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Entrevistamos a Ariadne Artiles: "Nunca fui consciente de que era guapa. Cuando entendí que tenía algo especial, decidí aprovecharlo"


La top repasa con ¡HOLA sus logros profesionales en sus más de dos década de trayectoria en las más altas esferas, además de compartir anécdotas de su etapa en Nueva York y hablarnos de sus hijas


Image© Valero Rioja
Antonio DiéguezRedactor jefe ¡HOLA!
14 de septiembre de 2025 - 13:47 CEST

Aunque confiese a ¡HOLA! que nunca se sintió guapa ni quería ser modelo, Ariadne Artiles es uno de los rostros ‘made in Spain’ más demandados a nivel internacional. Son esas cosas del destino, como cuando el fotógrafo norteamericano Bruce Weber le recomendó que se mudara a Miami o cuando terminó trabajando con Cindy Crawford en una campaña, después de tantos años de que la comparasen con ella con ella, tal y como recuerda mientras posa con Martina Klein, Verónica Blume y Laura Sánchez.

Ariadne Artiles, que está volcada con su proyecto hotelero en Canarias, Pura Vida, posa con vestido de Daniela Linares y joyas de Dinh Van © Valero Rioja

Además de re repasa su vida de top, Ariadne nos cuenta muchas otra cosas. Por ejemplo, confiesa cómo compagina su trabajo con la de madre de familia numerosa con José María Garcia Fraile, a su vez hijo del conocido periodista deportivo José María Garcia. Recordemos que la canaria tiene tres niñas con el empresario: Ari, nacida en enero de 2018, y las gemelas María y Lucía, que la modelo dio a luz en abril de 2021.

-¿Cuándo te diste cuenta de que eras guapa o, al menos, contabas con un físico que llamaba la atención? 

-La verdad es que nunca fui consciente de ello. Simplemente, sentía que era una chica con suerte que, además, se movía muy bien. Pero no entendía porque me cogían a mí al lado de otras brasileñas de dos metros. Con el tiempo, entendí que tenía algo especial y, fuera lo que fuera, iba a aprovecharlo.

-Y lo conseguiste.

-Hoy sigo aprovechando cada oportunidad que me mueve el corazón y trabajo cada día para Ariadne Artiles. No es broma, es un trabajo diario al que le dedico tiempo. El éxito de mi carrera no es precisamente mi físico, si fuera así no estaría aquí. 

-Pero empecemos por el principio. ¿Cómo empezaste como modelo? ¿Te descubrieron por la calle, te animó alguien de tu entorno o era algo que tenías muy claro?

-Que va, no me interesaba nada. Pero una prima de mi madre me invitó a a presentarme al concurso Élite en Barcelona. Afortunadamente, allí conocí a Laura Sánchez, que es hoy una de mis grandes amigas en este mundo. Era curiosa, pero no me atraía la moda sino conocer el mundo, como cualquier niña de 16 años. 

Verónica Blume nos confiesa que "no era una niña que soñara con ser modelo. A mis 15 años, un familiar me dio a conocer una agencia que, justamente, estaba organizando un concurso de modelos. Fueron una secuencia de eventos que se dieron con un “timing” increíble". Por su parte, Ariadne Artiles nos asegura que, de joven, tampoco le interesaba "nada" convertirse en modelo. "Pero una prima de mi madre me invitó a presentarme al concurso de Elite… Allí, conocí a Laura"© Valero Rioja

-¿Empezaste a trabajar rápido?

-Me pidieron quedarme, para empezar a trabajar, pero yo era muy canariona y la isla donde nací me parecía el paraíso para vivir y no lo quería cambiar por nada del mundo. Tampoco me atraía ser modelo, así que me volví a casa. Digamos que era una canariona arraigada a su tierra. 

-Pero tu destino era convertirte en modelo.

-Unos años más tarde, mi madre me envió a estudiar COU a Madrid. Fue un poco en contra de mi voluntad, pero reconozco que fue la mejor decisión que tomó por mí. Ahí ya me apunté en una agencia de modelos, con la ilusión de ganar algo de dinero para mis caprichos y cosas personales. Me salió la campaña americana de Abercrombie & Fitch, con Bruce Weber, en Roma. Él fue quien me dijo que me fuera a Miami, que, en este momento, era la ciudad de la moda, además de Nueva York. Así hice.

