Han pasado más de dos décadas desde que Mónica Rodríguez, más conocida como Nika, conquistara al público en la segunda edición de Operación Triunfo. Hoy, con 45 años y una carrera artística construida con esfuerzo, la cantante vive una etapa de renacimiento emocional y musical. Su nuevo single, Susi Okama, no solo marca su regreso a la escena, sino que abre una ventana a experiencias personales tan delicadas como reveladoras. “Moribunda y aún brillaba”, confiesa ella misma, resumiendo en una frase la intensidad emocional que atraviesa esta canción. “Este tema nació de un proceso personal muy profundo. Habla de reconstruirse, de poner límites. De todo lo que se rompe… y aun así elige brillar”.
La artista Nika ha querido contar su historia en primera persona en una entrevista con la revista Semana, donde ha compartido algunos de los episodios más duros —y también valientes— de su vida reciente. En Susi Okama, su nueva canción, relata una experiencia incómoda con un supuesto mánager que, lejos de interesarse por su carrera, le hizo una propuesta inapropiada. “¿Ese mánager qué quería de mí? ¿Sushi o cama?”, se pregunta, una frase que da nombre al tema y que resume con crudeza la situación.
El episodio no fue aislado. Según explicó, vivió experiencias similares con tres personas distintas en un corto periodo de tiempo, en plena etapa de duelo tras la muerte de su madre y la ruptura con el padre de su hija. “¿Cómo es posible que alguien juegue con mi vida y con mis ilusiones en un momento así? Eso es de carroñeros”, denunciaba con firmeza. A lo largo de la conversación, Nika reflexiona sobre cómo ha cambiado su visión del éxito desde que salió de OT. “Me di cuenta de que tu carrera no depende de tu talento, depende de que una persona diga: ‘tú sí, tú no’”. También reveló una injusticia que vivió durante una campaña publicitaria junto a su expareja Hugo Salazar: “Se lo dije a la responsable y me contestó: ‘Es que él es chico’”.
En cuanto a su relación con Salazar, compañero también en OT 2, Nika admite que no fue positiva para ella. “No me hizo bien, ni a nivel personal ni profesional”, afirmaba. De hecho, explica que intentó protegerse desde el principio sobre revelar al mundo su romance: “Le pedí por favor que no hiciéramos pública la relación… y de repente lo soltó. Ahí tenía que haberme dado cuenta de que eso era una ‘red flag’”. Aunque siempre se ha mostrado agradecida con OT, no oculta la crudeza de aquella experiencia. “Era una experiencia muy bestia para personas tan jóvenes. Al salir deberíamos haber tenido un psicólogo, un abogado… y hasta un gestor”, reflexiona. Ella misma acabó costeándose su segundo disco mientras estaba en tratamiento.
“Fue un discazo, por cierto, porque lo hice medicada”, apunta con ironía. Uno de los momentos más duros fue durante su etapa con el grupo Münik, cuando el disco que grabaron quedó guardado dos años sin ver la luz, a pesar de haber invertido todo su esfuerzo y recursos: “Invertimos todo lo que teníamos. Fue horrible”.
Por primera vez, también habla de su relación con Alejandro Sanz. Lo conoció con 15 años, y años más tarde entablaron un vínculo personal que prefiere no detallar. “No. Y hasta aquí. Es un tema del que prefiero no hablar porque hace trece años que no me habla”, zanja con franqueza. Aunque evita profundizar en los detalles, reconoce que fue él quien le recomendó abrirse camino por sí sola. Hoy, subraya, que no le debe nada a nadie y se siente orgullosa de todo lo que ha conseguido por méritos propios.