Christian, el hijo de Carmen Morales y Óscar Lozano no solo ha sido noticia por su espectacular transformación física, sino también por la historia de amor que vive junto a Adriana Blanc, la entrenadora de fitness y coach con la que acaba de celebrar su primer año de noviazgo. Por vez primera, la pareja ha gritado su amor a los cuatro vientos y ha querido compartir cómo se enamoraron, una historia tan entrañable como sorprendente, marcada por una serie de coincidencias que parecen guiadas por el destino.
© chrismartinmoralesCómo surgió la chispa
La historia, contada por Adriana Blanc, se ilustra con las mejores fotos de los 12 meses que dura su relación. "Esta es la historia de cómo nos conocimos. En resumen, nos conocimos a través de amigos comunes. Mi mejor amiga está saliendo con su mejor amigo. Pero todos sabéis que me encanta una buena historia larga, así que para eso, vamos a tener que retroceder", comienza. La joven pasa a detallar sus recuerdos con su abuela, a quien consideraba una segunda madre y su mejor amiga de la infancia. Ambas compartieron habitación durante cinco años, un tiempo lleno de complicidad, risas y canciones. "Ella me trajo una inmensa alegría, cuidado y amor durante mi infancia. Mi abuela amaba que yo cantase para ella", relata.
© chrismartinmoralesSu yaya, como así se refiere a ella cariñosamente, adoraba escucharla cantar, especialmente las melodías de su artista preferida: Rocío Dúrcal. "Se las cantaría todo el tiempo", lamenta. Su abuela falleció tristemente en 2018. "En su memoria permanecerá que con 20 años le dediqué la canción Amor Eterno. Una de las canciones más famosas de Rocío Dúrcal y que habla sobre decir adiós a alguien que quieres", detalla mientras asegura que aquella música quedó asociada a los recuerdos más tiernos de su infancia.
© chrismartinmoralesAños después, en el verano de 2024, la vida parecía tener preparado un regalo inesperado para ella. Su mejor amiga organizó un fin de semana con amigos en el campo e invitó a Christian. La conexión no fue inmediata: " Trate de atraer su atención, pero él no coqueteaba, así que pensé que no estaba interesado en mí. Mirando estas fotos, ahora pienso que estaba equivocada", asegura.
Su admiración por Rocío Dúrcal
Todo cambió, cuando ella comenzó a cantar sin más pretensión que divertirse con sus amigos. De pronto Christian "asomó la cabeza y dijo 'wow, eres realmente buena' y se marchó". Ese breve instante fue suficiente para que Adriana sintiera algo distinto. Horas más tarde, mientras bailaba con amigos, él volvió a acercarse y le confesó: "Tienes una voz increíble. ¿Cantas a menudo? Mi abuela fue una cantante muy conocida". Intrigada, Adriana preguntó de quién se trataba. Pero nunca habría imaginado la respuesta: "¿Conoces a Rocío Dúrcal?", le preguntó. Al oír sus palabras, no pudo contener la emoción. Lo abrazó con fuerza y le contó toda la historia de su abuela, aquella mujer que adoraba a la cantante. Christian, por su parte, le mostró fotos de su infancia junto a la gran artista.
© chrismartinmoralesDespués de aquel fin de semana, la joven pensó que quizás no volverían a verse: vivían en ciudades diferentes y todo había parecido tan fugaz. Sin embargo, apenas unas horas más tarde recibió un mensaje de Christian:"Adri, lo pasé genial. Me encantaría que volviéramos a vernos y compartir tiempo juntos. Buen viaje de vuelta."
Su primera cita
Cumplió su palabra. Christian organizó un viaje en Barcelona coincidiendo con el Gran Premio de Fórmula 1, un deporte que ella le había dicho que le fascinaba. Era su primera cita oficial, y aunque Adriana estaba nerviosa (confiesa que incluso su madre le dio un ron con coca cola para que se relajase), todo fluyó con normalidad. Entre risas y confesiones descubrieron que el destino podría haberles unido mucho antes. Adriana estuvo a punto de mudarse con su familia a Madrid y llegó a estar inscrita en el mismo colegio que Christian, curiosamente en la misma clase, pero en el último momento una oferta de trabajo hizo que ella y su familia se mudaran a Suiza.
© chrismartinmoralesEn esos momentos, todos esos detalles pensaban que eran simples coincidencias. "Pero cuanto más nos íbamos conociendo, más convencida estaba de que mi abuela me lo había enviado, como si siempre hubiéramos estado destinados a encontrarnos", asegura. Después de un año de relación, el hijo de Carmen Morales le ha hecho creer que existen las almas gemelas. Chris y Adriana están hechos el uno para el otro, viven juntos y trabajan en la misma empresa de fitness.