-Y no paraste de crecer.

- Trabajé cada día, durante 3 años. De ahí me fui a Nueva York y Europa, pero mi mercado siempre ha sido más americano. El resto ya lo sabes, no he parado de trabajar desde hace más de 20 años. 

-¿Quién era tu referente en esos primeros años? 

-La verdad es que no tenía a nadie como referente, pero siempre me gustó Cindy Crawford y, en New York, me decían que nos parecíamos. Yo no lo veo pero, seguramente, me ayudó a trabajar más. Me gustaba lo que transmitía Cindy y, luego, bordó su carrera con tantísimos otros proyectos que me parece una mujer admirable. Hace dos años trabajé con ella en Los Ángeles para una campaña italiana.

Verónica y Ariadne: vestidos de Louis Vuitton© Valero Rioja

-¿Cómo es Cindy Crawford en persona y trabajar con ella?

-Es increíble. Además de una mujer guapísima, es muy inteligente y una gran madre. Hablamos de hijos, de la vida en Malibú y Canarias, de lo que ha cambiado la moda… Me quitaba el pelo si se me veía mal. Es tan cercana como parece y una gran compañera a la hora de trabajar.

-Sigamos hablando de tus comienzos lejos de casa. ¿Qué era lo que más te daba miedo y lo que más te preocupaba? 

-¿La verdad? ¡Una maravilla! Lo de ahora es una locura. Antes, ibas hacías tus fotos y, según salías por la puerta, volvías a tu vida sin pensar en nada más. Hoy nos llevamos el trabajo a casa: hay que grabarlo todo, editar… Incluso, en muchas ocasiones, las campañas las hacemos en casa. Hace poco hice la campaña de GAP en la puerta de mi casa… Sólo necesitaba una buena playa. La parte buena es que ya no hay que viajar tanto. En cambio, ahora nos exige estar siempre conectados. De alguna manera, si no lo controlas, acabas siendo esclavo del trabajo. Creo que esto debería cambiar por el bien de todos. 

-¿Cuál es el recuerdo más especial que guardas en el plano profesional? 

-Muchos, la verdad. Trabajar con Walter Chin, en New York, para Vogue Italia. Era cuando aún se hacían solo Polaroid, como únicas fotos. ¡Cinco fotos y ya lo tenía! ¡Alucinante! Era un gran ser humano, además de grandísimo fotógrafo. 

-Antes nos hablabas de Laura Sánchez, con la que posas ahora para ¡HOLA!, junto con Martina Klein y Verónica Blume. También tendrás anécdotas con todas ellas…

-Laura y yo nos conocimos con 15 años en el concurso Elite, hace más de 25 años. Éramos unas niñas chicas… Y anécdotas tenemos unas cuantas, pero no se pueden contar (ríe). Con Martina, además de trabajar juntas, vivimos historias muy similares y nos hemos acompañado en la distancia. Es una persona a la que admiro muchísimo como mujer. A Vero la adoro y, aunque he trabajado menos con ella, es alguien que está bien tenerla cerca siempre. 

Verónica: bañador Ysabel Mora, jeans Levi's / Laura: top y falda Max Mara, joyas Rabat / Martina: bañador Primark, jeans Levi's, joyas Rabat / top Max Mara, falda Alicia RUeda, joyas Dinh Van© Valero Rioja

-¿Has sentido la rivalidad a lo largo de tu carrera? 

-Claro que si, como en cualquier trabajo en la moda también existe, pero, por suerte tengo grandes amigas como Martina, Laura, Vero, a nosotras nos une la vida, no la moda, pero tenemos la suerte que la moda nos sigue uniendo y trabajar juntas siempre es un regalo. 

-¿Cuál dirías que ha sido tu mayor logro?

-Logros ha habido muchos, el mayor logro seguramente sea seguir aquí después de tantos años y haber podido tener tres hijas en el camino.

-¿Cómo vives la profesión de modelo actualmente, después de tantos años y de haber sido madre? 

