, algo muy potente. Cuando miras atrás y analizas una relación fallida siempre tienes la sensación de que tus amigos lo veían o que incluso tú lo veías. También lo percibe el cuerpo, el primero que habla, mucho antes que la mente, que te engaña, pone excusas, justifica al otro o a ti misma constantemente. Hace un tiempo sufrí una urticaria y hablando con los médicos me di cuenta de que tenía una carga psicosomática brutal. Efectivamente era así: cuando solucioné el problema que había en mi vida, sané rápidamente.

En las parejas buscamos a alguien que nos salve, que nos cure, que nos escuche, que nos comprenda… es demasiado lo que le pedimos y eso acaba dando muchos problemas. Lo máximo que le puedes pedir a una pareja es que te acompañe y te ayude a crecer, a seguir explorando como ser humano, siendo curioso, conociéndote, volando.

  • Una de las claves que das a las mujeres para recuperar la alegría es empezar a pensar y a vivir como hombres. ¿Cómo se hace eso? ¿Son ellos más felices?

Las mujeres son más sufridoras, tienen más depresiones y problemas de salud mental porque cargan con los cuidados del mundo. Cuando digo que deberían vivir como los hombres lo digo con ironía, pero con un fondo de verdad: tendríamos que incorporar buenas dosis del egoísmo y narcisismo suyos. Los hombres tienen menos carga emocional y son capaces de dejar las emociones a un lado, lo que a veces hace dura la convivencia, por ejemplo, cuando te das cuenta de que tu pareja ha desconectado, que no te escucha y está en “su cueva”, como suele decirse.

Las mujeres hemos hecho un esfuerzo importante en los últimos años para desarrollar más nuestra parte masculina, pero aún nos queda mucho camino por recorrer en ese sentido, ya que venimos de siglos de condicionamiento. Y los hombres, nuestros compañeros de vida, deben entender que una parte de los cuidados es suya.  

La escritora, divulgadora y filósofa española Elsa Punset© Alex Río
  • ¿Qué son los amigos Jane Fonda y cómo han mejorado tu vida?

La gente tiene cada vez menos amigos íntimos, ese capital social que conforman los amigos está bajando y, sin embargo, lo que más nos ayuda a recuperar fuerzas es el cariño y el amor de los demás. Nunca hemos vivido más solos.

En este sentido, he aprendido una sencilla estrategia que he querido compartir con los lectores, ya que es muy fácil de aplicar. Consiste, básicamente, en perder el miedo a vincularte con los demás. Vi un vídeo sobre Jane Fonda en el que sus amigas contaban que Jane nunca estaba sola porque no le daba ninguna vergüenza acercarse a alguien y preguntarle, directamente, si quería ser su amigo. Esto lo recordé cuando tuve que ir a una fiesta pese a no apetecerme nada y terminé conociendo a una persona con la que conecté y tuve una buena sintonía. Entonces, le conté lo de Jane Fonda y fue él quien me preguntó si quería ser su amiga. 

Ahora tengo una docena de esos amigos Jane Fonda, como yo les llamo. Es una sensación fantástica, porque algo tan importante como el cariño de los demás, esas conexiones, en lugar de disminuir, crecen. Es algo que enriquece mucho la vida, es abrirse, volar. Con uno de estos nuevos amigos he hecho recientemente un viaje fantástico a Sri Lanka. 

  • Esto no es incompatible con esa necesidad de la que hablas de buscar momentos de soledad, de conexión con uno mismo. ¿Cómo lo hace Elsa Punset en su día a día?

En mi caso consiste en cortar los estímulos externos, miro muy poco mi teléfono, soy muy poco de redes sociales porque no quiero que me coman toda la atención. Tener ese espacio interior es fundamental para un escritor, soy una persona muy solitaria y gracias a eso puedo escribir. Una cosa que pone enferma a mi familia y amigos es que me voy a dar largos paseos con mi perro sin teléfono, con lo cual estoy una hora o más sin contestar. Mi hija por eso me tiene geolocalizada, para estar segura de que no me ha pasado nada. Me encanta también hacer viajes largos en tren, ya que no puedes hablar mucho por teléfono para no molestar y ahí encuentro esa burbuja para pensar y encontrarme. 

Todo está pensado para que no pienses y no estés solo, pero resulta que la gente se siente más sola que nunca porque sufre una desconexión con uno mismo y con los demás. Estamos metidos en las pantallas, muy desconectados del resto del mundo, de la naturaleza, de todo. Hay una pobreza afectiva terrible que nos está generando problemas de salud mental, por eso la primera reconexión que tienes que hacer es contigo mismo. La gente nunca está haciendo nada, pese a ser una forma muy creativa dejar la mente tranquila, sin estímulos externos constantes. 

"Mi padre era muy alegre y en eso nos parecemos, somos de alegría fácil, también le encantaba la naturaleza y tenía ese optimismo que yo he heredado"

La escritora, divulgadora y filósofa española Elsa Punset© Alex Río
  • Reconectar con la naturaleza está muy presente en el libro y en tu Fundación Punset Terraviva. ¿Qué objetivos te has marcado?

La Biodiversidad es un indicador de salud mental fundamental, aunque a veces lo olvidemos. Llevo dos años trabajando en la fundación y acabamos de abrir página web www.terraviva.eco donde figuran nuestras principales líneas de acción, que se pueden resumir, básicamente, en tender puentes con la naturaleza, reconectarnos con ella. 

He empezado haciendo jardines terapéuticos en hospitales y en centros de personas con adicciones. Tenemos aún pocos, pero lo que queremos es mostrarlos y que el modelo se pueda replicar, ya que la vocación de la fundación es facilitar esa información para que surjan luego otros muchos. La respuesta que estoy recibiendo es maravillosa.

Otra línea de actuación es la prescripción social y natural. Es decir, que cuando los médicos vean estrés, ansiedad o depresión, pueden recetar diferentes programas de reconexión con la naturaleza. La tercera línea trabajará en iniciativas para hacer las ciudades un poco más humanas y con espacios para la Biodiversidad.

  • Dedicas el libro a tu madre y tu padre nos dejó recuerdos imborrables por su labor científica y divulgativa. ¿Ambos te dieron alas para volar?

Mi padre me dio las alas y mi madre las raíces. Mi padre era muy alegre y en eso nos parecemos, somos de alegría fácil, también le encantaba la naturaleza y tenía ese optimismo que yo he heredado. Aunque vea las amenazas que nos rodean siempre tengo la esperanza, y eso creo que son las alas que me dio él, de pensar que somos capaces de salir adelante, de corregir los errores.

Me faltaba mucha raíz, saber dónde pertenecía y eso me lo dio mi madre. Por eso he querido dedicarle este libro tan especial a ella, que siempre ha estado entre bambalinas. Cuando se lo he dado y ha visto la dedicatoria me ha dicho: “¡Qué horror! Has puesto mi nombre, lo tienes que quitar en la segunda edición”. Sin duda, ella merece ese reconocimiento mío personal. 

La escritora, divulgadora y filósofa española Elsa Punset© Alex Río
  • Por último, ¿por qué recomendarías a la audiencia de HOLA.COM leer Alas para volar?

Es un libro que no pretende enseñar, ni convencer, ni cambiar la opinión de nadie, ni dar más información, pero sí ayudarte a despertar, a recordar algo que ya sabes, porque instintivamente todos venimos con ese conocimiento.

Quiero tocar el alma de las personas, recordarles lo que saben y pueden poner en práctica.

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