Buenas noticias para los seguidores de Valle Salvaje, quienes este verano recordarán no solo los helados y las vacaciones, sino también las dobles sesiones de su serie de época favorita de La 1. Con motivo del Tour de Francia y el pequeño descanso que RTVE va a darle a La Promesa, desde este lunes 14 de julio las sobremesas de la cadena pública se llenan de emoción con entregas especiales de la ficción ambientada en 1763, que narra la historia de amor entre Adriana Salcedo de la Cruz (Rocío Suárez de Puga) y Rafael Gálvez de Aguirre (Marcos Pernas) en un entorno lleno de secretos e intrigas que se interponen en su relación.
Estas emisiones especiales tendrán lugar los días en que la competición ciclista altere la programación habitual de la cadena. La cita será, como ya es habitual, a las 17:20 horas, y esta semana hay doble entrega tanto el lunes como el jueves. Los espectadores disfrutarán como nunca de la serie de época, porque llega en un momento clave de la trama en el que se resolverán varios misterios de la segunda temporada y, además, serán testigos de una revelación que cambiará el rumbo de la historia para siempre.
Todo esto sucede en plena transformación del valle, que ha dado recientemente la bienvenida a nuevos personajes dispuestos a romper los equilibrios establecidos. La misteriosa María, interpretada por Claudia Oslé, o la bella Úrsula, a quien da vida Cristina Abad, son prueba de ello. Esta última, sobrina de Victoria, ha desatado una auténtica tormenta emocional en la relación de Adriana y Rafael. A esto se suma la introducción de un nuevo escenario: la cocina de la Casa Grande. Allí, Eva (Chiqui Fernández) y Amadeo (César Maroto), un divertido matrimonio de cocineros, protagonizan junto a su hijo Francisco (Rafa Álamos) una trama paralela que aporta frescura y humor al intenso drama principal.
¿Qué veremos en el primer episodio doble?
La tensión crece en Valle Salvaje con la aparición inesperada de comida en la Casa Pequeña, lo que desata una investigación dentro del palacio. Las sospechas apuntan a la cocina de la Casa Grande y pronto los cocineros se ven en el centro del conflicto. Eva se enfrenta a Isabel harta de ser siempre cuestionada, mientras Luisa también se convierte en pieza clave al despertar dudas sobre su implicación.
Por otro lado, Mercedes y Bernardo siguen enfrentando enormes dificultades para mantener a flote la Casa Pequeña. La escasez de provisiones y los continuos obstáculos parecen tener un origen claro: José Luis. El duque no se molesta en disimular su responsabilidad y cuando Bernardo acude a pedir explicaciones, la tensión entre cuñados estalla. José Luis le deja claro que no piensa facilitarle las cosas y cuestiona su capacidad para ostentar el título que acaba de recibir, dejando entrever que quizá no está a la altura del legado familiar.
En paralelo, Bárbara, preocupada por el cambio de actitud de Leonardo, recurre a Irene en busca de respuestas. Pero ni ella, tras el beso que compartieron, parece saber cómo actuar. Cuando esta última intenta acercarse al joven, recibe un rechazo inesperado. Más tarde, un gesto de ternura del chico hacia Pedrito conmueve a la hermana de Adriana, que lo invita a dar un paseo juntos. Sin embargo, la reacción del muchacho no es la que esperaba, dejando a ambas mujeres desconcertadas.
Por su parte, Rafael se sincera con su hermano mayor y le revela que solo se casa con Úrsula para proteger a Adriana después de lo que ha descubierto sobre su futura esposa. El triángulo se tensa cuando le pide a Julio que cuide de Adriana cuando él ya no esté, palabras que suenan a despedida. Mientras tanto, la joven descubre que está embarazada y se lo cuenta a Luisa a la vez que trata de entender los motivos que han llevado a su amado a prometerse con la sobrina de Victoria. Su amiga le recomienda que hable con su marido sobre su estado, pero antes de hacerlo termina teniendo una acalorada discusión con Rafael. ¿Se lo contará también a él?