-Muy feliz y con mucha calma, ahora elijo cada proyecto. Todo no me compensa. Salir de casa tiene que ser por una muy buena excusa. 

-¿Tus hijas son conscientes que tiene en una madre modelo? ¿Qué les llama la atención?

-La verdad es que lo viven con mucha naturalidad. Hace poco, una niña del cole de Ari –su hija mayor, nacida el 31 de diciembre de 2017–  hizo un trabajo sobre mi carrera porque buscaban personas relevantes en Canarias y le hizo muchísima ilusión a ella. Pero, lo demás le da igual. Y María y Julieta –sus gemelas, nacidas en abril de 2021– aún no se enteran tanto de lo que significa. Para ellas, su madre siempre es la reina de casa. Andan todo el día poniéndome coronas y pidiéndome que me vista con vestidos. Más cursis no me han podido salir (ríe). Siendo yo todo lo contrario. me hace mucha gracia, pero, por ellas, hago lo que sea. 

Ariadne con el empresario José María García Fraile —hijo del mítico locutor deportivo José María García— © Orlando Gutiérrez
Ariadne con sus tres hijas© Gerardo Valido

-¿Te gustaría que alguna de ellas siguiera tus pasos?

-La verdad es que son unas bebés aún y ni me lo planteo. Aunque suene tópico, lo único que me interesa es que sean felices haciendo lo que les mueva el corazón. Nunca me impondré a algo que ellas quieran hacer. 

-¿Cómo ha sido compaginar el amor con una carrera internacional? ¿Crees que algunas relaciones no llegaron a fructificar por tu profesión? 

-Bueno, la vida de modelo es muy solitaria en los inicios. Por eso, decidí volver de Nueva York y afincarme en España. No es compatible crear una familia viviendo allí. Sin duda, es la mejor elección que he hecho en mi vida. Además, sigo trabajando, que todo se transforma. 

-¿Te ha costado encontrar una pareja que entienda tu profesión?

La verdad es que no

-Antes no tanto, pero cada vez es más habitual que las modelos tengáis una carrera más longeva. ¿Cómo lo valoráis?

-Por suerte, ya el edadismo no existe prácticamente. Hoy, cualquiera puede ser modelo a cualquier edad, siempre que pueda representar una firma acorde a sus valores. Ya no es lo de antes. La niña joven que anuncia un antiarrugas ha quedado obsoleto y me alegra. Vamos por un camino más honesto con la realidad. 

De izquierda a derecha, Verónica Blume, Martina Klein, Laura Sánchez y Ariadne Artiles, que posan para ¡HOLA! "De pequeña, no era consciente de que pudiera trabajar en la moda, ni mucho menos que fuera guapa. Se dieron cuenta, mi padre y mi hermano, de que con 16 años medía 1,80. Yo quería ser veterinaria de vacuno", nos dice Laura. "Yo era muy payasa y muy fotogénica. Con 12 años, mis padres nos llevaron a mi hermano y a mí a un “casting” de un anuncio", nos dice Martina© Valero Rioja

-¿Y tú? ¿Te miras las arrugas? ¿Cómo vives el paso del tiempo? 

-Todo cambia y tenemos que ir adaptándonos a los cambios. Sí me miro, claro que me miro. Me alucina el cuerpo humano, pero, como es el único vehículo que vamos a tener de por vida, intento mimarlo todo lo que puedo y aceptarlo como es. 

-¿Sientes el edadismo en la profesión? 

-La verdad es que no, porque el cambio ha venido justo en el momento en el pensé que iba a trabajar menos y ha sido todo lo contrario. 

-¿Y en tu día a día? 

-¡Que me llamen señora me sigue pareciendo rarísimo! (ríe).

-¿Qué es lo mejor de cumplir años? 

-La verdad que cumplir años empieza a no gustarme nada. No quiero que pase el tiempo. Quiero envejecer con mis hijas, así que no te voy a decir que cumplir años sea bueno, porque me da mucha pena. Lo positivo es que seguimos aquí, Ahora que hay tanta gente malita y se nos empiezan a ir los seres queridos, valoras mucho más estar aquí presente y vivir el día a día. 

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.