El mundo del boxeo británico ha recibido hoy una noticia devastadora: Ricky Hatton, uno de los púgiles más emblemáticos del Reino Unido, ha fallecido a los 46 años. Su cuerpo fue hallado este domingo en su domicilio, en la ciudad de Manchester, según confirmó la policía local, que descarta cualquier circunstancia sospechosa en torno a su muerte. Según informa The Sun, la policía declaró: "Podemos confirmar que encontramos un cadáver en un domicilio de Gee Cross, a las 6:45 de la mañana de hoy, domingo 14 de septiembre. La muerte no se considera sospechosa".
Apodado The Hitman (El sicario), Hatton fue mucho más que un campeón. Su estilo agresivo, su carisma y su conexión con el público lo convirtieron en un fenómeno de masas. Nacido en Stockport, debutó como profesional en 1997 y se mantuvo invicto durante 43 combates, hasta que cayó ante Floyd Mayweather Jr. en 2007. A lo largo de su carrera, disputó 48 peleas, ganó 45 (32, por KO) y perdió solo tres, frente a leyendas como Mayweather y Manny Pacquiao.
Una vida complicada
Entre sus logros más destacados figuran los títulos mundiales WBA, IBF y The Ring en peso superligero, además del cetro WBA del peso wélter. En 2005 fue nombrado Boxeador del Año por la revista The Ring tras su histórica victoria sobre Kostya Tszyu, una noche que marcó un antes y un después en el boxeo británico.
Pero Ricky Hatton no solo fue un guerrero en el cuadrilátero. Fuera de él, libró batallas aún más duras. En los últimos años, habló abiertamente de sus problemas con la depresión, el alcohol y las drogas. En 2010 ingresó en un centro de rehabilitación, y desde entonces se convirtió en una voz valiente en favor de la salud mental en el deporte. Su franqueza y vulnerabilidad le ganaron el respeto de miles de aficionados, que veían en él a un hombre capaz de reconocer sus demonios y seguir adelante.
La mala relación con sus padres, con quienes se peleó en 2012, también marcaron su vida. Según recoge HELLO!, en su autobiografía, titulada Guerra y Paz: Mi historia (2014), reveló que su padre le dio un puñetazo en la cara durante una fuerte discusión. Y no fue hasta 2019 cuando se reconcilió con ellos.
Sin embargo, en 2023, la relación familiar volvió a romperse. El motivo: el estreno en la cadena Sky de su documental The Hitman: Ricky Hatton, nominado a un premio BAFTA. En él se exploraba su vida turbulenta y su impacto en el boxeo. Este año, Hatton había anunciado su regreso al ring con una pelea programada para el próximo 2 de diciembre en Dubai contra Eisa Al Dah, 13 años después de su retirada.
El boxeador de 46 años deja tres hijos: Campbell, Millie y Fearne y una nieta llamada Lyla. Era una gran hincha del Manchester City, que entrena el español Pep Guardiola, y un fanático de Oasis. De hecho, hizo que los hermanos Gallagher le acompañaran en el ring durante una pelea en 2008, y no se perdió ninguno de sus conciertos. El club inglés ha anunciado que le rendirá homenaje en el derby que esta tarde enfrentará al City, con su eterno rival, el Manchester United. El año pasado había participado en Dancing On Ice, junto a la actriz Claire Sweeney, con la que salió durante unos meses. "Seguimos siendo amigos, fuimos amigos, salimos y ahora volvemos a ser amigos. Todo está bien", declaró ella después de romper.