La noche del 20 de agosto de 1989, Beverly Hills fue el escenario de uno de los crímenes más impactantes en la historia de Estados Unidos: el asesinato de José y Mary Louise Menéndez. Sus hijos, Erik y Lyle Menéndez, tomaron dos escopetas y dispararon repetidamente contra ellos en su propia casa en las colinas de Hollywood. Los hermanos alegaron que su decisión venía motivada por un continuado abuso físico y psicológico por parte de sus padres.
36 años después de aquel día, la junta de California le ha denegado la libertad condicional a Erik Menéndez. Erik, que ahora tiene 54 años, compareció por videoconferencia desde el centro penitenciario Richard J. Donovan de San Diego durante su audiencia de libertad condicional este jueves. Lyle, de 57 años, comparecerá ante la junta de libertad condicional este viernes. Hay que recordar que, tras el asesinato de sus padres, ambos fueron condenados a cadena perpetua cuando se produjeron los asesinatos. Por aquel entonces, tenían 18 y 21 años, respectivamente.
"Aunque respetamos la decisión, el resultado de hoy ha sido, por supuesto, decepcionante y no es lo que esperábamos", declaró este jueves un portavoz de Lyle y Erik Menéndez. "Pero nuestra fe en Erik sigue siendo inquebrantable y sabemos que aceptará con entereza la recomendación de la Junta. Su arrepentimiento, su crecimiento y el impacto positivo que ha tenido en los demás hablan por sí solos. Seguiremos apoyándolo y mantendremos la esperanza de que pueda volver pronto a casa", añadió en unas declaraciones recogidas por People.
Los medios estadounidenses apuntan a que la decisión se fundamentó principalmente en su mala conducta durante décadas: posesión de teléfonos dentro de la cárcel, vínculos con pandillas, consumo de drogas y violaciones a las normas carcelarias. Los comisionados han declarado que haber sido perdonado por la familia o haber mostrado remordimiento no basta si su conducta no es ejemplar.
El caso de los Menéndez es recordado, no solo por la brutalidad del crimen, también por las excentricidades que le siguieron. Tras asesinar a sus padres, Erik y Lyle se dirigieron al cine a ver una película de James Bond, aunque finalmente no encontraron entradas para Licencia para Matar y terminaron viendo otra película. Al regresar a casa, descubrieron los cuerpos de sus padres y llamaron a la policía, llevando a cabo una actuación para hacer creer que habían descubierto la escena del crimen por primera vez en ese momento.
El fiscal del condado de Los Ángeles, Nathan J. Hochman, elogió posteriormente la decisión de la Junta de Libertad Condicional de California, afirmando en un comunicado que "hace justicia a José y Kitty Menéndez, víctimas de los brutales asesinatos cometidos por sus hijos el 20 de agosto de 1989". Hochman señaló que Erik podrá volver a solicitar la libertad condicional dentro de tres años.
Un juicio mediático... y separado
Durante el juicio, que se llevó a cabo en el año 1993, la defensa de los hermanos Menéndez argumentó que los asesinatos fueron resultado de años de abuso sexual, físico y emocional a manos de su padre, José Menéndez, y de indiferencia de la madre, Kitty. El motivo que llevó a los hermanos a asesinar a sus padres causó una gran división en la opinión pública y en el jurado, llevándose a cabo dos juicios separados y muy mediáticos.
La primera ronda terminó en un jurado dividido, sin embargo, en el año 1996, ambos hermanos fueron finalmente condenados por asesinato en primer grado y sentenciados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, esquivando así la pena de muerte.
A lo largo de los años, el caso de los Menéndez ha sido objeto de múltiples documentales y series televisivas, explorando la complejidad de las relaciones familiares y las circunstancias alrededor de los crímenes. Hace un año, Netflix lanzó Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez, una nueva entrega de la saga Monstruos creada por Ryan Murphy tras el éxito de La historia de Jeffrey Dahmer.
La serie se convirtió en un auténtico éxito para la plataforma, siendo una de las más vistas de su historia y rescatando un relato que ha permitido revisitar los hechos y lo ocurrido para determinar si los hermanos actuaron o no en defensa propia. No en vano, celebridades como Kim Kardashian han defendido la necesidad de sacar a los hermanos de la cárcel, además de haber seguido el caso de cerca desde el lanzamiento de la ficción.
Protagonizada por Javier Bardem -que hace del padre de los hermanos-, Chloë Sevigny, Nicholas Alexander Chavez y Cooper Koch, siendo estos dos últimos los encargados de dar vida a los hermanos en la ficción de la plataforma, sin duda dio mucho que hablar y volvió a poner el caso en la primera plana pública.