Kiko Rivera e Irene Rosales se separan tras 11 años de relación, 9 de matrimonio y 2 hijas en común, las pequeñas Ana y Carlota. El DJ y la modalo han decidido, en términos de cordialidad y sin terceras personas de por medio, poner fin a su historia de amor, aunque seguirán actuando como una familia por el bien de los niños. Una noticia de impacto, publicada por la revista Semana, que nos ha hecho recordar el día que Kiko e Irene pasaron por el altar, en lo que fue una emotiva boda cuyas imágenes y detalles les ofreció ¡HOLA! en exclusiva. El hijo pequeño de Paquirri se casó el 7 de octubre de 2016 en Sevilla, un enlace que contó con Isabel Pantoja como madrina y que supuso el cariñoso reencuentro del novio con sus hermanos Cayetano y Francisco.
Aquella cita suponía un antes y un después, un punto de inflexión y un cambio de rumbo en la familia. “Tras unos largos tiempos difíciles, de vientos en contra, de tormentas, huracanes, terremotos mediáticos y judiciales... volvía la paz, la calma y la armonía pero, sobre todo, la felicidad”, relataban entonces en su crónica nuestras compañeras, como testigos de excepción de lo que fue la celebración.
El también productor musical había conseguido reunir a todas las personas que más quería, entre los que estaban su adorada abuela doña Ana -fallecida en 2021 a los 90 años-, sus tíos; su prima Anabel; sus amigos y, por supuesto, su madre, de quien ahora y desde hace ya un tiempo se encuentra completamente distanciado. De hecho, fue aquel casamiento el que nos dejó algunas de las últimas imágenes de un acto donde todos ellos se reunían para un gran festejo, además del posterior bautizo de Carlota.
Irene Rosales vivió su particular cuento de hadas
El que fuera concursante de realities como Supervivientes o GH VIP lucía su elegante chaqué, que había sido hecho a medida por la sastrería sevillana Cañete, pero era la novia quien lógicamente se llevaba todas las miradas con su impresionante traje de la casa St. Patrick. Realizado en ‘mikado’, dejó a todos boquiabiertos con su delicada espalda elaborada en encaje y tul combinados, con una cola de dos metros y un velo en tul de más de tres.
Cumpliendo con la tradición, la maniquí llevó algo nuevo (unos pendientes que le regaló su madre, Teresa Vázquez); algo antiguo y a la vez prestado (un pañuelo antiguo de su abuela para “secarse las lágrimas”). En cuanto a la prensa azul, llegó por sorpresa. Su amigo Antonio Abad (quien realizó su peinado nupcial) le regaló un trocito del manto de la Virgen del Rocío que ella prendió en el interior de su vestido. Además, Irene diseñó sus propios zapatos con la firma Uniqshoes, y en ellos grabó la fecha del enlace y la inscripción ‘Cuento de hadas’, en un guiño a una de las canciones del que se convertiría en su marido.
En cuanto al escenario de la boda, los novios convidaron a sus invitados en la hacienda ‘Los Parrales’ de Sanlúcar la Mayor, un lugar que la novia conoció siendo muy jovencita y tenía una curiosa historia detrás para ella. Nos contaba que al verlo de niña pensó que, si algún día se casaba, ése sería el lugar indicado. Parecía que estaba escrito en su destino, puesto que al hacerse mayor su sueño se cumplió.
El emocionante discurso de su hermana, Isa Pantoja
La relación de Kiko Rivera y su hermana Isa, actualmente rota, ha pasado por continuos altibajos desde que ambos llegaron a la edad adulta. Sin embargo, pese a sus diferencias, la joven no quiso perderse esta gran cita y acudió acompañada del que, por entonces, era su novio,, Alejandro Albalá. Su hijo, el pequeño Alberto, fue uno de los pajes del cortejo junto a su primo Francisquito y la sobrina de Irene, Sara, todos vestidos por Chiquitines, que también hizo el traje de la pequeña Ana.
Hasta el último minuto se había puesto en duda la presencia de la colaboradora televisiva en el enlace, así que su discurso pilló a todos por sorpresa y desencadenó una lluvia de aplausos. Sin poder contener las lágrimas, le dedicó unas palabras muy emotivas al DJ. “Para mí, además de mi hermano, has sido como mi padre, mi ídolo y la persona más importante de mi vida... En las buenas y en las malas, todo pasa y todo llega aunque todos seamos muy diferentes”, le dijo Isa a Kiko. “Mi cariño es real, mi admiración es sincera y los más cercanos a mí saben cómo te quiero", sentenciaba, oara después fundirse con él en su sentido y largo abrazo.