El mundo de la lucha libre sigue de luto tras la muerte de Hulk Hogan, el hombre que convirtió el wrestling en un fenómeno global. El pasado 24 de julio, el legendario luchador falleció a los 71 años en su residencia de Clearwater, Florida. Aunque inicialmente se informó que había sufrido un paro cardíaco, esta semana se han revelado los resultados de la autopsia, que arrojan luz sobre los verdaderos motivos de su fallecimiento.
Según el informe del Centro de Ciencias Forenses del Condado de Pinellas, Hogan —cuyo nombre real era Terrence Gene Bollea— murió de un infarto agudo de miocardio, provocado por fibrilación auricular y leucemia linfocítica crónica, una forma de cáncer que afecta a los glóbulos blancos. Su muerte fue catalogada como “natural”, pero el diagnóstico ha sorprendido incluso a sus seguidores más cercanos, ya que nunca se había hecho público que el luchador padecía cáncer.
Silencio, dolor y despedida
Su esposa, Sky Daily, con quien se casó en 2023, compartió un emotivo mensaje en redes sociales tras la pérdida: “Había estado lidiando con problemas de salud, pero realmente creía que los superaríamos. Pensé que aún teníamos más tiempo. Esta pérdida es repentina e imposible de procesar. Para el mundo, era una leyenda... pero para mí, era mi Terry. Mi compañero. Mi corazón”.
También su hija, Brooke Hogan, rompió el silencio con palabras que revelan la intimidad de sus últimos días: “Le rogué que descansara, que se cuidara. No tenía nada más que demostrarle al mundo ni a nadie. Pero eligió un camino que desgastó su espíritu”, escribió conmovida.
Algunos medios estadounidenses también han informado que, en sus últimas semanas de vida, Hogan alternaba momentos de recuperación con reuniones familiares, salidas puntuales y episodios de reflexión. Personas cercanas a él aseguran que, pese a sus dolencias, mantenía el buen ánimo. Incluso se sabe que poco antes de su fallecimiento asistió a una noche de karaoke con su hijo, Nick.
Un cuerpo marcado por las batallas
Durante décadas, Hulk Hogan fue sinónimo de fuerza, espectáculo y resistencia. Pero su cuerpo pagó el precio. En el podcast Impaulsive de Logan Paul, Hogan confesó haber pasado por más de 25 cirugías en los últimos diez años, incluyendo operaciones de espalda, reemplazos de rodillas, caderas y hombros.
En mayo de 2025, se sometió a una delicada cirugía cervical, y aunque su esposa aseguró entonces que “su corazón era fuerte”, los problemas de salud se intensificaron en las semanas siguientes. El día de su muerte, los servicios de emergencia acudieron a su casa tras una llamada por paro cardíaco. Intentaron reanimarlo durante 30 minutos antes de trasladarlo al Hospital Morton Plant, donde fue finalmente declarado muerto.
El legado de una era
Hulk Hogan no fue solo un campeón del ring. Fue un icono cultural. Con su bigote inconfundible, su bandana amarilla y su frase legendaria "¿Qué vas a hacer cuando Hulkamanía se desate sobre ti?" , marcó a generaciones enteras. Fue seis veces campeón mundial de la WWE, miembro del Salón de la Fama desde 2005, y protagonista de películas, series y hasta su propio reality show.
Su influencia trascendió el deporte. Hogan ayudó a transformar la lucha libre en un espectáculo global, pavimentando el camino para estrellas como The Rock y John Cena, que siguieron sus pasos tanto en el ring como en la pantalla. Con su carisma único y una energía desbordante, construyó una marca personal que trascendió fronteras y generaciones.
Desde su fallecimiento, el mundo del entretenimiento ha rendido tributo a su figura. Amigos, colegas y fanáticos han llenado las redes de homenajes, destacando su legado como luchador, pionero del espectáculo y figura irrepetible.
Su muerte deja un vacío en el corazón de millones de fans, pero también un legado que seguirá inspirando a futuros luchadores y a todos aquellos que crecieron viendo cómo el Hulkster levantaba los brazos en señal de victoria, convertido en símbolo de poder, pasión y perseverancia.